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Cuba: la USAID en busca de «contratistas»

Fuentes: Rebelión

Tras la denominación aparentemente benefactora e inocua de «Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional», USAID, se esconde el rostro de una de las organizaciones mejor maquilladas de la gigantesca estructura levantada por el imperio para impulsar su estrategia de Defensa y Seguridad. Mientras otras instancias -como la CIA o el Pentágono-, son fácilmente identificables por […]

Tras la denominación aparentemente benefactora e inocua de «Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional», USAID, se esconde el rostro de una de las organizaciones mejor maquilladas de la gigantesca estructura levantada por el imperio para impulsar su estrategia de Defensa y Seguridad.

Mientras otras instancias -como la CIA o el Pentágono-, son fácilmente identificables por el reguero de muerte y dolor que dejan tras de sí, la USAID se desliza operando con un perfil supuestamente humanitario, tratando que su presencia sea asociada principalmente con las ayudas que a nombre del «pueblo de los EEUU» distribuye durante las catástrofes de diverso tipo ocurridas en diferentes sitios.

Pero el alcance real y los verdaderos propósitos de la USAID son de mucho mayor trascendencia que los sacos de trigo donados o los pozos de agua excavados a la sombra del logotipo que la identifica.

Génesis de la USAID

El triunfo de la revolución cubana del 1° de enero 1959 sacudió hasta los cimientos la «paz» que el imperio había logrado mantener hasta entonces en su patio trasero, y son relativamente conocidas por todos, las innumerables acciones terroristas que el mismo desarrolló a partir de ese momento, tendientes a acabar cuánto antes con el incómodo fantasma que acababa de colársele en su área de influencia. Sabotajes, bandidismo mercenario, Playa Girón, guerra bacteriológica, bloqueo…

Pero también fueron implementadas nuevas orgánicas y otros métodos en diferentes frentes además de la isla de Cuba, con el propósito de prevenir que se produjesen situaciones similares en la región o en otros sitios del planeta. Recordemos que estamos hablando del período caliente de la «guerra fría».

Es en ese contexto que la USAID hace su estreno el 3 de noviembre del año 1961, debutando con la llamada «Alianza para el Progreso», impulsada a instancias del presidente John F. Kennedy. Uno de los argumentos que pasó a constituírse en principio para la nueva organización, reconocía que la situación de colapso económico y humanitario en el que el sistema capitalista sumía a los países del Tercer Mundo representaba una «situación desastrosa para la Seguridad Nacional de los EEUU», en clara alusión a lo que venía de suceder en el caso de Cuba. El presidente Kennedy expresaba al respecto: «La extensión de la pobreza y el caos conducen al colapso de las estructuras políticas y sociales que inevitablemente facilitarían un avance del totalitarismo en cada una de las áreas débiles e inestables. Esto colocaría en peligro nuestra propia seguridad y prosperidad…» Fueron destinados a este objeto miles de millones de dólares que se emplearían a partir de entonces para «desarrollar los recursos económicos y aumentar la capacidad de producción, así como fondos para el desarrollo de los recursos humanos a través de programas de cooperación técnica y desarrollo en los países menos desarrollados». Se sentaban de esa forma las bases de la política contrainsurgente de mayor alcance que el imperio haya jamás ideado: no solamente se procedería a garantizar la Seguridad Nacional por medio de las armas, sino que se operaría de manera integral involucrando diferentes factores. La USAID, que propagandeaba a los cuatro vientos nacer supuestamente «libre de las funciones militares y políticas», se estrenaba en Vietnam a parejas con la agresión imperial, para impedir la extensión del «comunismo», y en Africa intentando sabotear las luchas anticolonialistas; otro tanto hacía en Nuestramérica para frenar el ejemplo de la revolución cubana y las luchas populares regionales.

Detrás del maquillaje…

La Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) no solo enfoca aspectos de orden exclusivamente militar, como pudiera pensarse al revisar los textos de estudio con los que se sometía a la oficialidad tercermundista en la Escuela de las Américas, o al constatar la huella sangrienta de las dictaduras instauradas bajo su égida; su alcance es de mucho mayor contenido y proyección. Los propósitos son de carácter estratégico: posibilitar la sobrevivencia y dominio del modelo imperial, por todos los medios y en todos los frentes. La DSN es de este modo una concreción integral de la concepción ideológica fascistoide del Destino Manifiesto, reactualizable cada vez y cómo el imperio estime necesario, en aras de la eternidad del sistema y en detrimento del resto de la humanidad.

Esto implica, como condición fundamental, que cada paso efectuado por cualquier instancia gubernamental de los EEUU estará enmarcado en esa premisa. Por ello es que resulta sencillo encontrar citas explícitas respecto a la «Seguridad Nacional», en los documentos oficiales de todos los niveles del gobierno de los EEUU, desde los producidos en el búnker del Pentágono, a los elaborados por la Casa Blanca, pasando por supuesto por aquellos con los que la USAID informa de sus actividades.

Así lo señala claramente la secretaria de estado, Condoleezza Rice en febrero 2008( http://www.usaid.gov/policy/budget/cbj2009/101368.pdf ):

«Pero América, para su bien, no acepta al mundo como es. América, para su bien, unifica su poder y sus principios y trabaja por hacer al mundo mejor de lo que es -no perfecto, pero mejor… No realizaremos los desafíos del siglo XXI solamente por medio de los recursos militares o algún otro. Nuestra Seguridad Nacional requiere la integración de nuestros principios universales con todos los elementos de nuestro poder nacional: nuestra defensa, diplomacia, nuestra ayuda al desarrollo, nuestros esfuerzos de promoción de la democracia, el libre comercio, y el trabajo adecuado de nuestro sector privado y sociedad.»

De esta forma, al mismo tiempo que se largan las bombas sobre el pueblo afgano e iraquí y se estrecha el cerco genocida al pueblo palestino con la justificación de la «guerra contra el terrorismo», se ampara cínicamente a terroristas como Luis Posada Carriles en el mismo suelo estadounidense. Entre tanto, otras agencias dependientes del gobierno de los EEUU, como la USAID, posan realizando hipócritamente algunas donaciones, mientras tras bambalinas van desplegando sus planes de «promoción de la democracia y los derechos humanos», con los cuales injerencian y conspiran en cada «rincón oscuro» planetario donde los pueblos hayan decidido escoger modelos diferentes de relación humana.

No es casualidad entonces encontrar amparadas tras la fachada de la USAID, a innumerables «organizaciones no gubernamentales» surgidas como hongos después de una lluvia, trabajando mercenariamente por la «democracia y los derechos humanos» en cada uno de los países que cuestionan con su accionar a la política imperial. Así, veremos a estas «ONGs» dependientes del gobierno de los EEUU, repartidas por Bolivia promoviendo el separatismo y el racismo como paradigmas de los llamados «derechos humanos y democracia» a los que aspira el imperio; asimismo reptan por la Venezuela Bolivariana auspiciando los grupos que intentan sepultar el proceso revolucionario…

Por supuesto que encontraremos algunos de ellos también en Cuba, vestidos con el ropaje de «disidentes» y coludidos al interior de la Oficina de Intereses de los EEUU en la isla (SINA), separados de terroristas como Posada Carriles o Santiago Alvarez solo por las aguas del mar Caribe y por el accionar revolucionario del pueblo cubano (1).

Mercenarios y sinvergüenzas, juntos y revueltos

En la página 4 del informe que sobre la actividad «disidente» realizada en Cuba entrega la USAID ( http://pdf.usaid.gov/pdf_docs/PDACH412.pdf ), se lee que durante el año 2005: «Activistas independientes cubanos han iniciado más de 1 800 actos de resistencia cívica -un promedio de 150 actos de protesta civil mensuales, comparados con los 110 mensuales del año anterior…» Cualquiera que leyera estas líneas sin estar objetivamente al tanto de la realidad isleña, pensaría que la inestabilidad social es algo cotidiano y que en Cuba se estaría a las puertas de un levantamiento popular contrarrevolucionario.

Algo similar ocurre con otras cifras de la USAID referentes a la «ayuda» entregada a los «disidentes» cubanos entre los años 1996-2006 ( http://pdf.usaid.gov/pdf_docs/PCAAB525.pdf ). Allí se informa en la página 20, que se habrían donado 385.000 libras de medicinas, ropas y comida (unas 173 toneladas!); más de 26.000 radios de onda corta; millones de libros, folletos y otros materiales de información; cursos de «formación en periodismo» a más de 200 cubanos, publicando unos 23.000 reportes de los mismos y que se habría facilitado la visita de más de 200 «expertos» para ayudar a la formación y el desarrollo de las denominadas ONGs «independientes»…

A estas impresionantes cifras habría que agregar el catastro de centenares, quizás miles de partidos políticos «disidentes», grupos de «derechos humanos», bibliotecas «independientes», «sindicatos», que florecerían activamente en la isla, a pesar de la siniestra represión… pero que nadie ha podido observar a la luz del día por más que les busque hasta bajo las piedras.

Toda esta fantástica propaganda sobre las supuestas actividades de la «disidencia» cubana, y la terrible represión que sobre ella desataría el régimen revolucionario, está en verdad destinada a justificar la mantención del bloqueo y recabar apoyo para intensificar la obsesiva agresión hacia Cuba. Estos datos son los mismos que personeros oficiales yanquis difunden a través de los mierdimedios de «información» y argumentan en cada cita con gobiernos afines u otros organismos internacionales manipulables por su poderoso aparato exterior.

Como ha quedado en varias ocasiones demostrado, la llamada «disidencia» interna cubana está compuesta en la realidad por unos pocos mercenarillos de poca monta y menor honra, verdaderos sinvergüenzas que han sido incapaces de organizar -a pesar del enorme respaldo-, alguna verdadera actividad política opositora. Para nadie es un misterio que, si verdaderamente existiesen condiciones que impulsaran a los cubanos a organizarse y resistir, nada ni nadie les podría impedir hacerlo; a este respecto las experiencias populares de Nuestramérica son aleccionadoras: a ningún patriota honesto le ha hecho falta recibir 30 denarios para levantarse contra las dictaduras que han asolado la faz continental, así también la dignidad de los revolucionarios cubanos fue suficiente para luchar y vencer a la dictadura batistiana.

Es preciso entonces enfocar desde otro prisma el asunto. El mantener a cuatro gatos maullando destempladamente desde la isla, le posibilita a otros personajes recibir la cuantiosa ayuda que el gobierno de EEUU destina para el desarrollo de la «oposición independiente».

Y de esto se han percatado incluso agencias del propio gobierno. La Oficina de Responsabilidad Gubernamental del Congreso, GAO, por sus siglas en inglés, realizó a fines del año 2006 una especie de auditoría relacionada con los fondos que a través de la USAID y el Departamento de Estado se destinaban supuestamente al desarrollo de la «oposición independiente» dentro de Cuba. Descubrieron que, entre otras irregularidades -rayanas con el ridículo si no fuera por la seriedad del tema tratado-, se había incluído entre los ítems necesarios al «trabajo disidente»: conservas de cangrejo, chocolates Godiva, abrigos de piel y otras inexplicables armas estratégicas contrarrevolucionarias (página 37 en: http://pdf.usaid.gov/pdf_docs/PCAAB525.pdf ).

Pero sin dudas el plato fuerte de esta auditoría del GAO lo constituyó descubrir el destino real de los millones de dólares enviados supuestamente a la «disidencia» cubana. Resultó que los lastimeros mercenarillos internos habían tenido que conformarse sin chistar, solo con un poco más que los chocolates Godiva y etcéteras, pues prácticamente todo el paquete de más de 73 millones de dólares asignado al «caso Cuba»… había sido entregado entre los años 1996-2005 a 34 organizaciones «contratistas» (eufemismo de mercenarios) radicadas en los EEUU, principalmente en Washington y Florida (página 14 del antes mencionado informe GAO).

Mafia de mercenarios y terroristas por los caminos del mundo, con sus amos… tras la torta.

Después de leer los decidores informes elaborados por la USAID y el GAO, se nos quedarán en la memoria algunos nombres como la National Endowment for Democracy, NED (2); el International Republican Institute, IRI (cuyo presidente en el Consejo de Dirección es nada menos que el actual candidato republicano, John McCain); el National Democratic Institute, NDI; Reporteros Sin Fronteras, RSF (3); Directorio Democrático Cubano y otros. Es desde el interior de esta pléyade de autodenominadas organizaciones internacionales partidiarias o no partidiarias, no gubernamentales -según sea la ocasión-, pero sobretodo «sin fines de lucro»… que se elaboran la mayoría de los documentos de referencia empleados por la USAID así como las bases de las campañas contra Cuba. Los bien abastecidos «think tanks» que en ellas laboran ni se molestan en reconocer que, después de casi 50 años, han sido incapaces de dar pie con bola en sus voluminosos y delirantes análisis sobre la «realidad cubana». Tienen otras preocupaciones más importantes, como por ejemplo, evitar que el flujo de dólares en dirección a sus bolsillos se detenga.

En la mayoría de estas variadas organizaciones, encontraremos en puestos de dirección o de influencia a cubanos que escaparon hacia los EEUU a la caída del dictador Batista, llevándose consigo los millones producto de esa época de explotación y saqueo a la que la revolución puso fin. Entre sus muros encuentran también refugio los terroristas que han servido durante todos estos años de punta de lanza en la ignominiosa tarea de enlutar al pueblo cubano.
Terroristas de la calaña de Posada Carriles y otros similares han sido utilizados desde allí para llevar la guerra por los caminos del mundo no solo contra el pueblo cubano; y allí son mantenidos en «estado de alerta» permanente por si sus servicios son requeridos por el amo imperial.

Aunque en los informes de la USAID, o en el del GAO no aparece mencionada la terrorista Fundación Nacional Cubano-Americana, FNCA/CANF, sería inadecuado pensar que la omisión sea debida a desconocimiento, cuanto más el actual Jefe de la USAID para la Región Latinoamericana es nada menos que un ex directivo de la FNCA/CANF: José «Pepe» Cárdenas, hijo de colombianos, pero de larga trayectoria en la guerra sucia contra Cuba. Su denominación al cargo citado revela claramente las intenciones que respecto a la isla se abrigan desde las alturas imperiales; este especial nombramiento también revela los esfuerzos indecibles que la FNCA/CANF realiza «lobbiando» para no perder su sitial como receptora de parte importante de los millones destinados al «caso Cuba» (4).

Inserto aquí, como un pequeño paréntesis, que los fondos que la USAID piensa invertir en lo relacionado al «caso Cuba» alcanzan para el año 2008 la módica suma de 45 millones de dólares.

En cualquier caso, tendrán que compartir una parte de este botín con otras «ONGs» que han venido apareciendo desde la vieja Europa en los últimos años, sin dudas también olfateando la bolsa de millones. Provenientes de la experiencia exitosa que condujera al desmerengamiento del campo socialista europeo a finales de la década de los ochenta del siglo pasado, varias de estas «expertas» organizaciones han sido convocadas ahora por el amo imperial a prestar ayuda a los infructuosos esfuerzos realizados por los cubano-estadounidenses para acabar con la revolución cubana. Entre ellas figuran la «ONG» checa People in Need, PIN, en la cual se explaya el aterciopelado Václav Havel, quien también aparece -no faltaba más-, como figura destacada en la «European Foundation for Democracy through Partnership» EFDP, recientemente estrenada en Bruselas, con la ya conocida misión de llevar la «democracia y los derechos humanos» a los consabidos rincones oscuros planetarios y que agrupa a nada menos que a quince «ONGs» de diversa raíz europea. Imaginémonos por un instante las pesadillas que les amargarán el sueño a nuestros ya mencionados mercenarios de la FNCA/CANF, preocupados de ver cómo se les divide cada vez más el pastel. Pero no debieran desvelarse tanto, pues estas «ONGs» reciben por su parte -además de lo que les otorgue la USAID-, una dote especial y sustanciosa para sus pillerías directamente desde los fondos de la Comunidad Europea.

Tampoco debieran preocuparse demasiado por la presencia en las campañas contra Cuba, de otras gigantescas fundaciones europeas como la Konrad Adenauer, la Robert Schuman y la Hanns Seidel, democratacristianas; o la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, FAES, de similar orientación bajo la batuta de José M. Aznar; o la Friedrich Naumann, liberal. Todas ellas poseen recursos propios y de la Comunidad Europea, aunque no les vendría mal para equilibrar finanzas algo de ayuda desde los fondos del gobierno de los EEUU.

Es de imaginarse que los esfuerzos de tan variada y poderosa fauna de «demócratas» internacionales, aunados junto a los conocidos terroristas tras las orientaciones del denominado «Plan Bush» para Cuba, repercutirán en las campañas contra la isla; moverán sus marionetas distribuídas por todo el planeta en esa dirección y por lo menos habrá cada vez más encuentros, ágapes, cumbres, vernissages y demases. No se debe tampoco menospreciar en ningún modo los cacareos que se escucharán desde las oficinas de Reporteros Sin Fronteras, sin dudas la más fiel «ONG» europea a las órdenes de Bush y compañía.

A estas alturas, nadie sabe ni podría adivinar siquiera, si quedará algo en el fondo del cofre del tesoro destinado a satisfacer las ansias eternas de conservas de cangrejo y chocolates Godiva que tanto desvela a nuestros pobres mercenarillos cubanos; sin dudas que les veremos golpeando frenéticamente las puertas de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, pidiendo lastimeramente su parte.

«No importa que los tiempos sean tiempos donde soplen vientos de contra, donde las amenazas germinen día a día, donde los ataques piratas se desaten contra nosotros y contra otros pueblos del mundo. No importa que, cada día, el imperialismo sea más agresivo. Los pueblos que han decidido luchar por su libertad y mantener la libertad alcanzada no se pueden dejar intimidar por eso. Juntos construiremos la nueva vida». (Ernesto Che Guevara)

Referencias:

(1) http://www.granma.cu/espanol/2008/mayo/mier21/21compromiso2.html
http://www.freethefive.org/usTerrorism/USTerrDialing4Dollars052408.htm
(2) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=53874
(3) http://www.cubaminrex.cu/Actualidad/2004/Quienes%20Hacen%20Guerra/Index_RobertM.htm
(4) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=68213