Instituciones científicas y asistenciales cubanas han emprendido unas 40 investigaciones en las que participan alrededor de 140 especialistas, se conoció ayer en un simposio sobre los resultados y perspectivas del tratamiento con células madre en la isla.
El presidente de la Comisión Nacional de Terapia Regenerativa del Ministerio de Salud Pública, Porfirio Hernández explicó que se ha aplicado autotrasplante en más de 80 pacientes diabéticos y con isquemia crítica de miembros inferiores con una rápida y efectiva recuperación, según la Agencia de Información Nacional (AIN).
Hernández, también director del Instituto de Hematología e Inmunología (IHI) de La Habana, dijo que las experiencias en laboratorio en la isla datan de 1972, pero ya en 1985 se introduce en ese Instituto el trasplante de médula ósea para enfermedades hematológicas.
En el caso de la terapia celular para regeneración de otros tejidos, comenzó a aplicarse en 2004, primero en la especialidad de angiología y más tarde en cardiopatías, indicó la fuente.
Agregó que la experiencia se extendió a instituciones asistenciales de otras provincias del país y que se trabaja para disminuir los costos en la obtención de las células adultas.
Especialistas del IHI, del Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ) y del Hospital General Docente ‘Enrique Cabrera’, entre otras instituciones, se refirieron en el simposio a casos con pie diabético y de personas aquejadas de infarto agudo del miocardio a quienes se les aplicó el tratamiento.
Las investigaciones sobre las potencialidades de las células madre comenzaron en 2003 en Cuba, de acuerdo con las fuentes.
En particular, las células del tipo hematopoyéticas adultas (no embrionarias) obtenidas de la médula ósea del propio individuo, se considera aquí que abren un camino promisorio en la terapéutica de varias enfermedades, como el Parkinson, las oculares y la diabetes tipo I y II.
Entre las ventajas atribuidas a estas células no embrionarias los especialistas cubanos subrayan que no originan rechazo ni formación de tumores malignos y tampoco implican problemas éticos, pues se aplican con el pleno consentimiento del paciente.