De repente llegaron fotos de unos barbudos, posando como un equipo de futbol, que habían derribado una dictadura en América Central (sic – en aquella época todavía no existía para nosotros el Caribe. Era una región de «repúblicas bananeras», como despreciativamente nos referíamos a un área de dictaduras, Somoza, Trujillo, Batista, como si fuese un fenómeno exótico en América Latina).
Aquella isla tropical comenzaba a sorprendernos, a hablar de revolución en un continente en que esa palabra era reservada para un fenómeno distante – la revolución mexicana – ya que desconocíamos la revolución boliviana de 1952. Revoluciones, en verdad, para nosotros, eran la soviética y la china. De repente, comienza a esbozarse una en nuestro propio continente, en nuestro tiempo político de vida.
Primero, la revolución nos llegaba como lucha contra el analfabetismo, que pasó a representar un elemento esencial de la lucha emancipatoria, a la que Venezuela y Bolivia vendrían a sumarse recientemente, como si fuesen sellos que indican que se trata de procesos revolucionarios. Después, las reformas urbanas y agrarias, las nacionalizaciones de empresas extranjeras, pero sobre todo, el discurso antiimperialista.
Frente a las reacciones de la mayor potencia imperial de la historia de la humanidad, Cuba pasó enseguida a identificarse para nosotros con revolución; nacía la expresión Revolución Cubana, que nos acompaña desde hace 50 anos. Todo comenzó un primero de enero, por lo que esa fecha comenzó a tener una nueva connotación de tiempos nuevos, de que la paloma en el hombro de Fidel cuando hacía sus discursos, era un preanuncio seguro.
Desde entonces, revolución, emancipación, dignidad, justicia, ejemplo, solidaridad, internacionalismo, y tantas otras palabras, gestos y comportamientos, pasaron a incorporarse a nuestro mundo, a servir de norte, de referencia, y a identificarse con Cuba. Nada fue igual desde que Cuba pasó a expresar delante de nosotros todos esos valores. Ya no podíamos decir que no eran posibles, remitirlos para la utopia, como si no fuese posible para un país ser pobre y aún así justo, aún así solidario, aún así internacionalista.
Cuba nos trajo la revolución y el socialismo. El hecho de que una sociedad pueda vivir no en función del lucro, de la ganancia, del valor de cambio, del mercado, sino de las necesidades de las personas; que pueda colocar en primer lugar la educación, la salud, la vivienda, la cultura, nos deja claro lo que contrapone el socialismo al capitalismo.
50 años en que Cuba enfrentó las más difíciles condiciones: del bloqueo de los Estados Unidos a los dos intentos de invasión del país por parte del gobierno estadounidense. Enfrentó el fin del campo socialista, las agresiones reiteradas del imperialismo, el bloqueo y las mentiras – lo que dice y lo que calla – de la prensa monopolista mundial, el período especial y las catástrofes naturales. Cuba llega a sus 50 años de Revolución desmintiendo a los que decían que no sobreviviría sin el apoyo de la URSS , a los que se trasladaron para la Isla para cubrir la supuesta caída del régimen cubano después del fin de los regimenes del este europeo, a los que creían que el país seria afectado por las mayores convulsiones si Fidel dejase de estar a la cabeza del gobierno.
Cuba llega a los 50 años soberana, decidiendo su futuro a partir de sus propias experiencias, sin nunca haber dejado de ser solidaria e internacionalista, ni en sus momentos de mayores dificultades. Al contrario, la Escuela Latinoamericana de Medicina expande el número de alumnos que forman las primeras generaciones de médicos pobres de América Latina. Mantiene y refuerza la Operación Milagro , que ya devolvió la visión a más de un millón de personas. Extiende su trabajo de combate al analfabetismo, que posibilitó que Venezuela y Bolivia fuesen el segundo y el tercer territorio libre de analfabetismo, con el apoyo directo y sistemático de Cuba.
Son 50 años de lucha, de dignidad, de búsqueda incesante de la construcción de una sociedad justa, de apoyo a los que precisan de apoyo, de solidaridad con todos los pueblos del mundo. Son 50 años en que Cuba muestra el camino de la sociedad desmercantilizada, humanista, internacionalista, de la sociedad socialista, de José Martí, de Fidel y del Che.
Traducción Insurrectasypunto
Texto Original en Portugués: www.cartamaior.com.br
Texto en Español: www.insurrectasypunto.org