Cuba tildó hoy de «oportunismo» y «manipulación política» el uso del término «ataques» por parte del gobierno de Estados Unidos para referirse a los misteriosos incidentes de salud que han afectado a 26 de sus diplomáticos en La Habana. «Miente quien usa el término ‘ataque’ para referirse a los síntomas reportados por diplomáticos de EE.UU.. […]
Cuba tildó hoy de «oportunismo» y «manipulación política» el uso del término «ataques» por parte del gobierno de Estados Unidos para referirse a los misteriosos incidentes de salud que han afectado a 26 de sus diplomáticos en La Habana.
«Miente quien usa el término ‘ataque’ para referirse a los síntomas reportados por diplomáticos de EE.UU.. Lo hace conscientemente, con una agenda política bien definida y una carga de oportunismo», afirmó el director de EE.UU. de la Cancillería de la isla, Carlos Fernández de Cossío, en su cuenta de Twitter.
El diplomático cubano consideró que el Departamento de Estado de EE.UU. «no puede ocultar la manipulación política de dolencias reportadas por sus funcionarios» y sostiene que la supuesta preocupación por la salud y seguridad de sus diplomáticos se usa con «oportunismo político».
El gobierno de Washington informó este jueves que ya ascienden a 26 los diplomáticos de su misión que han sufrido problemas de salud en La Habana, tras confirmar un nuevo caso.
Este incidente se reporta después de que el pasado 21 de junio las autoridades estadounidenses informaran de otro caso similar, que se sumaba a los 24 diplomáticos de su delegación que resultaron afectados en la capital cubana entre 2016 y 1017.
Fernández de Cossío manifestó que EE.UU. tiene un largo historial de acudir a la «manipulación política y la agresión por vías abiertas y encubiertas» para lograr sus propósitos políticos y económicos.
Asimismo denunció que Cuba es un país «persistentemente agredido» por EE.UU., que tiene «toda razón» para rechazar imputaciones falsas y acusaciones difamatorias del Departamento de Estado.
El gobierno cubano ha reiterado que no existen indicios que prueben los supuestos «incidentes de salud» sufridos por diplomáticos de Estados Unidos en Cuba y ha insistido en su «invariable compromiso» de cooperar con el país vecino para esclarecer lo ocurrido.
Los supuestos ataques contra los diplomáticos estadounidenses en Cuba tuvieron lugar entre noviembre de 2016 y agosto de 2017 y, por el momento, el Gobierno de Estados Unidos no ha podido determinar «quién o qué» dañó la salud de su personal, que llegó a sufrir conmociones cerebrales.
Este incidente deterioró las ya delicadas relaciones entre Estados Unidos y Cuba, puesto que Washington ha acusado a La Habana de saber quién perpetró los supuestos ataques a sus funcionarios y sus familiares, y de no haberles protegido adecuadamente, algo que niega el Ejecutivo cubano.
En septiembre del año pasado, Washington evacuó de La Habana a todo su personal, excepto el esencial; prohibió que casi todos los funcionarios estadounidenses viajen allí a menos que estén investigando los casos o realizando un trabajo indispensable en la embajada, y emitió una alerta de viaje para sus ciudadanos.
Para el gobierno cubano, esas medidas ocultan fines políticos, ya que el presidente de EE.UU., Donald Trump, es contrario al proceso de deshielo impulsado por su antecesor, Barack Obama.