Somos un grupo de ciudadanos-as cubanos-as que residimos temporal o permanentemente en el País Vasco. Nos sentimos bien en esta tierra, y valoramos la tradicional actitud respetuosa y solidaria de una buena parte de la sociedad vasca hacia nuestro pueblo. Colaboramos con la asociación de amistad EUSKADI-CUBA, una organización de solidaridad que desde hace ya […]
Somos un grupo de ciudadanos-as cubanos-as que residimos temporal o permanentemente en el País Vasco. Nos sentimos bien en esta tierra, y valoramos la tradicional actitud respetuosa y solidaria de una buena parte de la sociedad vasca hacia nuestro pueblo. Colaboramos con la asociación de amistad EUSKADI-CUBA, una organización de solidaridad que desde hace ya muchos años trabaja por apoyar material, económica y políticamente a nuestro pueblo, luchando contra el bloqueo tanto económico como informativo que sufre.
A diario nos sentimos golpeados y agredidos por la manipulación grosera que los grandes medios de comunicación hacen de la información sobre Cuba: bulos infames, mentiras increíbles, realidades a medias sacadas de su contexto y esquematizaciones dogmáticas sobre la coyuntura cubana, que tienen siempre como objetivo denigrar a la Revolución cubana. Desgraciadamente, esta infamia diaria empapa la conciencia de gente bienintencionada, incluso amiga de Cuba.
El pueblo cubano padece de severas carencias materiales, producto del bloqueo de la superpotencia que controla el 30% de la economía global, nos obliga a llevar a cabo nuestras importaciones en mercados lejanos a precios prohibitivos, aleja mediante sanciones la inversión de terceros países y nos veta todo préstamo de los organismos financieros multilaterales.
La Revolución responde repartiendo lo poco de lo que dispone, con centenares de programas sociales, con la priorización absoluta del gasto en salud pública, educación, cultura y asistencia social, y además ofreciendo su solidaridad a más de 30 países. El resultado: mientras Latinoamérica arde en la desigualdad y la miseria tras dos décadas de laboratorio neoliberal, nuestra «pobreza repartida» (con libreta de abastecimiento, con salarios exiguos pero igualitarios, con algunos faltantes de medicamentos…) hace que superemos en bienestar a países mucho más ricos (Informe Anual sobre Desarrollo Humano del PNUD, 2003), tener una mortalidad infantil que salvaría medio millón de vidas al año si fuera extrapolable a toda América Latina, seguir sin niños-as de la calle, ancianos-as desatendidos-as, campesinos-as sin tierra, hambre ni desamparo.
Nuestra democracia socialista garantiza que cualquier persona, incluidos los bienpagados «disidentes», se pueda presentar a las elecciones. La condición ineludible: ser propuesto por sus vecinos, y no por maquinarias de marketing electoral. Y nuestro sistema socialista -como el capitalismo en las constituciones del «mundo libre»- es innegociable: más de 8 millones de cubanos firmamos para que nuestra Constitución recoja esta irreversibilidad, y el derecho a la lucha armada si fuera necesario para defenderla.
Cuba es un país del Tercer Mundo, y por tanto generador de emigración. Sin embargo, para los medios del pensamiento hegemónico somos el único país del Sur que no tiene emigrantes, sino «exiliados». Los-as cubanos gozamos, además, del privilegio de una ley de EEUU (Ley de Ajuste Cubano, 1966) que nos convierte en refugiados políticos al pisar tierra yanki, aunque para ello empleemos métodos de viaje como el secuestro o el asesinato, mientras cínicamente, nos niega la posibilidad de emigrar o simplemente viajar por vías legales y seguras. Mientras, se patea de vuelta a los espaldasmojadas de México o los balseros dominicanos. Pero los cubanos debemos ser masoquistas, porque con todas estas tentaciones del «mundo libre», el porcentaje de emigración es muy inferior al de cualquier país de la zona.
La escasez es la musa de fenómenos reales pero minoritarios y muy vinculados a la epidérmica realidad del turismo como la prostitución, la droga o la corrupción. Pero nuestras contradicciones son el paraíso al lado del drama social de muchos de nuestros hermanos latinoamericanos. Nuestro pecado, como dice Noam Chomsky, es nuestro «mal» ejemplo para otros pueblos. Nuestro castigo, la guerra económica, el terrorismo, la mentira y la calumnia. Asumimos nuestro castigo, y seguiremos luchando, como lo siguen haciendo, desde las cárceles norteamericanas, nuestros 5 compañeros presos políticos del régimen norteamericano, a los que seguiremos dedicando nuestra lucha diaria por la justicia y la verdad.
Firmado:
Maydel FARREY
Julián DESPAIGNE
Mirta GALANO
José Tadeo TAPANES
Lázaro ORAMAS
Milagros ACEA
Fidel HERNÁNDEZ
Alejandro DE LA TORRE
Carlos PALENZUELA
Alberto ESCOBAR
(PD de los autores: hacemos un llamamiento a todos-as los-as compatriotas cubanos-as que residen en el País Vasco a asociarse en EUSKADI-CUBA, y de esta manera apoyar y ayudar a nuestra patria y a nuestro pueblo. Tel.: 94-4151107. Email: [email protected]. Web: www.euskadicuba.org)