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David Viñas habla sobre Ezequiel Martínez Estrada en la Feria del Libro de La Habana

Fuentes: La Jiribilla

La sala José Antonio Portuondo de La Cabaña fue escenario de la conferencia magistral dictada por David Viñas sobre la figura de su coterráneo, el gran ensayista argentino Ezequiel Martínez Estrada, como parte del extenso programa cultural que protagoniza Argentina como país invitado de honor a la XVI Feria Internacional del Libro. Viña, renombrado intelectual, […]

La sala José Antonio Portuondo de La Cabaña fue escenario de la conferencia magistral dictada por David Viñas sobre la figura de su coterráneo, el gran ensayista argentino Ezequiel Martínez Estrada, como parte del extenso programa cultural que protagoniza Argentina como país invitado de honor a la XVI Feria Internacional del Libro. Viña, renombrado intelectual, ensayista y narrador, distinguido con los premios nacionales de Literatura, de Teatro y de la Crítica en dicho país, es uno de los principales estudiosos del pensamiento de Martínez Estrada. Con su usual agudeza, por momentos llena de humor, por momentos categórica y profunda, llevó a su auditorio a través de un recorrido por la vida, ideas y obras, de este magistral autor, que consta entre los grandes de la literatura argentina y latinoamericana.

Ezequiel Martínez Estrada (1895-1964) escribió con éxito numerosas obras adscritas a varios géneros literarios, entre ellos la poesía y el cuento, pero fue con su trabajo ensayístico, lúcido y provocador, sobre la sociedad argentina de su tiempo, que se instauró entre los maestros de la literatura hispanoamericana del pasado siglo.

«Parecería que en Argentina la literatura más viva y auténtica está condenada al ostracismo», advierte Viñas en su intervención -titulada «Ezequiel Martínez Estrada. De Lugones a Martí»-, a propósito del olvido al que se vio relegado en su país natal el autor de Radiografía de la pampa como consecuencia de sus polémicas temáticas y de la radicalización creciente de sus ideas políticas y sociales.

La revista Contorno, fundada por David Viñas, agrupó en los 50 a una generación de jóvenes escritores e intelectuales que rescataron el legado literario y de pensamiento de Don Ezequiel Martínez Estrada del «exilio decretado por la traición canónica de la literatura».

Describió asimismo el acercamiento del genial escritor argentino a Cuba y a dos figuras esenciales que marcaron el desarrollo posterior de su ideario, José Martí y Ernesto Che Guevara. Afirmó el conferenciante que aunque en sus inicios Ezequiel Martínez fue apadrinado y estuvo influenciado literariamente por el poeta argentino Leopoldo Lugones, cuyas tendencias ideológicas describe como triunfalistas y de un «fascismo proliferante», su itinerario concluyó muy «cerca de Martí y del Che, nexos primordiales entre Cuba y Argentina».

«Tengo la convicción categórica de que por la Revolución Cubana de 1959 pasaba la historia íntegra de América Latina», asegura el autor de Dar la cara al explicar lo que significó la nueva experiencia de Cuba para este pensador pesimista y decepcionado de la realidad argentina, y la inevitable atracción que sintió el escritor por la Isla. Martínez Estrada viajó a Cuba en l960 para recibir el Premio de Ensayo Casa de las Américas -cuya mención honorífica hoy lleva su nombre- por su libro Análisis funcional de la cultura, y muy pronto retornó para tomar el cargo de director del Centro de Estudios Latinoamericanos de dicha institución, en la que permaneció hasta l962.

De esta época datan sus estudios de nuestro Héroe Nacional. Del análisis profundo de su vida y su obra nacieron los libros Martí revolucionario (l967) y Martí: el héroe y su acción revolucionaria (l966), más un tercero no publicado titulado La doctrina, el apóstol.

«El Martí de Martínez Estrada está analizado y situado en su contexto político y cultural, en tanto pensador precursor y mártir de la descolonización de África, Asia y América Latina». Para Ezequiel Martínez Estrada, al decir de Viñas, Martí no fue un episodio, sino un proyecto para el hombre nuevo que formó parte de la continuidad histórica de una región dispuesta a ser independiente:

«Cuba y América Latina, 1959, siglo XXI ya: Cuba y Venezuela y Bolivia, y un Ecuador, para mí por lo menos, inesperado. No se trata de un cambio, sino de la historia de un continente, un continente obstinado. Somos testigos ustedes y yo».