Es Ud. uno de los signatarios del llamamiento cuyos autores condenan a los políticos, las autoridades y los medios de comunicación polacos, entre otros, por «las provocaciones contra Cuba» y «el servilismo hacia el gobierno de los Estados Unidos». ¿Cuál es el objetivo de vuestra iniciativa? – No todos están de acuerdo con las […]
Es Ud. uno de los signatarios del llamamiento cuyos autores condenan a los políticos, las autoridades y los medios de comunicación polacos, entre otros, por «las provocaciones contra Cuba» y «el servilismo hacia el gobierno de los Estados Unidos». ¿Cuál es el objetivo de vuestra iniciativa?
– No todos están de acuerdo con las valoraciones de la situación en Cuba reiterados en los grandes medios de comunicación o por los representantes del gobierno y de los principales partidos. Después de la última crisis polaco-cubana, después de que algunos eurodiputados viajaros a Cuba como turistas, y en realidad a un congreso de la oposición, desde los diferentes sectores de la izquierda me han llegado opiniones críticas. De esta manera surgió esta iniciativa. Queríamos mostrar que en Polonia hay diferentes opiniones sobre este tema.
¿No están de acuerdo de que en Cuba hay un sistema no democrático y se violan los derechos humanos?
– Desde hace 45 años, Cuba está enfrentada permanentemente con los Estados Unidos. Es objeto de una política increiblemente hostil que incluye el empleo del terrorismo. Un ejemplo puede ser el atentado en 1976, cuando se voló un avión cubano que había despegado de Barbados con setenta y tantos pasajeros al bordo. Los organizadores del ataque eran dos agentes de la CIA de origen cubano. Luego, a fines de los años 90, en Cuba se perpetraron atentados contra las instalaciones turísticas, hoteles, etc. Hay que ser utopista para imaginarse que un pequeño país que se defiende de la dominación de la superpotencia mundial pueda ser libre de ciertas represiones y controles estatales. Ellos existen, pero su origen fundamental es la presión ejercida sobre Cuba. Por otra parte, en Cuba son posibles los acontecimientos como el mencionado congreso de la oposición -de la oposición financiada y apoyada por los EEUU-. En un Estado totalitario o bajo una dictadura estalinista esto no se permitiría.
¿Los críticos de Fidel Castro no tienen razón?
– Las campañas por los derechos humanos llevadas a cabo en Polonia son muy selectivas. Los medios de comunicación y los políticos que condenan a Fidel Castro hacen abstracción total de la situación de Cuba. Conocemos los casos de los Estados democráticos que en las situaciones de un semejante peligro limitaban mucho las libertades civiles. Quisiera saber como se portarían nuestros politicos si gobernaran en estas condiciones. También hay que recordar cuánto ese país ha logrado, a pesar de su dura situación. Según las estadísticas oficiales de la ONU, después de la revolución la esperanza media de vida en Cuba ha aumentado de 16 años y se sitúa al mismo nivel que en los Estados Unidos. Es nueve años más elevada que el promedio en América Latina. Esta es una medida que da cuenta de determinada calidad de la vida. Algo semejante ocurre con otros índices que muestran un progreso social. Por ejemplo, las verificaciones de los conocimientos de los alumnos en la lengua materna y en las matemáticas, llevadas a cabo por las agencias de la ONU, han mostrado que, a escala latinoamericana, Cuba no solamente ocupa el primer lugar, sino que adelanta a los demás países de varias longitudes. Tiene también gran ventaja sobre ellos en cuanto al número de maestros, médicos, instructores del deporte, instructores del arte en comparación con el número de habitantes.
Uds. llaman la opinión pública internacional a que se interese por la situación en Polonia, donde el 60% de ciudadanos viven debajo del minimo social, incluyendo el 13% en la extrema pobreza, la tasa de desempleo alcanza el 20% y la democracia es para la élite dominante.
– Los políticos polacos se inmiscuyen cada vez más frecuentemente en la vida política de otros países. No se trata solamente de Cuba, sino también de Byelorrusia o Ucrania. Mientras tanto, en Polonia hay numerosos problemas sociales. Nuestros políticos no saben resolverlos, pero al exterior juegan el papel de grandes demócratas. En vez de correr detrás de Lukachenko o llamar a Castro a que se pegue un tiro en la cabeza, deberían ocuparse de la situación en Polonia. Queremos que todos sepan que no somos un Estado que tiene motivos para instruir a otros y establecer en el mundo los patrones de convivencia social y de funcionamiento del Estado.
Gracias por la conversación.