El mundo sabe que Cuba ha sido durante los últimos 46 años una espina en el cuerpo de la única superpotencia del mundo, Estados Unidos quien desde entonces, cuando se irrita, activa una campaña de desinformación, chantaje y presiones Sin embargo la espina, a la que personificaron con Fidel Castro ha seguido intacta y cada […]
El mundo sabe que Cuba ha sido durante los últimos 46 años una espina en el cuerpo de la única superpotencia del mundo, Estados Unidos quien desde entonces, cuando se irrita, activa una campaña de desinformación, chantaje y presiones Sin embargo la espina, a la que personificaron con Fidel Castro ha seguido intacta y cada vez más robusta. Pero ahora resulta que las espinas empezaron a multiplicarse y ya aparecieron otras espinillas irritantes que se llaman Hugo Chávez y Evo Morales percibidos en EE.UU. como un peligro de contagio para el continente.
Así, comenzó la nueva etapa contra líderes de los países que aspiran a construir un mundo mejor para América Latina. Por supuesto, Cuba sigue siendo el objetivo principal por sus logros sociales, educativos, culturales, deportivos, científicos y hasta económico. Digan lo que digan es el abanderado del continente.
En el nuevo plan, llamado «antiterrorista», elaborado por el Departamento de Estado se trata de involucrar a Cuba, Venezuela, los movimientos sociales bolivianos y todo aquello que signifique cambio, con «la inestabilidad regional que afectaría los intereses geoeconómicos de Estados Unidos». Por eso no extraña la última visita que realizó el secretario de Defensa , Donald Rumsfeld a Paraguay y Perú. Fue para el emplazamiento de nuevas bases militares que fortalecería el control sobre Bolivia y para supuestamente «limitar la influencia de Venezuela y Cuba y no permitir la aparición de un nuevo Castro o Chávez en el centro del territorio sudamericano que tiene fronteras con Brasil, Argentina, Chile y Perú».
La llegada de Rumsfeld a Paraguay coincidió como por milagro con la campaña de denuncia de «la penetración cubana» en este país. La prensa controlada habla de unos 1,500 cubanos que durante los últimos siete años entraron en Paraguay «sospechosamente para preparar condiciones para futura guerrilla». Lo que no dicen esos medios es que en estos años Paraguay se convirtió, de acuerdo al jefe del servicio migratorio del país, Carlos Liseras en uno de los eslabones más importantes de una mafia internacional, «posiblemente con sede en Flórida para facilitar la huida de cubanos de su isla y llevarlos a Norteamérica contando con la colaboración de la policía local».
El funcionario de inmigración explicó que los cubanos, previo contacto con la organización delictiva, salen en viajes hacia Venezuela supuestamente con mucha facilidad debido a buenas relaciones que existen entre los dos países. Al llegar a Caracas, casi inmediatamente se trasladan a Asunción a unos refugios previamente acordados. Una vez allí, esperan pasaportes falsos, previo pago acordado, que llegan de Miami.
De acuerdo al periódico paraguayo ABC Color, con estos pasaportes los caribeños obtienen identidad como españoles y salen hacia el Brasil o Argentina desde donde viajan a Flórida, su punto de destino. Allí presentan su pasaporte cubano y se acogen a los beneficios de Norteamerica como opositores al régimen de Fidel Castro y así obtienen su residencia.
Con esto termina en realidad lo que Rumsfeld llama «la peligrosa penetración cubana – venezolana en la zona de la Triple Frontera (Paraguay, Argentina, Brasil) que podría producir la inestabilidad regional en Sudamérica».
Lo que el Gran Patrón no quiere reconocer es que no son Castro o Chávez el peligro para su existencia, sino el descontento que crece de día a día en el continente por la miseria. El único modelo que les ofrecía EE.UU como «vitrina caribeña», Puerto Rico se derrumba como castillo de naipes en medio de una deuda monstruosa (50 mil millones de dólares) y la movilización nacional contra la amenaza de reducción de beneficios. Borinquen es el punto delgado de la cuerda llamada economía norteamericana que ya entró a una inocultable severa crisis.