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Debate del artículo «La falsa promesa del decrecimiento»

Fuentes: Rebelión

Acabo de leer el artículo La falsa promesa del decrecimiento de Manuel Alejandro Hidalgo, publicado reciente en la revista ETHIC. Es un artículo cargado de falsedades y una visión estrictamente cortoplacista y particularista, pues cuando tiende a sustituir la parte (la elite, la que disfruta del bienestar) por el todo (toda la población planetaria). A continuación voy a debatir puntualmente algunas de sus afirmaciones. Pondré en cursiva el texto de Manuel Alejandro Hidalgo.

El decrecimiento, aunque motivado por preocupaciones ambientales legítimas, se revela como una propuesta cargada de riesgos económicos, sociales y amenazas serias para la estabilidad democrática.

¿De qué riesgos económicos está hablando? ¿De los riesgos del crecimiento oligárquico, el único que existe en este sistema que padece el 99% de la población?

¿De qué democracia? ¿De la que genera una oligarquía del 1% que roba a una mayoría de 99% de la población global gracias a ser una democracia manipulada por el casi infalible poder mediático?

…al institucionalizar la escasez y crear condiciones para el conflicto y el autoritarismo.

El mayor autoritarismo que existe es imponer robots y despedir a personas para acelerar el crecimiento oligárquico, que, insisto, es el único que existe en este sistema crecentista en el que vivimos.

El crecimiento económico no es una abstracción estadística; es la palanca más poderosa que la humanidad ha conocido para la mejora tangible del bienestar.

Sí, aumentando el bienestar, pero solo para una oligarquía minoritaria, cada vez más minoritaria.

Esta era de expansión también ha traído consigo avances espectaculares en otros indicadores cruciales: la esperanza de vida global ha aumentado significativamente, la mortalidad infantil se ha reducido drásticamente y las tasas de alfabetización y acceso a la educación han alcanzado niveles sin precedentes.

Son ciertos estos avances, pero sólo los disfrutan algunos solventes del Norte. Además, estos avances no se deben al crecimiento, sino a la ciencia y a la acumulación milenaria del conocimiento.

Para miles de millones de personas en Asia, África y América Latina, el crecimiento económico no es un debate sobre el consumismo, sino la única vía realista hacia la nutrición adecuada, el agua potable, la vivienda digna, la atención sanitaria y una educación que les permita forjar un futuro mejor.

Según la FAO, existen más de 1.000 millones de personas en el tercer mundo y en el cuarto en estado de extrema pobreza y hambruna provocados precisamente por el expolio colonial practicado por el crecimiento.

¿De dónde provienen estos males? pues del colonialismo y neocolonialismo (que es aún peor). ¿Vamos a solucionarlo con el crecimiento oligárquico obtenido, precisamente, del colonialismo y del expolio?

Imponerles una «austeridad ecológica» no solo sería profundamente injusto, sino que también podría interpretarse como una nueva forma de colonialismo que obstaculiza su legítimo derecho al desarrollo.

Me parece una falsedad cínica que desde el crecimiento (que está basado en el expolio colonialista) se hable de colonialismo con argumentos sin fundamento. Y cuando precisamente este disfrute del bienestar de Occidente, que no es de todo Occidente. Por ejemplo, en Nueva York el índice de pobreza esta disparado precisamente a causa del crecimiento, que cada vez abre más la brecha social. En muchas calles de esta ciudad, símbolo del esplendor del crecimiento, pueden verse pobres amontonados durmiendo en las aceras. Además, es imposible imponer austeridad en el tercer mundo, pues ya está impuesta por el expolio colonialista del crecimiento.

…fenómeno que históricamente se asocia con un severo deterioro del bienestar. La consecuencia más probable sería un aumento drástico del desempleo,

El desempleo masivo ya está puesto en marcha por el crecimiento que sustituye empleos por robots e IA.

La idea de una «distribución equitativa» de la escasez ignora las tensiones sociales y los conflictos que inevitablemente surgirían al repartir un pastel económico cada vez más pequeño, erosionando libertades fundamentales.

Sobre todo, los conflictos de la oligarquía privilegiada, que no se conformaría en absoluto con perder sus abusivos privilegios, obtenidos de la insoportable escasez del 99%. Y que ya más de una vez se ha alineado con el nazismo violento para no perder estos privilegios. Y en cuanto a libertades, ¿cuáles? ¿las de poder seguir expoliando y precarizando?

…el decrecimiento presenta peligros fundamentales para la cohesión social y la estabilidad democrática

¿De qué democracia habla?, ¿de la que está basada en neoliberalismo? ¿La que nos conduce inexorablemente a Hitler, a Meloni o a Netanyahu? Desde luego es primordial contar con una democracia, pero que sea una democracia verdadera. Se ha visto que no vale la representativa, pues rápidamente es robada por las corporaciones globales del crecimiento que usan a los jefes de gobiernos así como sus lacayos incondicionales. Es necesario que sea una democracia no devorada por el poder mediático y el de las corporaciones globalmente totalitarias. A este totalitarismo es al que llaman democracia.

El decrecimiento, al institucionalizar la austeridad como norma permanente, correría el riesgo de crear una sociedad perpetuamente en crisis, donde los mecanismos democráticos se verían constantemente cuestionados.

En efecto, está siendo urgente cuestionar esta pseudodemocracia que hoy padecemos.

Además, la «equidad en la distribución de la escasez» resulta extremadamente difícil sin recurrir a mecanismos coercitivos. ¿Quién decidiría qué es «suficiente» para cada familia?

Al menos se plantearía esa pregunta. En este sistema que padecemos solo se plantean cada vez más precariedad y más expolio.

El decrecimiento amenazaría con crear una sociedad dividida entre «reguladores» y «regulados», donde una élite planificadora determinaría los límites para el resto, generando resentimiento hacia las instituciones

Sí, se eliminaría la planificación de la economía financiera que es la que está produciendo infinitas deudas y pobreza, debido a los desequilibrios entre la economía financiera-especulativa (que produce acumulación de deuda) y la economía real (de producción real). Desequilibrio que es el que va a acabar con la “libertad de consumismo” de los EEUU y con el propio EEUU, cuya deuda ya es la mayor de todos los países, El crecimiento nos impone la libertad de consumismo para que se pueda cada vez consumir más pseudonecesidades, algo indispensable para acelerar el crecimiento oligárquico y también el calentamiento global. Cuanto más crecimiento oligárquico más carbonización y más calentamiento global. China que desde hace un par de décadas es campeona del crecimiento también ya lo es en emisiones de CO2.  Y no me hable de elites cuando esta sociedad del crecimiento está basada en las decisiones y beneficios de las elites.

Un escenario de decrecimiento, con mercados contraídos y perspectivas sombrías, desincentivaría radicalmente la inversión en I+D necesaria para acelerar la transición ecológica.

La ecología no se salva con dólares, sino únicamente con un cambio de modo de vida. Una vida que no sea consumista, que elimine, en todos los casos y estamentos, el consumo de lo que no sea necesario. Estamos acelerando el crecimiento oligárquico a base de aumentar exponencialmente las pseudonecesidades destructoras de la vida en el planeta. Pero el que tal vez mas dañe sea el consumismo desaforado de las elites.

Frente a esta sombría perspectiva, emerge una alternativa mucho más prometedora: la búsqueda de un crecimiento económico compatible con la sostenibilidad ambiental que la impulse activamente. Esta visión se fundamenta en la capacidad humana para innovar y en la evidencia creciente de que podemos desacoplar el desarrollo económico del uso de recursos y del impacto ambiental.

El desarrollo sostenible es un imposible. En el reciclaje hay que aplicar energías y ya he indicado que hay que limitar el consumo de energías, pues tanto los combustibles fósiles como el litio y la tierras raras son limitados.

El objetivo es alcanzar un «desacoplamiento absoluto», donde la economía crece mientras el consumo de recursos y las emisiones contaminantes disminuyen. Ya existen ejemplos alentadores: numerosos países desarrollados han logrado reducir sus emisiones de CO2 mientras sus economías continuaban expandiéndose, gracias a mejoras en la eficiencia energética y la transición hacia fuentes limpias.

Pues no, los países con más crecimiento son los que más contaminan. La economía circular, insisto, es un camelo productivista, pues necesita energías. Y estas se disipan según la segunda ley de la termodinámica.

Es crucial el rol de políticas inteligentes que aceleren esta transformación. Instrumentos como la fijación de precios al carbono, el apoyo público a I+D en tecnologías verdes,

Insisto, la solución ecológica no es cosa de dólares, sino de que la elite deje de oprimir al 99% y que deje de vivir muy muy por encima de las posibilidades que nos ofrecen los recursos no renovables y el cambio climático. Además, la solución de la descarbonización no es cuestión de hacer negocios sucios con los precios del carbono que empeoran el medio ambiente del tercer mundo.

Se empeñan, en su obsesión de acaparar recursos no renovables para acelerar un crecimiento que es suicida. Con su visión cortoplacista, los crecentistas se empeñan en no querer ver que el crecimiento a medio plazo (y ya no tan medio, es cuestión de poco decenios) que se acabarán todos los recursos del planeta, y eso si antes no nos hemos achicharrado todos los vivientes, animales y vegetales, con el calentamiento global. Es un visión capitalista en la que no existen valores humanos y sólo valores en bolsa.

Julio García Camarero es doctor en Geografía por la Universidad de Valencia, ingeniero técnico forestal por la Universidad Politécnica de Madrid, exfuncionario del Departamento de Ecología del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias y miembro fundador de la primera asociación ecologista de Valencia, AVIAT 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.