«¿No siente usted que la opinión publica trata a Cuba peor que antes?», me preguntó la periodista de la televisión catalana y me hizo recordar la diferencia entre opinión pública y opinión publicada remarcada por el presidente ecuatoriano Rafael Correa en una célebre entrevista con un canal de la televisión española. Mientras los grandes medios […]
«¿No siente usted que la opinión publica trata a Cuba peor que antes?», me preguntó la periodista de la televisión catalana y me hizo recordar la diferencia entre opinión pública y opinión publicada remarcada por el presidente ecuatoriano Rafael Correa en una célebre entrevista con un canal de la televisión española.
Mientras los grandes medios de comunicación del estado español adoptan una posición demasiado cercana a la peor prensa de Miami para hablar sobre Cuba, lo que encontramos quienes visitamos este país procedentes de la Isla es una percepción muy crítica con ese tratamiento.
Así lo comprobamos en estos días en la ciudad de Barcelona, donde parlamentarios de tres fuerzas políticas (Esquerra Republicana, Candidatura de Unidad Popular e Iniciativa por Catalunya-Los Verdes-Esquerra Unida y Alternativa) recibieron de manera afectuosa a los cubanos que andamos por acá intercambiando sobre la realidad cubana y la lucha por la libertad de los antiterroristas cubanos presos en Estados Unidos.
Igual nos sucedió en la Facultad de Comunicación de la Universidad Pompeu Fabra, donde un grupo de sus estudiantes evidenció con sus preguntas su inconformidad con la información que reciben acerca de Cuba desde la prensa tradicional. Lógica es su admiración por periodistas como Pascual Serrano, que analizan criticamente ese escenario. «Es un grande», nos dijo Clara -una de las estudiantes- al hablar sobre nuestro amigo y fundador de http://www.rebelion.org, habitualmente excluído del mainstreim comunicacional español.
Incluso más allá de los espacios solidarios con Cuba, la opinión pública se sabe excluída por la misma maquinaria que demoniza a la Isla. Intuye que en el guión que muchas veces los medios les presentan sobre nuestra realidad sobran títeres y faltan personajes de carne y hueso. Tal vez por ello, siempre reservan en estos encuentros el mayor aplauso para Mirtha Rodríguez, la madre del prisionero político cubano en Estados Unidos Antonio Guerrero, un héroe de verdad que la opinión publicada no ha querido que la opinión pública sepa que existe.