-M.H.: En comunicación con Lucas Vaca, de la asamblea de Malvinas Argentinas de la ciudad de Córdoba, que el próximo sábado 21 de mayo va a desarrollar una actividad, como parte de las que se van a extender a más de 400 ciudades en todo el mundo contra Monsanto. Pero los ojos del mundo […]
-M.H.: En comunicación con Lucas Vaca, de la asamblea de Malvinas Argentinas de la ciudad de Córdoba, que el próximo sábado 21 de mayo va a desarrollar una actividad, como parte de las que se van a extender a más de 400 ciudades en todo el mundo contra Monsanto. Pero los ojos del mundo están centrados en Malvinas Argentinas, en la lucha que vienen llevando adelante desde hace casi tres años contra la instalación de una planta de semillas transgénicas de Monsanto, la más grande de América Latina. Me gustaría que compartieras con nuestros oyentes cómo viven ustedes esta situación, porque al mismo tiempo es una enorme responsabilidad.
-L.V.: Cuando comenzamos la lucha contra Monsanto, lo que hicimos fue salir a proteger nuestra vida y la de nuestros hijos y familias. Sin tener dimensión de lo que estábamos haciendo, porque éramos simples vecinos que reaccionamos ante la injusticia. Nos unimos en una acción colectiva para pedir respuestas a quienes nos gobiernan, que con el paso del tiempo nos dimos cuenta que no gobiernan para el pueblo, sino para las corporaciones, no solo en nuestro caso, sino en muchos otros que se dan en el país en luchas que hemos estado acompañando en defensa del territorio.
Tomamos esta decisión, al no ser atendidos por quienes deberían defender la salud y la seguridad del pueblo, tomamos las leyes en nuestras manos y denunciamos que nos enferma, porque hay muchas irregularidades. En aquel momento salimos y nos unimos los vecinos de Malvinas Argentinas con gente de Córdoba y de todo el país en la lucha contra Monsanto. Hicimos un acampe que con el paso del tiempo se convirtió en un bloqueo total.
-El sábado parte una caravana desde la ciudad de Córdoba, desde las 14:00 se concentrarán en la plaza Colón, para salir hasta Malvinas Argentinas.
-Y otra parte va a salir desde el bloqueo para encontrarnos en un punto y marchar hasta la Municipalidad y concentrarnos en una plaza de Malvinas Argentinas. Para nosotros no es una marcha más. Con el paso del tiempo nos encontramos con que hay mucha gente en todo el mundo diciéndole que no a Monsanto, no al envenenamiento sistemático que sufrimos no solo los ciudadanos sino también la tierra, de la que sale la comida que consumimos en todas partes, tanto en las grandes ciudades como en las pequeñas poblaciones que sufrimos la fumigación, el amedrentamiento, las represiones y todo tipo de opresión porque nos quieren imponer algo que les genera un negocio, tanto para un Municipio como para una Provincia como para una Nación.
Nos dimos cuenta de esto y luego nos enteramos de que en otros lugares del mundo estaba sucediendo lo mismo. Nos sentimos pequeños y grandes a la vez, mucha gente se acerca ahora a hacernos notas y a preguntarnos cómo logramos esto, nosotros respondemos que la protección de la vida y de la salud no solo de la nuestra, sino de la de los que vienen está en riesgo y es hora de hacer algo, de que el pueblo reaccione ante la imposición y el negocio de dos o tres.
-Recuerdo que la intendenta de Malvinas Argentinas había hecho público un compromiso en cuanto a no permitir que la planta de Monsanto siguiera adelante. ¿Cuál es la posición de la Intendencia respecto de la instalación de esta planta?
-Lo que nosotros sufrimos desde acá fue totalmente diferente, hemos sufrido el silencio del Estado, con el intendente anterior que se llama Daniel Omar Arzani y con su mano derecha, que es la Intendenta hoy, Silvina González. Los dos firmaron por la instalación de Monsanto en Malvinas Argentinas. Ellos ahora dicen que no por una cuestión mediática, pero la realidad es que fueron brutales, porque frente al mismo municipio, un policía de civil, estando todos los concejales, intendentes y la misma intendenta que no es nueva sino que viene de la gestión anterior, casi mata a una vecina con una piedra.
Desde el comienzo del conflicto al día de hoy, siempre quisimos la paz, poder charlar, entrar y conversar como vecinos. Hoy no sé si se sienten parte del pueblo, para mí después de haber vivido todo esto, desde la calle, con los vecinos, con las brutales agresiones que hemos sufrido, no solo en el municipio sino también en nuestra casa, porque han violentado nuestras viviendas. Nunca han hecho caso, se basan en ciertas leyes que puedo llegar a entender, pero cuando la vida de un pueblo está en riesgo, sobre la salud del pueblo no se puede callar, la vida no se negocia. Cuando ellos callan son cómplices.
-¿Cuál es la posición del gobierno de la provincia de Córdoba?
-Es la misma de siempre. No hay respuesta. Monsanto institucionalmente desde que comienza el conflicto y se pone el freno por parte de los propios vecinos, en defensa del territorio nacional, no da ninguna respuesta. Dudo que la posición de la gente que supuestamente defiende la salud de la población sea diferente, cuando los acuerdos económicos están detrás de esto. No ven como posibilidad que el crecimiento del pueblo salga del propio pueblo, ven como crecimiento económico a nivel nacional que vengan otros de afuera a crearlo, no solo a nivel del pueblo, sino a nivel nacional y latinoamericano. Los salvadores son de otro lugar, son los que vienen a traer inversiones. ¿Por qué? Si nosotros somos muy capaces de generar riqueza, defendiendo nuestro territorio, con nuestras semillas, con nuestros agricultores, somos el segundo país del mundo que fabrica alimentos sanos, orgánicos, pero no los consumimos, se venden afuera, nosotros nos comemos la basura que nos traen. Es imposible entonces creer que los que vienen nos van a salvar, no, los que vienen se van a salvar ellos y no a nuestra población. Y con esto me refiero a la nación entera.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que el glifosato, que es el producto madre de Monsanto, produce cáncer y que induce a malformaciones, abortos espontáneos; todos estos químicos de este tipo de empresas nos hacen daño. Si nosotros, como pobladores comunes lo entendemos de esa manera, por qué los que supuestamente nos tienen que defender no lo hacen de la misma manera que nosotros desde nuestra humildad. Callan y son cómplices.
-El sábado está planteada esta actividad, que va a cerrar con un festival artístico y cultural. ¿Cómo imaginás que va a seguir esta lucha en el futuro?
-Nosotros creemos que la lucha por la supervivencia de la población ya está en marcha. Hay algo que es muy duro de decir, que es que este tipo de empresas como tantas otras, vienen por uno de los recursos más importantes que tenemos en nuestro país, que es el agua. Antes nuestras abuelas y madres nos advertían de que algún día iba a llegar la guerra por el agua, y es cierto, ya comenzó y viene a través de las empresas extranjeras que nos chupan el agua. Debajo de la planta de Monsanto está el acuífero más importante del centro del país, que se une con el Guaraní. Ante eso nosotros tenemos que reaccionar. Por más que pase lo que pase en Malvinas Argentinas esta guerra por el agua va a seguir y cada vez los problemas van a ser peores. Las inundaciones que tenemos hoy en el país son producto de las plantaciones de soja, ¿quién es el dueño de la soja? ¿Quiénes negocian con la soja?
Ponemos en riesgo la salud de nuestra población, de nuestro ecosistema, nosotros no somos ambientalistas, somos vecinos comunes, nos ponen en ese cuadro para poder identificarnos. Cómo este tipo de empresas que supuestamente vienen a traernos progreso, hacen semejante daño a nivel nacional y no hay un solo medio que haya dicho que el problema es de la soja, es porque hay muchos que están enganchados en el negocio. Entonces, tenemos que defender nuestros recursos naturales, el agua, la tierra.
La lucha ya comenzó, nosotros somos parte de este granito de arena de la lucha por la supervivencia de todos, porque los que van a sufrir las peores consecuencias son los que vienen. Y los protagonistas de la lucha son personas comunes como yo, que terminé mi secundario para adultos y me encontré con este monstruo y gracias a que aprendí a sembrar en casa me di cuenta de que los agrotóxicos hacen daño al suelo.
La lucha comenzó, no va a parar sino que se va a hacer más grande. Nosotros creemos que el futuro es prometedor, pero va a ser muy duro porque los que nos gobiernan están en contra de la población y mienten todo el tiempo. Hay muchos científicos, periodistas de distintos medios que mienten, excepto los alternativos que son los que muchas veces nos apoyan.
-En este momento recuerdo al doctor Andrés Carrasco que supo acompañarlos.
-Sí, nos ha dejado la base científica de la lucha. La única manera que tienen de refutar eso es juntar científicos pagados para desmentir y desprestigiar. Pero como decía el mismo Dr. Andrés Carrasco, no hace falta mucho, basta con ver los cuerpos de la gente que está envenenada, fumigada, que nace con malformaciones, está ahí. Por eso esta marcha que hacemos no es una más, es muy real, porque lo que nos pasa es real, el envenenamiento, la codicia, esto está pasando y nosotros decimos que no.
Por eso tenemos las miradas del mundo sobre este acampe que nació desde los vecinos y poco a poco fueron sumándose personas de diferentes partes del mundo. Por el bloqueo ha pasado el periódico más antiguo de Japón, preguntando cómo hicimos esto, cosa que a nosotros mismos nos cuesta explicar, pero lo que hicimos nosotros lo puede hacer cualquiera en defensa de la vida.
-M.H.: El 1º de junio va a comenzar en Buenos Aires el 3º Festival Internacional de Cine Ambiental, que va a durar hasta el 8 de junio, y muchas de estas problemáticas van a estar instaladas durante esa semana que dura este festival. Por ejemplo, la película «El mundo según Monsanto» documental que se produjo en Francia dirigido por Marie Monique Robin.
-L.V.: Quien también pasó por aquí.
-M.H.: Quiero transmitirle a todos ustedes, ya que es la primera vez que podemos tener contacto a pesar de que hace tres años que seguimos su lucha, un profundo agradecimiento.
-L.V.: Agradecidos estamos nosotros de que haya medios que nos saquen al aire para que todos los vecinos argentinos nos escuchen y puedan sentir lo mismo que sentimos nosotros que es la injusticia cuando los que muchas veces votamos, no nos escuchan y negocian. El pueblo argentino defiende su tierra y sabemos decirle que no a esos mismos que votamos, porque hay cosas que están muy mal hechas y no se puede poner en riesgo la salud de nuestra población, ni en nuestro país ni en toda nuestra Latinoamérica. La vida no se negocia.
Entrevista publicada originalmente en La Maza Maza: [email protected]
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