¿A qué puede deberse el gran interés que muestran los medios de comunicación por Cuba? Si pretendemos contestar a esta pregunta a partir de lo que nos transmiten estos medios, y hablo de los grandes medios de comunicación, los que tienen audiencias y presupuestos millonarios, diríamos que los intereses son puramente humanitarios. Cuba se describe […]
¿A qué puede deberse el gran interés que muestran los medios de comunicación por Cuba? Si pretendemos contestar a esta pregunta a partir de lo que nos transmiten estos medios, y hablo de los grandes medios de comunicación, los que tienen audiencias y presupuestos millonarios, diríamos que los intereses son puramente humanitarios. Cuba se describe como el coto cerrado de un tirano, Fidel Castro, que tiene oprimido, engañado y viviendo en la miseria a todo el pueblo cubano. Según la imagen usual, no hay apenas comida, ni medicamentos, ni libertad de ningún tipo, la vigilancia es constante, las detenciones arbitrarias y la propaganda oficial omnipresente. Si esta imagen se corresponde con la realidad, entonces queda justificado el interés humanitario de los medios. Pero si leemos con un poco de atención las «informaciones» de los medios, veremos que casi en su totalidad se reducen a opiniones y testimonios. ¿Qué dicen los datos objetivos?
Sin pretender hacer un análisis exhaustivo, podemos echar un vistazo al Informe de Desarrollo Humano de la onU de 2006. Ahí encontramos, ¡oh sorpresa!, que Cuba está clasificada dentro de los países con desarrollo humano alto, concretamente en el puesto 50. Delante de Cuba, en América Latina sólo están Argentina (puesto 36), Chile (38), Uruguay (43) y Costa Rica (48). ¿Y detrás de Cuba? Todos los demás. Podríamos centrarnos en alguno de ellos, como Honduras, que ocupa el puesto 117. ¿Qué atención dedican los medios a Honduras? ¿cómo se llama su presidente? ¿cómo viven los hondureños?
Es muy sencillo hacer un pequeño conteo con el archivo digital de El País, el diario progre por excelencia. ¿Cuántos artículos de opinión sobre Honduras se han publicado en el último año? Cero. ¿Y sobre Cuba? Alrededor de treinta, incluyendo ocho editoriales. ¿Seguro que la preocupación por Cuba es humanitaria? Según la FAO, casi la cuarta parte de la población de Honduras sufre hambre, muriendo por ese motivo entre 10 y 15 personas diarias, o varios miles al año. En Cuba la situación alimentaria no es boyante, pero nadie muere de hambre. Podríamos dar más indicadores, sobre sanidad, educación, etc., pero creo que con el dato de que miles de personas mueren de hambre cada año en Honduras, es suficiente. ¿Quién ha visto algún reportaje sobre el hambre en Honduras?
A pesar de ello, legiones enteras de «expertos» se permiten dar lecciones sobre lo que Cuba debería hacer; «Cuba debe iniciar una apertura económica, instaurar la democracia y las libertades», como se supone que hemos hecho nosotros, y así llegar a nuestro estado de perfección. ¿Pero qué ocurre en Honduras? Ah, Honduras es un país al que los medios ponen la etiqueta de «democracia», y donde supuestamente hay libertad de expresión, de asociación, etc. No sólo eso, sino que además Honduras supuestamente goza de eso tan bonito llamado «economía de mercado», donde las empresas privadas pueden hacer sus negocios sin trabas (y casi sin pagar impuestos), las multinacionales pueden invertir en lo que quieran, etc. Pero la gente muere de hambre. ¿Será que a los hondureños les gusta sufrir? Es que resulta difícil comprender que en un país democrático, donde supuestamente el pueblo decide la clase de gobierno que quiere, la gente se empeñe en tener gobiernos que les maten de hambre y condenen a la pobreza a la inmensa mayoría. Desde luego, no es fácil defender que un país democrático, libre y con economía de mercado (¡como nosotros!) pueda estar en una situación tan miserable, así que es mejor no hablar de Honduras, porque es un ejemplo que deshonra los bellos principios de la economía capitalista, su «democracia» y su «libertad». Y como Honduras, aunque en general no tan mal, podríamos citar a la mayoría de países latinoamericanos, con economías capitalistas, democracia, libertad y bla bla bla, pero una situación humanitaria dramática para millones de personas.
Hay que ser extremadamente ingenuo para creer que, de instaurarse el «capitalismo» y la «democracia» en Cuba, el país evolucionaría hacia los países avanzados de Europa en vez de acercarse a la típica situación centroamericana, como la de Honduras, Guatemala, El Salvador, etc., donde el 90% de la población vive en unas condiciones mucho peores que el 100% de los cubanos y sólo el 10%, que casualmente es el que está en el poder y controla los medios de producción y comunicación, tienen niveles de vida comparables a los de los países ricos. Y más ingenuo aún hay que ser para creer que, una vez iniciado el proceso, sería posible una marcha atrás. Sólo hay que mirar la catastrófica evolución de los países del Este de Europa, donde mayoritariamente se mostraron contrarios a la conversión al capitalismo al poco de iniciarse. ¿Pudieron apelar a su flamante «democracia» para regresar al modelo anterior o elegir uno alternativo? Demasiado tarde, había demasiado dinero en juego como para permitir que el pueblo estropease unos negocios tan lucrativos.
Los que vivimos en países ricos podemos permitirnos ignorar la realidad, la historia y la lógica. Podemos mirar a Cuba por encima del hombro, reírnos de sus coches antiguos y despotricar contra Castro mientras nos autoengañamos pensando que nuestros medios reflejan la realidad y que nuestra «democracia» nos permite elegir algo. Pero los cubanos no pueden permitirse el lujo de la ignorancia, o de lo contrario otros pensarán por ellos y, pueden estar seguros, contra ellos.