Por eso estamos aquí para profundizar estos nexos históricos, estos nexos profundos con el pueblo de Puerto Rico
En estos días iniciales de julio la ciudad de Santiago de Cuba, la heroica y hospitalaria de siempre, se puebla de colores, de música, de poesías y cantos, de teatralidad culta y popular, de diálogos y reflexiones, de sentimientos, de hablas diversas según el contexto original geográfico, de religiosidad diversa, de sentimientos y culturas universales, nacionales y locales, de encuentros y abrazos, de descubrimientos mutuos, y se viste de pueblos raigalmente hermanos más allá de las cercanías o lejanías naturales. En Santiago de Cuba se celebra la Fiesta del Fuego o del Caribe, y en su escenario se recalca en forma especial el homenaje a Puerto Rico, como invitado de honor del evento. Ocurre lo mismo en el III Coloquio internacional Hugo Chávez Frías, que se celebra como un escenario para los enfoques políticos, históricos, sociales y culturales, iluminados por la sempiterna presencia del líder venezolano y la compañía de los grandes de América. Esta vez la presencia de los puertorriqueños en número significativo insufló calor, realce y empatías especiales al evento patrocinado por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).
La condición actual de Puerto Rico como colonia de los Estados Unidos, suscitó planteamientos de solidaridad sustentados en una historia compartida que da fuerza a los anhelos independentistas de los puertorriqueños.
Se señaló que Bolívar estaba preocupado por liberar a Cuba y Puerto Rico y que en el Congreso de Panamá en 1826, el Libertador planteó la independencia de ambas naciones como uno de los puntos fundamentales de la agenda, aunque la iniciativa fue obstaculizada por los Estados Unidos.
Respecto a la hermandad histórica entre Cuba y Puerto Rico se señaló el comienzo de las luchas por la independencia en el mismo año de 1868, ocurrido el 23 septiembre en Puerto Rico y el 10 de octubre en Cuba. Por eso no es extraño que Carlos Manuel de Céspedes, jefe del levantamiento armado en Cuba, iniciador de la guerra de los 10 años, y devenido Padre de la Patria, expresara en carta de fecha 16 de julio de 1871:
«Respecto a la recomendación que me hace acerca de la conveniencia que resultaría a nuestros hermanos de Puerto Rico y a nuestra propia revolución, del nombramiento de comisionados especiales hijos de allá para que promuevan lo conducente al levantamiento fructuoso de aquella isla, este gobierno se ha ocupado otras veces del asunto en medio de las multiplicadas atenciones que lo abruman a su emancipación e independencia.»
«Yo sin embargo, agradezco a nombre de Cuba las manifestaciones de interés y simpatías del ciudadano (puertorriqueño), y puede usted participarle que el mismo sentimiento me anima respecto de su país, no omitiendo en su caso nada que pueda contribuir. «
Dando continuidad al proceso de solidaridad de los cubanos con los puertorriqueños, José Martí, al fundar el Partido Cubano por la Independencia, inscribió en el artículo primero de las Bases del partido lo siguiente: «El Partido Revolucionario Cubano se constituye para lograr con los esfuerzos reunidos de todos los hombres de buena voluntad, la independencia absoluta de la Isla de Cuba, y fomentar y auxiliar la de Puerto Rico.»
Y es que para Martí eran verdades y convicciones que: «Cuba y Puerto Rico son indispensables para la seguridad, independencia y carácter definitivo de la familia hispanoamericana en el continente en la hora de la redención estarán juntas, gemelas por el alma dolorosa y la esperanza indómita como por el capricho del mar, gemelas por la pasión de la libertad y el ánimo valiente, gemelas por el cariño vivo a sus héroes comunes.»
Ya en un década antes, en 1884, el General Antonio Maceo había expresado al apoyo total a la independencia de ese país, y afirmaba que: «cuando Cuba sea independiente solicitaré del gobierno que se constituya, permiso para hacer la libertad de Puerto Rico, pues no me gustaría entregar la espada dejando esclava esa porción de América, pero si no coronare mis fines, entregaré el sable pidiendo a mis compañeros hagan lo mismo.»
También Máximo Gómez, el Generalísimo y máximo jefe militar cubano en la Guerra del 95, hubo de expresar su juicio en 1899, precisamente durante la ocupación de ambas islas por tropas de los Estados Unidos. El héroe cubano-dominicano expresó su opinión palmaria sobre la independencia de ese país:»He ofrecido a Puerto Rico, la isla hermana, mi espada moral. Aquella es tierra preparada para el derecho y es, y debe ser, para nosotros antillanos, un gran dolor ver que mueren las esperanzas de hacer de ésta, que es una de las tres grandes Antillas, la república que unida fuese legítimo timbre de orgullo para nuestra raza. Jamás pediré aceptar el tutelaje impuesto por nadie a los pueblos.»
En nuestra época, en el siglo XX, Fidel se pronunció innumerables veces a Puerto Rico, baste apuntar lo señalado en 1960 y 1979:
«El caso de Cuba no es un caso aislado….El caso de Cuba es el caso de todos los pueblos subdesarrollados… como el caso de Puerto Rico, al que le destruyen su espíritu nacional.» (1960 en ONU)
«En el ámbito de nuestra América reiteramos nuestra firme e inclaudicable solidaridad con el pueblo hermano de Puerto Rico, cuyo derecho a la autodeterminación e independencia le niega empecinadamente la potencia colonizadora…» (1979- 6ta. Cumbre de Países No Alineados)
Y Hugo Chávez, continuador de la obra de Simón Bolívar en Venezuela, en la ocasión que visitara a Puerto Rico en 2001, por una invitación de la Gobernadora de entonces, expresó esa hermandad siempre presente por el país.
«Créanme que nosotros estamos a la orden de ustedes: el Canciller, el Cónsul, el Embajador, los Ministros que me acompañan y todos en Venezuela, un pueblo entero está a la orden de ustedes, del pueblo de Puerto Rico para que cada día seamos más hermanos y para que cada día estemos más juntos transitando los caminos de la recuperación, los caminos de la felicidad, los caminos de la paz, de la hermandad, del desarrollo humano y de la felicidad para nuestros pueblos.»
«Venezuela ha prendido los motores y Venezuela ha entrado al siglo XXI, lo he dicho, a paso de vencedores y queremos y por eso estamos aquí, profundizar estos nexos históricos, estos nexos profundos con el pueblo de Puerto Rico»
De este modo se realizó un recuento histórico de las luchas y sueños de dos islas hermanadas que como dijera la poetisa Dolores (Lola) Rodríguez de Tió (14 sept. 1843 – 10 de nov. 1924) en su Himno Borinqueña de 1868: «Bellísima Borinquen, / a Cuba hay que seguir, / tú tienes bravos hijos / que quieren combatir.» Y luego confesara en su poesía «Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas»: «Yo no me siento extranjera: / bajo este cielo cubano / cada ser es un hermano / que en mi corazón impera. / (…) Cuba y Puerto Rico son / de un pájaro las dos alas: / reciben flores y balas / sobre un mismo corazón.»
Se expresó además que en el destino de ambos países se interpuso la expansión estadounidense con su calculada y nefasta intervención en la guerra cubano-española, que hizo posible la ocupación, hasta hoy, de un pedazo de Cuba en el territorio ocupado por la Base Naval de la Bahía de Guantánamo, y de todo el territorio nacional de Puerto Rico. Así ha querido truncar el imperialismo yanqui la completa felicidad y la irrestricta independencia de dos naciones que en 1868, o sea, hace 150 años, lanzaron su grito de independencia. Pero en ambos casos la lucha continúa por alcanzar la victoria definitiva de las dos patrias. Así quedo claro, una vez más, en el III Coloquio Internacional Hugo Chávez y en el Coloquio El Caribe que nos une, espacios de reflexión del Festival del Caribe o Fiesta del Fuego.
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