Varios medios de prensa de América Latina han hecho referencia a la petición del trovador Silvio Rodríguez de «hacer algo» por los cerca de 2.000 migrantes cubanos en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua. El cantautor mencionó en su blog la consternación que le producía ver a «niños lanzados irresponsablemente» al «tráfico de personas». […]
Varios medios de prensa de América Latina han hecho referencia a la petición del trovador Silvio Rodríguez de «hacer algo» por los cerca de 2.000 migrantes cubanos en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua.
El cantautor mencionó en su blog la consternación que le producía ver a «niños lanzados irresponsablemente» al «tráfico de personas».
La prensa llevó esto a titulares. Pero silenció las denuncias del artista, nada ambiguas, sobre la manipulación informativa del caso.
Silvio criticó al Gobierno de Costa Rica, a quien acusó de hacer un «intento de legalización moral de la Ley de Ajuste Cubano (de EEUU) (y de paso quitarse un problema de encima)».
Recordemos que el reciente incremento de migrantes cubanos a EEUU se debe a los rumores sobre una posible derogación de la citada Ley de Ajuste. Esta privilegia a los migrantes cubanos en EEUU, al otorgarles el asilo automático.
Tal critica del trovador a Costa Rica provocó que el Ministro de Comunicación de aquel país, primero, y luego el mismísimo Presidente, Luis Guillermo Solís Rivera, remitieran sendas cartas a Silvio.
Cartas en las que le recuerdan lo humanitario y solidario que es su Gobierno con todos «los pueblos de nuestra región».
En un intercambio franco y respetuoso, Silvio Rodríguez recordó a Solís que Cuba -«país pobre y para colmo inmoralmente bloqueado»- también «es un país de largas tradiciones solidarias».
Un país contra el que «existe una propaganda constante», «manejos sucios» y «distorsión» del tema migratorio «desde hace más de medio siglo, sólo por querer ser soberano».
Pero de esta parte de las reflexiones del cantante no veremos… ni una línea publicada.
Texto original
Orgullo por Silvio Rodríguez
Silvio Rodríguez – Blogs «Segunda Cita» / «La pupila insomne».- El pasado 18 de noviembre el trovador cubano Silvio Rodríguez publicó un post titulado «Hay que hacer algo» en su blog Segunda cita sobre la presencia de emigrantes cubanos en Costa Rica que primero motivó la respuesta del Ministro de Comunicación de ese país y luego de su Presidente Luis Guillermo Solís, quien próximamente visitará Cuba. A ambos dignatarios Silvio respondió con educación y altura pero sin dejar de decir verdades ausentes en las misivas de los dos políticos que hacen sentir orgullo por la honestidad y el compromiso, no por conocido menos conmovedor, de este artista con su pueblo y su historia.
A continuación, reproduzco el post inicial de Silvio y las cuatro cartas, aunque recomiendo leer el debate íntegro en el foro ejemplar que sigue siendo Segunda cita.
Hay que hacer algo.
Por Silvio Rodríguez
Desde hace días es noticia, especialmente en medios que suelen atacar al gobierno de Cuba, la situación de unos dos mil cubanos que se han congregado en la frontera de Costa Rica con Nicaragua. Los matices, como era de esperar, favorecen al gobierno de Costa Rica y condenan al de Nicaragua. No he visto hasta ahora ningún análisis sobre las particularidades de esta situación, sin dudas provocada por la angustia de familias enteras que quieren llegar a los Estados Unidos, como muchas otras familias de países de la región.
Haber visto a estos coterráneos cargando sus niños (la inocencia de esta amarga aventura), me conmueve profundo y moviliza. El corazón que también soy pulsa con mi conciencia: me doy cuenta de la manipulación mediática y de los intereses contra Cuba, justo en el momento en que los titulares están copados de terrorismos y migraciones forzadas hacia Europa. Sin embargo esos niños lanzados irresponsablemente a semejante incertidumbre me acorralan.
Por diversas noticias sabíamos que estos cubanos venían reuniéndose desde hace tiempo en Costa Rica, pero parece que alguien se dio cuenta de que era el momento de actuar. Aparentemente fueron rechazados en la frontera de Nicaragua y ahora el canciller costarricense lanza la nada providencial «solución» de tender un puente para que estos dos mil cubanos lleguen a su destino.
Qué bueno es este señor, que hace esto por los cubanos, sabiendo sin dudas que en Estados Unidos existe una ley especial que favorece la llegada de nuestra gente con pies secos.
No tengo noticias de pronunciamiento alguno a favor de otro grupo de latinoamericanos. Sólo veo a un canciller haciendo un llamado internacional en un rotundo intento de legalización moral de la Ley de Ajuste Cubano (y de paso quitarse un problema de encima). Justo ahora que el acercamiento entre Washington y La Habana pone a temblar esa «ley». ¡Tremenda carambola multibandas!
Aún así, sigo pensando en esos niños inocentes del tráfico de personas al que sus mayores eligieron someterse y arrastrarlos con ellos.
No sé lo que hay que hacer, pero estoy seguro de que hay que hacer algo.
Costa Rica siempre solidaria con los pueblos latinoamericanos.
Por Mauricio Herrera Ulloa, Ministro de comunicación de Costa Rica
Estimado y muy respetado Silvio Rodríguez:
Leyendo el texto que publicó en su blog el día de ayer, no puedo dejar de escribirle las siguientes palabras.
Nuestro país se ha caracterizado, históricamente, por una fraterna solidaridad con los pueblos de nuestra región. El respeto y el cariño de las y los costarricenses por América Latina es uno de los puntos altos de nuestra manera de ser y de convivir.
Desde el primer momento en que los más de 1000 cubanos y cubanas llegaron a nuestra frontera sur, nos hemos abocado en brindarles las mejores condiciones para su paso transitorio por nuestro país. Sabemos que su rumbo es otro, por esto, las autoridades de Migración y Extranjería de nuestro Gobierno, les concedieron visas temporales para que continúen la ruta hacia el destino que desean.
Costa Rica se ha caracterizado por ser un país solidario, por tender la mano cuando nuestros hermanos y hermanas nos necesitan. Este es uno de esos momentos y no lo vamos a dejar pasar. Nuestra respuesta más que política es humanitaria.
Somos respetuosos y garantes de los derechos humanos, por esta razón, hemos trabajado para brindar las condiciones necesarias y garantizar los derechos fundamentales para que estas familias reciban un trato digno.
Hemos instalado 8 albergues, y hoy por la tarde abriremos uno más, para asegurarles la tranquilidad y los servicios esenciales: médicos, alimentación, un sitio donde dormir, para que su estadía transitoria, en nuestra frontera norte, transcurra en las mejores condiciones.
Una vez más, la solidaridad de nuestro pueblo y la de nuestras autoridades ha brillado en estos días en una muestra de fraternidad y amor hacia nuestros hermanos y hermanas, ante tan aciaga situación. Nuestra responsabilidad y nuestro trabajo están enfocados en encontrar una solución para estas familias.
Le envío estos videos para que pueda observar el esfuerzo del pueblo costarricense por brindarles las mejores condiciones a sus compatriotas.
Si desea más información al respecto, con mucho gusto la brindaremos, puede escribirnos a [email protected]
Atentamente,
Mauricio Herrera Ulloa, ministro de comunicación de Costa Rica
A Sr Francisco Herrera Ulloa, Ministro de Comunicación de Costa Rica. Por Silvio Rodríguez
Gracias por la información que nos trasmite y nos enriquece. La entrada de ayer de mi blog obedecía, como expliqué, a la carencia informativa y a la preocupación por ese grupo de compatriotas que están ahora en la frontera norte, incluso con algunos menores, tengo entendido que todos emigrantes legales cubanos, a los que el gobierno de Costa Rica brinda apoyo, como es debido.
Cuba, como Costa Rica, es un país de largas tradiciones solidarias. Con toda Latinoamérica y con otras zonas del mundo. Y lo que hemos dado no ha sido lo que nos sobra, porque somos un país pobre y para colmo inmoralmente bloqueado, según palabras de Su Santidad Juan Pablo II, cuando nos visitó.
Además de las buenísimas intenciones del gobierno de que Ud. es ministro, existe una propaganda constante contra mi Patria. Siendo hijo de este pueblo y llevando más de medio siglo constatando esos manejos sucios, he aprendido a estar alerta y a escrutar todos los aspectos posibles de lo que nos concierne. A analizar mi realidad y todo lo abarcable dedicamos esta Segunda cita, desde hace algo más de 5 años.
Leí que de su Gobierno salió la idea de conseguir un barco para llevar a esos hermanos nuestros hasta Honduras. Aprovecho este amable acercamiento suyo para sugerirle: ¿por qué no hacen un poquito más de esfuerzo y los depositan sanos y salvos en su destino, los Estados Unidos de Norteamérica?
Cordialmente,
Silvio Rodríguez Domínguez.
A Silvio Rodríguez.
Por Luis Guillermo Solís Rivera, Presidente de Costa Rica
Querido Silvio
Luis Guillermo Solís Rivera Presidente de Costa Rica
Le pido disculpas por decirle «querido» Silvio sin haber tenido el placer de conocerlo personalmente. Sin embargo, ¿cómo no decirle «querido» al trovador que ha llenado tantas de mis noches de inspiración y tantos de mis días de luz? ¿Cómo no decirle «querido» a quien me hizo descubrir, también a mí, el unicornio azul que habitaba en mi jardín? Entonces, con su venia querido Silvio, le escribo para contarle una historia de amor que queremos que siga siéndolo.
Sus hermanos cubanos, los que hoy están de paso por Costa Rica, se encuentran acogidos -la gran mayoría de ellos- en uno de los cantones más pobres de nuestro país: La Cruz. ¿Y sabe lo más grande?, que esos costarricenses pobres en lo material no han escatimado ni esfuerzos ni solidaridad para atender a sus hermanas y hermanos migrantes.
No habría que sorprenderse de que sean los pobres los que más dan (no en vano Cristo les hizo herederos del Cielo). Aquí y en todas partes quienes menos posesiones materiales atesoran saben mejor que nadie lo que significa ofrecer hasta lo que no se tiene. Lo que sí es extraordinario es que tengan tanta lucidez, tanta sensibilidad, más, ciertamente, que muchos políticos que se niegan a reconocer a estos viajeros como personas sujetas de Derecho (internacional y local), y depositarias de toda la dignidad de que son titulares.
Estas ciudadanas y ciudadanos costarricenses, apoyados por instituciones públicas y privadas, por las organizaciones multilaterales (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Organización Internacional para las Migraciones, Cruz Roja Internacional), y grupos organizados de la sociedad civil, entre los que sobresalen la Pastoral Social Católica (CÁRITAS) y las iglesias evangélicas, han acogido a las y los migrantes con cariño, fraternalmente, y le han demostrado a nuestra América -a la suya y a la mía, querido Silvio- que otro mundo sí es posible.
Podríamos escribir muchos ensayos buscando los culpables de este drama humano. Usted ya señaló a algunos en su primer escrito. Yo podría adicionar otros. Pero perderíamos mucho tiempo inculpándonos cuando lo que necesitamos es garantizar el paso seguro y pronto a las y los migrantes. Por eso he insistido en que Nicaragua y Costa Rica, que tienen temas pendientes en su agenda bilateral, harían mal en colocar la situación de los migrantes en «clave geopolítica». Dejemos que sean los tribunales internacionales y la diplomacia los que resuelvan nuestros entuertos y mientras lo hacen, que en algún caso será pronto, permitamos que la gente pase y lo haga desde aquí hasta su destino final con seguridad y tranquilidad. Esta es una situación humanitaria, se lo puedo asegurar, no un «casus belli» como el que algunas mentes calenturientas quieren presentar.
Dentro de pocas semanas espero visitar oficialmente Cuba. Iré a pagar mis respetos a su pueblo y a dialogar con su Gobierno. En esa ocasión espero conocerlo personalmente. Pero mientras tanto, permítame decirle esto: a finales del siglo XIX varios cubanos universales, Martí y los hermanos Maceo, vivieron entre nosotros. Casualmente, los Maceo fundaron un pueblo/ingenio en la provincia de Guanacaste: la Mansión de Nicoya, pocos kilómetros al sur de donde hoy se hospedan 2200 compatriotas suyos. Quiero pensar que mi país será tan hospitalario con las y los cubanos de hoy como lo fue entonces con aquellos dos que salieron de Costa Rica a su martirio libertario en Cuba. Y, como entonces, espero que cuando se escriba la historia, se recuerde que en este pequeño pedazo de América se respeta a la gente, a toda la gente, más que a los intereses de unos pocos. Esa lección la están enseñando otra vez, nuestros hermanos querido Silvio, los que pasan y los que viven, en La Cruz de Guanacaste.
A Sr. Luis Guillermo Solís Rivera, Presidente de la República de Costa Rica.
Por Silvio Rodríguez
Gracias, Sr. Presidente Solís, por sus cálidas palabras personales. Gracias muy grandes por acoger a mis conciudadanos. Tampoco a mi me extraña que sean lo pobres los primeros que dan el paso al frente. En todas partes los que sufren son los más generosos.
Igual que Ud., considero lamentable que seres humanos, a los ojos de otros, dejen de verse como tales para ser simples piezas de un ajedrez político. Cuba toda, mi país en pleno con sus millones habitantes, viene sufriendo una distorsión semejante desde hace más de medio siglo, sólo por querer ser soberana, como nos enseñaron aquellos dos ilustres huéspedes de Costa Rica, José Martí y Antonio Maceo.
Nos han querido separar de Nuestra América, de la que somos parte. Y, como a Prometeo, han pretendido mantenernos lejos, para que un mito horrendo nos devore. Hoy, a pesar de la extraordinaria resistencia de nuestro pueblo, arrastramos complejas secuelas de una guerra económica implacable, que se mantiene intacta, lacerando nuestra unidad.
Será un honor para mi estrechar su mano, aunque sea un instante, cuando visite mi país, donde conocerá el verdadero corazón de un pueblo digno y generoso, como el suyo.
Silvio Rodríguez Domínguez