Hoy, 29 de noviembre, día internacional de las defensoras de los derechos Humanos, desde Mugarik Gabe queremos recordar y visibilizar el trabajo que realizan las defensoras de los derechos humanos de las mujeres. Mujeres de diversos colectivos feministas, sociales, que día a día luchan por una sociedad más justa e igualitaria para ellas y para […]
Hoy, 29 de noviembre, día internacional de las defensoras de los derechos Humanos, desde Mugarik Gabe queremos recordar y visibilizar el trabajo que realizan las defensoras de los derechos humanos de las mujeres. Mujeres de diversos colectivos feministas, sociales, que día a día luchan por una sociedad más justa e igualitaria para ellas y para el resto de la sociedad.
Mujeres de diferentes lugares enfrentamos opresiones por la discriminación y la desigualdad, aunque de formas distintas. Debemos escucharnos, apoyarnos, unir nuestras fuerzas para hacer valer y ejercer nuestros derechos.
La defensa de los derechos humanos de las mujeres sigue siendo una lucha además de necesaria imprescindible, dado que los gobiernos, no sólo no ponen medidas para poder ejercerlos y dejan en impunidad a quienes los vulneran, sino que son los propios gobiernos quienes con medidas restrictivas y ejercicio de poder desde sus órganos, violan los derechos que tanto proclaman defender en otros foros.
Las defensoras de los derechos humanos de las mujeres son desautorizadas, amenazadas, agredidas, asesinadas por defender los derechos humanos y por ser mujeres. La magnitud de la violencia contra ellas varía según el contexto sociopolítico, pero la raíz es la misma, el sistema que impone la dominación masculina heterosexual, negándonos a las mujeres el libre ejercicio de derechos.
Es imprescindible que los derechos humanos se definan y se pongan en práctica desde un enfoque feminista, y que obviamente, sean derechos también para las humanas. Un enfoque que defienda la igualdad, para que termine con la violación sistémica y sistemática de los derechos humanos de las mujeres, en la que se incluye, por supuesto, las violencias machistas.
El reconocimiento formal de la igualdad de derechos y el derecho a vivir una vida libre de violencia, actualmente es muy insuficiente para garantizar el disfrute efectivo de todos los derechos por parte de las mujeres. A pesar de los avances jurídicos, (al menos en algunos lugares), existe una enorme brecha entre el reconocimiento formal de los derechos humanos de las mujeres y la posibilidad de disfrutarlos. El marco de derechos humanos obliga a los Estados a actuar ante estas violaciones, pero de nada sirve que los Estados ratifiquen los diferentes Convenios Internacionales, si luego no se cumplen las leyes, no se realizan planes ni se dota de presupuesto para poder desarrollarlos.
Si bien es cierto que en los discursos políticos se abandera la defensa de los derechos humanos y en muchos casos también la erradicación de las violencias machistas, principalmente en fechas tan señaladas como estas, la realidad es que en todo el mundo siguen dominando las ideologías heteropatriarcales (políticas, economías, creencias, culturas…) que impregnan a toda la sociedad y que dan supremacía y privilegios a los hombres subordinando a las mujeres.
En este contexto, vemos como desde las posiciones más conservadoras de la sociedad todavía cuestionan que exista la desigualdad de género y la vulneración de los derechos humanos de las mujeres. Así, por ejemplo, partidos políticos hacen declaraciones y argumentaciones que afirman que «la violencia no tiene género» y aluden a motivos individuales a que tantas y tantas mujeres seamos asesinadas, violadas, abusadas, tengamos una precariedad laboral mayor y la pobreza impacte de forma brutal en nosotras. Se cuestionan las declaraciones de las mujeres que enfrentamos violencias acusándonos de realizar denuncias falsas para percibir ayudas económicas y a la vez, se nos culpabiliza por no poner denuncias. Se hacen feroces críticas al movimiento feminista por ser contundentes en reivindicar la defensa de los derechos humanos de las mujeres. Todos estos ataques continuados, de nuevo cuestionan, los avances conquistados durante tantos años de trabajo.
Las amenazas a las defensoras, sean desconocidas o reconocidas mundialmente como la pakistaní Malala o la birmana Aung San Suu Kyi, vienen dadas porque se arriesgan a pasar del ámbito privado al ámbito público, por ser sujetas activas de reivindicación y lucha en vez de ser objetos pasivos a proteger, porque luchan por otras relaciones entre mujeres y hombres, por ser quiénes son y hacer lo que hacen. En un mundo donde se sigue relegando a la mujer a la esfera de los cuidados en casa, como madre y esposa, aquellas que realizan acción política (enfrentadas a las instituciones y gobiernos) se las persigue, estigmatiza, agrede y mata.
En este contexto de opresión sistemática y estructural hacia las mujeres, las defensoras, luchan contra las normas establecidas para que se nos reconozca a las mujeres como sujetas de derechos.
La resignificación de las violencias machistas en un marco de vulneración de derechos humanos es un paso necesario para conseguir conciencia social que haga frente a todas las violencias machistas, y pasa ineludiblemente por una pedagogía sobre la defensa de los derechos humanos de las mujeres.
Un día como hoy, queremos agradecer y mostrar todo nuestro apoyo a todas las activistas feministas que se enfrentan a diferentes contextos en todo el mundo para reivindicar y luchar por los derechos de todas.
Joana Etxano Gandariasbeitia de Mugarik Gabe
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.