El 9 de octubre pasado, el presidente de la República de Cuba Fidel Castro Ruz envió al presidente Musharraf sus más sentidas condolencias y expresiones de solidaridad, acompañadas de un ofrecimiento de asistencia. El día 12, mediante un mensaje personal ofreció enviar 200 médicos, de los cuales arribaron 85 en las siguientes 48 horas. El […]
El 9 de octubre pasado, el presidente de la República de Cuba Fidel Castro Ruz envió al presidente Musharraf sus más sentidas condolencias y expresiones de solidaridad, acompañadas de un ofrecimiento de asistencia. El día 12, mediante un mensaje personal ofreció enviar 200 médicos, de los cuales arribaron 85 en las siguientes 48 horas.
El 17 de octubre, al conocerse mejor la gravedad de la tragedia y la desesperada situación de decenas de miles de víctimas, Cuba dispuso el envío de 30 equipos médicos quirúrgicos para realizar no menos de 20 000 operaciones en 90 días.
Al disponer de nuevos datos sobre la catástrofe y ante el riesgo de que se produjera una segunda oleada de muertes debido a posibles epidemias y la inminente llegada del invierno, el Presidente Fidel Castro propuso, el 20 de octubre, incrementar el personal médico hasta 800 especialistas, de los cuales 130 arribaron 72 horas después.
El 26 de octubre, en una Conferencia como esta en Ginebra, Cuba planteó incrementar dicha cifra de personal médico y enviar tres hospitales de campaña. Al día siguiente arribaron a Islamabad, otros 130 médicos y paramédicos cubanos.
El 5 de noviembre, en una emotiva conversación con el presidente Musharraf, el presidente Fidel Castro elevó a 30 los hospitales de campaña a enviar y la cifra de médicos a la que demandara la situación.
El personal de salud cubano arribó con cien toneladas de medicamentos, instrumental y material quirúrgico para actuar de manera totalmente autosostenida. Hemos traído además 150 toneladas de equipamiento médico y hospitalario.
Señor Presidente:
Señor Secretario General:
Señor Primer Ministro:
No vengo a hacer anuncios ni promesas sino a dar testimonio de actos y hechos.
El contingente médico cubano en Paquistán tiene hoy 789 médicos, más de la mitad de ellos especialistas y con experiencia en desastres. El 44 por ciento de los médicos son mujeres. Dispone también de 315 paramédicos, todos licenciados universitarios o técnicos. Trabajan además, en su apoyo 128 trabajadores, de ellos 80 ingenieros y técnicos fundamentalmente en electromedicina quienes laboran en la instalación del equipamiento médico.
Han sido ya desplegados 17 hospitales de campaña y se están instalando otros 13. Disponen de la más moderna tecnología para brindar servicios de cirugía, ultrasonido, electrocardiograma, rayos x y laboratorio clínico entre otros.
Se encuentran en los lugares más afectados por el terremoto como Balakot y Musaffarabad y por las bajas temperaturas como Banna Alai, Maira, Thakot, Beshan, Gahri Habibullah, Hattian, Danna, Battal, Jared, Abbas Pur, y Oghi.
Nuestros médicos trabajan además con profunda abnegación en siete campos de evacuados, otros cuatro hospitales de campaña paquistaníes o internacionales y en cuatro hospitales de la red de salud del país.
Sus resultados iniciales son los siguientes:
Han atendido a 60 000 pacientes.
Realizaron 2 000 operaciones.
Salvaron a más de 200 personas en inminente peligro de muerte.
Las comunidades atendidas se declararon libres de riesgo de epidemias y cuentan con una cobertura médica universal y sistemática.
Se concluyó un diagnóstico preliminar para lanzar un servicio de rehabilitación, prótesis y órtesis que cubrirá las necesidades de dicha población.
Se realiza el pesquisaje para iniciar un servicio de cirugía oftalmológica para devolver la vista a las personas, en las zonas afectadas por el sismo, aquejadas de cataratas, ptosis palpebral, pterigium y retinopatía diabética, entre otras.
Está avanzado un proyecto, para proponer a las autoridades paquistaníes, de formación emergente de especialistas en los hospitales de campaña a partir de estudiantes de medicina de cuarto y quinto año.
El gobierno cubano ha decidido ofrecer un amplio programa de becas de medicina para jóvenes paquistaníes provenientes de comunidades rurales.
Señor Presidente:
Señor Secretario General:
Fui enviado aquí el 21 de octubre para coordinar la cooperación cubana en el terreno y he recorrido decenas de lugares, especialmente en la región norte montañosa.
He presenciado el notable esfuerzo del Gobierno y las autoridades locales en la atención a los sobrevivientes y víctimas. Debo rendir homenaje a las Fuerzas Armadas de Paquistán por su labor, en condiciones muy difíciles, en el rescate y el cuidado de los damnificados. Varias veces he estado con nuestros médicos, junto a sus unidades ingenieras mientras restablecían el camino a parajes hasta entonces inaccesibles.
También he visto que las necesidades de ayuda de emergencia y la reconstrucción son enormes. Sé que si esta no llega con extrema urgencia muchas personas morirán a consecuencia de las duras condiciones del invierno en el Himalayas.
La ayuda internacional es simplemente insuficiente y lenta. Debe incrementarse en un plazo de horas que hará la diferencia entre la vida y la muerte. Veo cómo baja la temperatura cada noche y cómo la nieve avanza hacia los pequeños valles donde los médicos cubanos comparten la vida difícil y humilde y el frío con sus pacientes.
Esperar o aportar menos de lo que se puede sería de un egoísmo imperdonable que nadie podrá olvidar. El mundo industrializado gasta cada año un millón de millones en armas y otro tanto en publicidad; 400 000 millones en drogas ilícitas, 105 000 millones en bebidas alcohólicas, 17 000 en comida para animales afectivos y 12 000 millones en perfumes. Los países ricos nos cobran cada año 436 000 millones en servicio de la deuda y 100 000 en aranceles.
Sería profundamente inmoral e injusto regatear sobre el monto indispensable de 5 200 millones en ayuda de emergencia y reconstrucción para esta nación que acaba de sufrir una de las más grandes catástrofes de la Historia.
Si Cuba, país pequeño, distante y bloqueado ha podido, todos pueden, en especial los países ricos y desarrollados. El noble pueblo de Paquistán lo merece.
He sido testigo del dolor y el sufrimiento de la gente más humilde.
Hago este llamado urgente en nombre de los heroicos y modestos médicos cubanos que realizan una verdadera proeza humanitaria y desde lo más hondo de mi experiencia de estas semanas.
Siento que debo hablar también en nombre de Zaled, de 5 años, cuyo brazo pendía solo de un paquete nervioso y vascular pero que podía ser todavía salvado. En nombre de la niña de apenas 10 años, que cuida en el hospital de campaña de Attar Shisha a su hermano Safir de 8, convaleciente de una enorme herida en la cabeza, únicos sobrevivientes de la tragedia familiar. En nombre de la inocente niña de 7 años, quien al llegar con nuestros médicos a Thakot nos trajo a Pérvez, su hermanito de 5 años, con la esperanza de que pudieran devolverle la pierna que le falta.
En su nombre, y en el de muchos como ellos apelo a la sensibilidad y a la conciencia de ustedes.
Señor Primer Ministro:
Muchas gracias.