No puede ser ya más grande su triunfo. Cuba derrotó definitivamente el bloqueo en el «cuadrilátero pacífico» que es la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU), al Estados Unidos decidir abstenerse en la votación de un nuevo proyecto de Resolución presentado por la mayor de las Antillas que condenó esa política ilegal de Washington. La […]
No puede ser ya más grande su triunfo. Cuba derrotó definitivamente el bloqueo en el «cuadrilátero pacífico» que es la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU), al Estados Unidos decidir abstenerse en la votación de un nuevo proyecto de Resolución presentado por la mayor de las Antillas que condenó esa política ilegal de Washington.
La representante del gobierno norteamericano ante la ONU «sorprendió» este 26 de octubre, al anunciar en su intervención la abstención de su país, sin duda alguna un claro reconocimiento al hecho de que la guerra económica, comercial y financiera impuesta a la nación caribeña es absurda, obsoleta, y no tiene futuro alguno.
El proyecto de Resolución cubano fue adoptado por 191 votos a favor, 0 en contra, y dos abstenciones, las de Estados Unidos y su siempre aliado Israel.
El respaldo unánime de la comunidad internacional al decano archipiélago latinoamericano, y el rechazo que ello representa al bloqueo que todavía le mantiene Washington al pueblo cubano, demuestra que debe ser desmontado inmediatamente.
No obstante la abstención norteamericana en la AGNU, el cerco a Cuba persiste, por lo que no puede descartarse que el cambio de voto sea una posible postura engañosa.
Recordemos que el saliente presidente norteamericano, Barack Obama, admitió el fracaso de la conducta hostil de su país hacia la mayor de las Antillas, y prometió cambiarla.
Sin embargo, Obama concluirá su mandato en enero de 2017 y el bloqueo se mantiene hasta hoy intacto, no obstante Washington y La Habana haber restablecido los nexos diplomáticos bilaterales, luego de cinco décadas de ruptura.
El todavía inquilino de la Casa Blanca ha anunciado «paquetes de medidas» e incluso «directivas presidenciales» con respecto a la nación caribeña, pero en ningún caso significan el levantamiento definitivo del bloqueo.
Más bien Obama ha intentado confundir a la opinión pública internacional para infructuosamente evitar el fuera de combate que Cuba le propinaría por vigésimo quinta ocasión consecutiva a Estados Unidos en la ONU.
Los anuncios del máximo representante de Washington ni siquiera auguran esperanzas de que termine de una vez y por siempre el cerco extraterritorial que tanto ha dañado al pueblo cubano, y que le continúa impidiendo su desarrollo.
Como se ha reiterado por estos días, Obama se va y el bloqueo se queda, a expensas del próximo ocupante de la Casa Blanca que salga de las elecciones norteamericanas del venidero 8 de noviembre.
Por si acaso, los cubanos tienen bien claro que la lucha frente a la guerra económica, comercial y financiera que le prosigue imponiendo Estados Unidos aun no ha terminado, y están preparados para desafiarla y seguir librando contiendas como la escenificada este 26 de octubre en la AGNU.
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