Recomiendo:
0

Cronopiando

Día del Poeta

Fuentes: Rebelión

Hoy es el Día del Poeta pero… no de los poetas muertos, haya club o no haya por el medio. Hoy es el día de los poetas vivos o, si se quiere, porque el orden de factores a veces sí altera el producto… de los vivos poetas, de quienes van a festejar su día rindiendo […]

Hoy es el Día del Poeta pero… no de los poetas muertos, haya club o no haya por el medio. Hoy es el día de los poetas vivos o, si se quiere, porque el orden de factores a veces sí altera el producto… de los vivos poetas, de quienes van a festejar su día rindiendo culto a los muertos, a esos que ya no molestan y para los que hoy se solicitan las flores que les negaran antes.
Y es que, en asunto de poetas, o son vivos o están muertos. Quedan los desaparecidos, legión de almas poetas que, en ocasiones, hasta resucitan, hasta vuelven del limbo o dejan para muchos años después, para cuando muertos ya no irriten ni salpiquen sus versos a tanto acéfalo rimiador de semiológicas literalidades al uso, así sean o no intertextuales en su semiótica, la constancia de su vida y de su obra.
Hoy es el día de los poetas vivos, de esos que tienen su día, su corona, su licencia y su buena fama, aunque no siempre honre su buen nombre, menos su buen verso.
Hoy es el día de esos vivos poetas que nos dejaron a los poetas el resto de año y de la vida que no disfrutan los fósiles.
Y/ sòlo porque ayer no lo hice o mañana no me acuerde, es que les dejo al pie un… amargue de mi autoría.
Amargue de Lunas Rotas
Será que es luna llena
que, para no ser menos, esta noche
en que ni las estrellas son testigos,
mixtura de caricias y reproches,
vuelvo de nuevo a naufragar contigo.
Y sé que… si lo digo
vas a guardar silencio
por miedo a que tus ojos se arrepientan
y rescaten mi sombra del olvido
pero, cómo callar el amor mío
si hasta cuando enmudece
es un fragor de intrusos alborotos
sin causa que lo ampare ni albedrío
que lo redima ileso,
cómo negar la voz de los sentidos,
cómo la certidumbre de los huesos.
Será que es luna nueva
que, a la espera de estímulos y abrigo,
emboscada en las páginas de un beso
han vuelto tu memoria y mis desvelos
a contrariar afanes y permisos.
Y sé que… si lo digo
vas a darme la espalda
por miedo a que tus labios se equivoquen
y desmientan recelos y remilgos
pero, cómo callar el amor mío
si hasta cuando sin voz
es un clamor de vanos desahogos
sin verdad que lo guarde ni equilibrio
que lo disponga a salvo,
cómo ocultar sus épicos escombros,
cómo la obstinación de sus estribos.
Será que en esta luna
que, arrepentida mengua cuando crece
lloviéndome nostalgias y tristezas,
al cabo de la noche sólo estamos
tu peregrina suerte y mi torpeza.
Y sé que… si lo callo
vas a apurar el paso
por miedo a que tus manos se confundan
y no acierten a dar con la respuesta
pero, cómo callar el amor mío
si hasta cuando lo niego
es un tropel de viejos abalorios
sin razón que lo acoja ni atavío
que lo procure cuerdo,
cómo esconder sus trémulos sonrojos,
cómo la sensatez de su extravío.