En medio de tan caótico panorama laboral mundial, una vez más, Cuba revolucionaria es espejo donde mirarse, y deja en evidencia a sus históricos enemigos. Al cabo del presente curso, 7.695 nuevos profesionales se graduarán en la Isla, más de 4.000 de ellos en ciencias técnicas. Este dato, sin más, ya es digno de admiración […]
En medio de tan caótico panorama laboral mundial, una vez más, Cuba revolucionaria es espejo donde mirarse, y deja en evidencia a sus históricos enemigos. Al cabo del presente curso, 7.695 nuevos profesionales se graduarán en la Isla, más de 4.000 de ellos en ciencias técnicas. Este dato, sin más, ya es digno de admiración en un país que, desde hace más de cincuenta años, sufre un genocida e ilegal bloqueo impuesto por los diferentes -e idénticos, sin embargo- gobiernos de los Estados Unidos. No olvidemos que, hasta 2012, las perdidas económicas provocadas por el bloqueo ascendían a un billón sesenta y seis mil millones de dólares, más de un millón de millones, según rigurosos y conservadores cálculos sobre la base de la depreciación del dólar.
Pero lo realmente admirable es que, a día de hoy, el 97% de los citados egresados ya tiene resuelto el empleo -por supuesto que relacionado con los estudios cursados-, y solo 130 esperan ubicación laboral; lo que no tardará en llegar, porque desde el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social ya buscan alternativas para ofrecerles opciones afines a sus perfiles. Una quimera, sin duda, en muchísimos países cuyos gobernantes tanto critican al gobierno cubano.
Cabe recordar que, a pesar de las plantillas infladas que se han eliminado en los últimos meses en todo el territorio nacional, y a la crisis económica que actualmente golpea a todo el mundo, en Cuba el desempleo estaba a primeros de año en el 3,2%. Y es que en la tierra de Martí las personas son personas, y no mercancías, como en los países capitalistas.
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