El cruel estado de sitio que los Estados Unidos imponen a Cuba desde 1959 se endurece cada vez más. Ahora, el objetivo de derrocar al gobierno de La Habana mediante cualquier medio se confiesa públicamente y los sufrimientos ocasionados a la población sólo tienen una importancia secundaria para la Casa Blanca. El trastorno del panorama […]
El cruel estado de sitio que los Estados Unidos imponen a Cuba desde 1959 se endurece cada vez más. Ahora, el objetivo de derrocar al gobierno de La Habana mediante cualquier medio se confiesa públicamente y los sufrimientos ocasionados a la población sólo tienen una importancia secundaria para la Casa Blanca. El trastorno del panorama político latinoamericano, con la consolidación del prestigio del presidente venezolano Hugo Chávez y la espectacular victoria de Evo Morales, nuevo presidente de Bolivia, no ha hecho más que reforzar la voluntad estadounidense de poner término al «mal ejemplo» cubano, sinónimo de esperanza para los pueblos latinoamericanos descompuestos por décadas de política ultraliberal.1
El 19 de diciembre de 2005, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleeza Rice, se reunió con la Comisión de Apoyo a una Cuba Libre, con el fin de acrecentar las sanciones económicas contra Cuba. Establecida en el 2003 por el presidente George Bush, la Comisión había publicado un primer informe en mayo de 2004 que instauraba nuevas medidas coercitivas contra la isla, entre otras, la prohibición para los cubanos de los Estados Unidos de visitar a sus familias más de 14 días cada 3 años.2 Poco satisfecha de las terribles consecuencias humanas engendradas por este estrangulamiento económico inédito, la señora Rice ha previsto otras medidas agresivas para mayo de 2006.3
Una de las principales políticas de desestabilización elaboradas por Washington consiste en fomentar la subversión interna, organizando y financiando a algunos individuos poco escrupulosos atraídos por los emolumentos ofrecidos. El actual presupuesto destinado a la fabricación de una oposición interna asciende a más de 50 millones de dólares.4 El nuevo jefe de la Sección de Intereses Norteamericanos (SINA), Michael Parmly, que sustituyó al señor James Cason el 15 de septiembre de 2005, se encargó inmediatamente de la tarea reuniéndose con los muy mediatizados miembros de la «disidencia» cubana.5
El nombramiento del señor Parmly no es anodino y dice mucho de los objetivos de Washington. Antes, este diplomático estuvo en Afganistán durante tres años y adquirió cierta experiencia de las sociedades devastadas por la guerra.6 «Vengo de algunas sociedades posconflictuales involucradas en largos períodos de dificultades», subrayó, sobreentendiendo que su experiencia podía servir en el caso de Cuba.7
El 15 de diciembre de 2005, el señor Parmly convocó a los «disidentes» en su residencia personal en La Habana. Se apresuró a congratular a los invitados por su labor a favor del «cambio democrático». «Los Estados Unidos no impondrán su propio estilo de gobierno dijo el presidente Bush. Nuestro objetivo es más bien ayudar a los demás a encontrar su propia voz, a alcanzar su propia libertad y a construir su propio camino», afirmó de la forma más seria del mundo, ignorando la despiadada agresión política y económica contra la pequeña isla del Caribe. Bajo los ojos atentos de las Damas de blanco, de los señores Oswaldo Payá y Valdimiro Roca y de señora Marta Beatriz Roque, decretó que «el gobierno cubano no representa a su pueblo y no tiene ningún interés en mejorar su vida». Evidentemente, Washington sólo tiene como principal preocupación el bienestar de los cubanos como lo muestra claramente la ferocidad de sus medidas, pues las sanciones económicas están destinadas a «restablecer la democracia» y no a rendir por hambre a la población.8
La señora Marta Beatriz Roque, presidenta de la Asamblea para la Promoción de la Sociedad Civil, reveló el funcionamiento del comercio de la «disidencia», durante una conversación telefónica grabada a sus espaldas. Refiriéndose a algunas personas que se habían negado a participar en el «Congreso de la disidencia» que había organizado en mayo de 2005 con el apoyo público de los Estados Unidos, declaró que «no se va nadie de Pinar del Río [provincia al oeste de La Habana] a Miami. Los americanos dijeron que ni una visa». Así, para reclutar a nuevos colaboradores, la SINA, además de una sustancial incitación financiera, promete la obtención de una visa para los que sabrán mostrarse dóciles y obedientes.9
La conversación telefónica grabada por los servicios de inteligencia cubanos mostró también la verdadera cara de la señora Beatriz Roque. «Si eso le cuesta al gobierno cubano que los yanquis invadan a Cuba, me da lo mismo», afirmó a su interlocutor. Con tales palabras, resulta fácil comprender las razones por las cuales la señora Beatriz Roque no suscita olas de entusiasmo en el seno de la población cubana.10
La prensa internacional, que no ignora nada de esta realidad y de las artimañas orchestadas por los Estados Unidos, se alinea de modo muy disciplinado con el punto de vista de Washington. Así, pretende ofuscarse de la reacción hostil de los habitantes a las manifestaciones de los grupos de «disidentes», hábilmente organizadas por la SINA, y denuncia el rechazo popular del que son sujetos los «militantes pacíficos de la oposición». Obviamente, omite mencionar que forman parte de una estrategia destinada a desestabilizar el país. Quizás la señora Beatriz Roque esperaba ser acogida con ramos de flores después de que sus declaraciones se transmitieran por la televisión cubana. En cuanto al señor Parmly, calificó a los cubanos que apoyan a su gobierno de «versión moderna de las camisas negras nazis o del Ku Klux Klan».11
La complicidad de la Unión Europea con la política hostil de los Estados Unidos quedó confirmada con la concesión del premio Sajarov a las «Damas de blanco»12, y por las declaraciones del nuevo representante norteamericano en La Habana. En efecto, el señor Parmly felicitó a los parlamentarios europeos, que «verdaderamente mostraron valor y perspicacia al escoger a las Damas de blanco». También agregó que las divergencias con Europa a propósito de las sanciones económicas sólo revestían un carácter «táctico», dado que Washington y Bruselas están en la misma línea en cuanto a «la direción que tiene que tomar Cuba».13
A veces, el señor Parmly lleva al sinceridad hasta expresar sus impresiones reales sobre la población cubana: «Realizo largos paseos y visito lugares frecuentados por los cubanos […]. Me detengo cerca de los quioscos de periódicos, restaurantes y camino en la playa donde hablo con los pescadores, con los jóvenes […]. Me ha sorprendido sumamente la extensión de la creatividad y de la espontaneidad del pueblo cubano. Si hablas con la gente, te responde. No hablo únicamente a los artistas, a los músicos o a los [militantes] independientes. La mentalidad cubana es muy viva».14
Hasta llega a confesar que el apoyo del pueblo cubano para con su gobierno lo sorprendió: «Hay cierto número de personas que creen en el sistema. Para darles un ejemplo, encontré a una persona que expresó su escepticismo con respecto a … los disidentes, pues amenazan las conquistas de la Revolución. Me dijo que todo lo que era y todo lo que había realizado es el producto de la Revolución […]. Me asombraron mucho esas conversaciones».15
El panorama de la sociedad cubana presentado por el propio representante de los Estados Unidos en La Habana es totalmente diferente de la imagen de un mundo estancado promovida, en virtud de imperativos ideológicos, por las transnacionales de la información. Las reacciones del jefe de la SINA no sorprenden, pues ilustran sencillamente la estrechez ideológica de la Casa Blanca, incapaz de aceptar la independencia de Cuba. Pero es verdad que es políticamente penoso admitir que los cubanos apoyan todavía a su gobierno a pesar de todos los medios utilizados para derrocarlo, incluso el terrorismo.
A este respecto, el caso del señor Luis Posada Carriles, criminal convencido responsable de numerosos atentados contra civiles, sigue molestanto profundamente a la administración Bush. Arrestado por entrar ilegalmente en el territorio norteamericano, el gobierno se niega a deportarlo a Venezuela, que lo reclama, y excluye juzgarlo por su pasado terrorista. La razón es simple, pues el señor Posada Carriles, que trabajó muchos años para la CIA, amenazó claramente con revelar secretos de Estado en caso de juicio.16
No obstante, la ley norteamericana prohíbe la detención indefinida de los extrangeros en situación irregular, cuya extradición no ha podido realizarse dentro un plazo de 90 días. En arresto domiciliario desde el 17 de mayo de 2005, el señor Posada Carriles podría ser liberado a partir del 24 de enero de 2006, fecha en que el servicio de inmigración examinará su estatuto.17 El señor José Pertierra, representante legal del gobierno venezolano en este asunto, expresó su estupor:
«Eso significa, ni más ni menos, que en unas pocas semanas Posada Carriles – autor de la voladura de un avión civil con 73 personas a bordo, en 1976 – pudiera ser liberado por el gobierno federal […]. Sin embargo, esa ley no ampara a los terroristas […]. No hay que investigar mucho para concluir que Luis Posada es un terrorista. Basta con leer su libro, Los Caminos del Guerrero, en el cual cuenta con orgullo algunas de las acciones terroristas que ha organizado. O examinar los cables de inteligencia de la CIA que reportan sus alardes, días antes de la voladura del avión, de que iba a volar un avión de pasajeros cubano. O leer la entrevista que concedió al New York Times en 1998, en la cual admite la autoría intelectual de los sabotajes con bombas que mercenarios centroamericanos colocaron en varios hoteles y restaurantes de La Habana en 1997 y que causaron la muerte de un turista italiano y varios heridos. O leer el dictamen de la Corte en Panamá, que lo condenó por el fallido intento de hacer volar con C-4 un auditorio lleno de estudiantes panameños, durante una alocución del Presidente cubano Fidel Castro en el 2000 […]. Hay leyes suficientes en los Estados Unidos para mantener preso a este terrorista. Lo que escasea es la voluntad política del gobierno federal para hacer valer la justicia.18
El caso del señor Posada Carriles no es más que una prueba más del doble rasero que los Estados Unidos aplican en la «lucha contra el terrorismo». Los medios internacionales también tienen una gran responsabilidad en el cultivo de este doble discurso sobre la cuestión del terrorismo. Las raras veces en que la prensa internacional aludió de manera furtiva al señor Posada Carriles, nunca lo calificó de «criminal» o de «terrorista», sino de «anticastrista», de «disidente» o de «ex terrorista». La posible liberación del «peor terrorista del continente americano», así lo había calificado el FBI, ha sido totalmente ocultada a la opinión mundial.
En cambio, en una maniobra de diversión, la prensa del mundo entero se desahogó, de manera increíblemente desproporcionada, en un documental propagandístico presentado por el realizador alemán Wilfried Huisman que pretende, otra vez, que el verdadero responsable de la muerte de John F. Kennedy no es sino el señor Fidel Castro.19 El frenesí mediático alcanzó tal grado que el propio viceministro de Relaciones Exteriores de la República alemana, Helmut Schaefer, calificó el trabajo del señor Huisman de fantasioso: este documental «carece de toda lógica política [y] completamente improbable», declaró, agregando que un «realista como Castro jamás correría el absurdo riesgo de entrar en un conflicto militar con los Estados Unidos».20
La preocupación de Washington se explica por la influencia y el prestigio sembrados por Cuba a través el hemisferio sudamericano, sobre todo cerca de algunos dirigentes tales como Hugo Chávez y Evo Morales. Cuba fue la primera escala del nuevo presidente boliviano, el cual no escondió su admiración por el modelo económico y social de la isla: «La lucha del pueblo cubano, sobre todo la del Che, no ha sido en vano. Dejaron la semilla y ahora hay frutos, no solamente en Bolivia, sino en toda Latinoamérica», avanzó durante su visita.21
Acuerdos de cooperación bilateral en materia de educación, de salud y de deporte fueron firmados por los presidentes cubano y boliviano. Uno de los acuerdos prevé alfabetizar a toda la población boliviana entre julio de 2006 y diciembre de 2008. este ambicioso proyecto fue aplicado por los cubanos en Venezuela con un impresionante éxito, ya que el analfabetismo fue totalemente erradicado, haciendo de la patria de Chávez el segundo territorio latinoamericano libre de analfabetismo, después de Cuba.22
En cuanto a Chávez, además de centrar su política social en los desheredados de su país, también decidió ayudar a los pobres de la nación más rica del mundo después de una solicitud de un grupo de senadores norteamericanos. Abandonados desde hace tiempo por su propio gobierno, Venezuela ha decidido proporcionar petróleo a bajo precio a los ciudadanos estadounidenses con escasos ingresos de Nueva York y Massachussets, hundiendo así a la administración Bush en un singular malestar.23
La voluntad de elaborar otro modelo económico basado no en la ganancia, sino en las necesidades de las poblaciones, como lo que hace en cierta medida el gobierno cubano, ha generado una inmensa corriente de esperanza en el continente. Pero, la Casa Blanca, ya desacreditada en el seno de la opinión internacional por su hegemonía belicosa, no puede admitir esta nueva afrenta.
A veces, la hostilidad estadounidense hacia Cuba toma un aspecto irracional. Por ejemplo, el Departamento de Tesoro prohibió la participación del equipo cubano de béisbol en la próxima copa del mundo, que tendrá lugar en los Estados Unidos en marzo de 2006. El pretexto avanzado es que la competición permitiría a Cuba conseguir beneficios financieros y ello constituiría una violación de las sanciones económicas. Frente a esta decisión estrafalaria, más de 100 parlamentarios norteamericanos confusos conjuraron a su gobierno a que se retractara.24 En cuanto a Cuba, se comprometió a regalar todas sus ganancias a las víctimas del huracán Katrina. Pero las autoridades del Tesoro permanecieron inflexibles.25
La obsesión de los Estados Unidos con la Revolución cubana refleja también cierta desesperanza. A pesar de una invasión militar, una amenaza de conflicto nuclear, una feroz campaña de terrorismo y de sabotage, una guerra biológica, un implacable bloqueo económico regularmente acentuado, una intensa agresión política, diplomática y mediática, Washington no ha logrado todavía desalentar a los cubanos. Peor aún, el crecimiento económico para el año 2005 alcanzó un 11,8%.26 En cuanto al nivel vertiginoso de desarrollo humano que ha logrado Cuba, sume cada vez más al vecino del Norte en una profunda confusión. Es de esperar que esta desesperanza no se transforme en locura y que el gobierno estadounidense no emprenda alguna aventura militar que no tendrá como resultado sino un interminable conflicto, del cual la primera potencia del mundo seguramente no saldría vencedora.
Notas
1 Christopher Toothaker, Morales Aligns Himself With Castro, Chavez, The Miami Herald, 3 de enero de 2006.
2 Colin L. Powell, Commission for Assistance to a Free Cuba, (Washington : United States Department of State, mayo de 2004).
3 Condoleezza Rice, Meeting of the Commission for Assistance to a Free Cuba, United State Department of State, 19 de diciembre de 2005.
4 Colin L. Powell, Commission for Assistance to a Free Cuba, op.cit., pág. 22 ; Roger F. Noriega, Assistant Secretary Noriega’s Statement Before the House of Representatives Committee on International Relations, Department of State, 3 de marzo de 2005.
5 Michael E. Parmly, Speech by U.S. Interests Section Chief of Mission Michael Parmly Marking the 57th Anniversary of the UN General Assembly’s Adoption and Proclamation of The Universal Declaration of Human Rights, United States Interest Section, 15 de diciembre de 2005.
6 United State Department of State, Biography: Miachel E. Parmly, 22 de septiembre de 2005.
7 Frances Robles, My Interest Is the Future, The Miami Herald, 25 de diciembre de 2005.
8 Michael E. Parmly, op.cit.
9 Jean-Guy Allard, Que los yanquis invadan a Cuba, me da los mismo, Granma, 22 de diciembre de 2005.
10 Ibid.
11 Parlement Européen, Trois lauréats pour le Prix Sakharov 2005. Femmes courage à Cuba : un groupe de femmes manifeste contre les détentions abusives, 20 de octubre de 2005. www.europarl.eu.int/ (sitio consultado el 31 de octubre de 2005).
12 Agence France-Presse, Seule une infime minorité de Cubains profiteraient de la levée de l’embargo, 20 de diciembre de 2005.
13 Ibid.
14 Frances Robles, op.cit.
15 Ibid.
16 Oscar Corral and Alfonso Chardy, One Mysterious Voyage Links Five, The Miami Herald, 31 de diciembre de 2005.
17 Wilfredo Cancio Isla, Considera EEUU conceder libertad condicional a Posada Carriles, El Nuevo Herald, 4 de enero de 2006;
18 José Pertierra, Posada Carriles a punto de irse a la calle, Cuba Debate, 4 de enero de 2006.
19 Anthony Summers, $6,500 to Kill a President : Did Oswald Sell His Soul to Cuba?, The Times, 7 de enero de 2006 ; BBC News, JFK Assassination ‘Was Cuba Plot’ , 4 de enero de 2006 ; José Pino Valencia, Castro Ordered Kennedy’s Assassination, Deutsche Welle World, 5 de enero de 2006 ; Mark Trevelyan, Cuba Behind JFK Killing, New Film Says, The New Zealand Herald, 5 de enero de 2006 ; Kate Connolly, Cuban Secret Service Plotted JFK’s Death, New Film Claims , The Syndney Morning Herald, 5 de enero de 2006 ; Dominican Today, Cuba Paid Oswald to Kill Kennedy, New Film Says, 5 de enero de 2006 ; El Nuevo Herald, Culpan a Cuba por la muerte de Kennedy , 5 de enero de 2006 ; Mark Trevelyan, Cuba Behind JFK Killing, New Film Says, Reuters, 4 de enero de 2006 ; Matt Trevalyn, Cuba Behind JFK Muerder, Claims Film , The Irish Examiner, 6 de enero de 2006 ; David Crossland, Filmaker Links Island to ’63 Killing of Kennedy, The Washington Times, 6 de enero de 2006 ; Hugh Williamson, German Film Links Cuba to Kennedy Assassination, The Financial Times, 6 de enero de 2006 ; Philippe Gélie, L’assassinat de John F. Kennedy est de nouveau attribué à Cuba, Le Figaro, 7 de enero de 2006 ; L’Express, Lee Harvey Oswald payé par Cuba pour assassiner John F. Kennedy ?, 4 de enero de 2006 ; Mark Trevelyan, Lee Harvey Oswald payé par Cuba pour assassiner John F. Kennedy ?, Libération, 4 de enero de 2006 ; Hugh Williamson, Film : Cuban Secret Service Organized JFK’s Murder, The Miami Herald, 7 de enero de 2006 ; Le Nouvel Observateur, Un documentaire relance la thèse du complot castriste, 4 de enero de 2006.
20 La Jornada, No es responsable Cuba del asesinato de Kennedy: Berlín, 8 de enero de 2006.
21 Joaquín Rivery Tur, Suscriben Fidel y Evo Morales acuerdo de cooperación bilateral, Granma, 31 de diciembre de 2005.
22 Frances Robles and Pablo Bachelet, Cuban Policy Commission Revived to Take a Fresh Look, The Miami Herald, 20 de diciembre de 2005.
23 Justin Blum, Chavez Pushes Petro-Diplomacy, The Washington Post, 22 de noviembre de 2005, pág. A22.
24 Frances Robles, Lawmakers : Let Cuba Play Ball, The Miami Herald, 18 de diciembre de 2005.
25 Anne-Marie Garcia, Cuba Offers to Donate Money to Hurricane Victims as Baseball Reapplies for Permit, The Sun-Sentinel, 23 de diciembre de 2005.
26 Andrea Rodriguez, Cuba Announces 11.8 Percent Economic Growth in 2005, The Sun-Sentinel, 23 de diciembre de 2005.