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[Crónicas sabatinas] Más acá y por debajo del soberanismo-independentismo

Diálogos galileanos sobre comparecencias, Companys, cómputos, cuentas y cuentos (y otras temáticas del momento)

Fuentes: Rebelión

Si, como sostenían Junts pel Sí (JpS) y la CUP, el 27-S tuvo lugar un plebiscito, los independentistas lo perdieron. Así lo afirmó, con toda coherencia, el líder cupaire Antonio Baños la misma noche electoral, y así lo vio el conjunto de la prensa internacional de referencia, que, sin excepción, subrayó que las candidaturas independentistas […]

Si, como sostenían Junts pel Sí (JpS) y la CUP, el 27-S tuvo lugar un plebiscito, los independentistas lo perdieron. Así lo afirmó, con toda coherencia, el líder cupaire Antonio Baños la misma noche electoral, y así lo vio el conjunto de la prensa internacional de referencia, que, sin excepción, subrayó que las candidaturas independentistas no habían obtenido la mayoría absoluta de votos, lo que negaba cualquier legitimidad para avanzar hacia una independencia unilateral. Véase al respecto el cristalino editorial de The New York Times del 30 de septiembre. El juego de sacar de la partida a Catalunya Sí que es Pot (CSQP) para poder afirmar que el también ganó en votos, además de ser una involuntaria declaración de derrota, refleja bien el ventajismo de los dirigentes de JpS, ya evidenciado al pretender convertir en un referéndum sobre la independencia unas elecciones en las que los votos no valían todos lo mismo. Son muy libres, eso sí, de retratarse ante el mundo como mejor les parezca.

Francisco Morente (2015)

 

Municipios y barrios que conjuntamente agrupan a cientos de miles de personas, con población eminentemente castellanoparlante y rentas medias bajas (L’Hospitalet, Santa Coloma, Sant Boi, Nou Barris), presentan niveles de apoyo a opciones independentistas inferiores al 30%. El voto independentista se concentra en el ámbito rural y barrios acomodados de ciudades de tamaño medio, donde suele superar el 60%. Paradójicamente, mientras se conmina a «no tocar» estos temas, intelectuales, académicos y políticos soberanistas dibujan diferencias esenciales, de carácter étnico, entre catalanes y españoles. Se puede leer a orgullosos escritores proclamar en la prensa som millors. Politólogos teorizan sobre la cultura política del pacto que supuestamente prevalece en Cataluña frente a la cultura española, proclive al encastillamiento y a juegos de suma cero. Historiadores nos explican una supuesta hostilidad secular de España hacia Cataluña, que se ha materializado en toda clase de discriminaciones, ultrajes y atrocidades. Junqueras señala en el diario Avui la singularidad de los genes catalanes, más parecidos a los de franceses y suizos que a los del resto de españoles. Artur Mas se refiere en La Vanguardia a la existencia de un ADN cultural carolingio en Cataluña, derivado de su pertenencia a la Marca Hispánica en el siglo IX. Para Junqueras, los genes catalanes se parecen más a los de franceses y suizos que a los de españoles.

Pau Marí-Klose (2015)

 

Manipular la interpretación de las votaciones es un frecuente ejercicio de politiquería de políticos «tradicionales». Hacer además con un solo dato, y en una sola dirección es propio de tramposos rematados.

Entremos en el juego de la manipulación interpretativa; que ni es democrático ni es legítimo porque presupone que alguien puede interpretar el sentido y la razón de un voto que es secreto y tiene motivaciones distintas. Si se hace, que se haga con todos y entonces habrá que incluir, por lo menos, junto a la interpretación del voto de CSQP, la del voto a JpS, la del voto a la CUP y la de la abstención. ¿Todo el voto a JpS es un voto a la independencia ya, a la DUI o a la ruptura? Es conocido que hay una parte de voto, que es imposible cuantificar, que no, o no de manera irreversible, y que es un voto por la presión sobre el «estado español» -aquí si está bien utilizado- sobre el gobierno, y más habida cuenta que las elecciones catalanas se plantearon antes de las españolas; y otra sector de voto es un voto de confianza personal a Mas. ¿Todo el voto a la CUP es independentista? Aun cuando pueda parecer extraño, no es improbable -puestos a especular como hace Baños- que una parte sea un voto a la ruptura social; un voto a la salida unilateral del euro más que un voto a la salida unilateral de España. Será una parte pequeña, y también imposible de cuantificar. Finalmente, en el juego de la interpretación no puede prescindirse de la abstención, la mayor parte de ella es «técnica» (que en realidad también es política) pero hay otra porción del 1.200.000 de abstenciones que es política, que es el ejercicio de, con perdón, «iros todos a la mierda» (el voto que Rabell dijo que no podía ejercer el 9N), lo que incluye también a los independentistas. ¿Qué parte?¿Cuántos votos de CSQP son independentistas? Es tan imposible de saber como en los casos anteriores. Es cierto que entre las candidaturas de CSQP y entre sus votantes hay independentistas, pero lo único objetivo, constatable e irrefutable es que ni unos ni otros se pronunciaron en favor de la independencia ya y en los términos propuestos por el «procés» y la CUP; por lo que por mucha manipulación que se pretenda el voto independentista que haya en los resultados de CSQP no se puede sumar de ninguna manera a JpS y CUP, que no representan simplemente independencia sino maneras concretas de concebir el camino y los contenidos de esa independencia.

José Luis Martin Ramos (2015)

 

El desfile militar este año ha lucido, por primera vez, una bandera de la OTAN, debido probablemente a nuestra progresiva implicación en sus incursiones militares, tanto desde nuestra instalación en la base de Rota del Escudo Antimisiles, como desde la conversión de la de Morón en base militar permanente de la organización militar por antonomasia. Pero y sobre todo, por ser anfitriones, durante estos meses de octubre y noviembre, de las mayores maniobras militares de la OTAN desde la Guerra Fría (las Trident Juncture 2015), con participación de más de 30.000 efectivos de todos los países aliados. Después se celebra el «besamanos» y la recepción oficial del Rey a toda la plana mayor institucional, política y social del país, que consiste en un saludo oficial de los Reyes, uno por uno, a todas y cada una de las personas invitadas, y la posterior recepción, con la presencia de corrillos de periodistas, sin micrófonos ni cámaras, donde se palpa el ambiente de primera mano, e incluso se suelen hacer todo tipo de comentarios que de otra forma no harían. En fin, un espectáculo lamentable, al que sólo puede hacer parangón el Día de la Constitución, en diciembre, donde también se celebra la aprobación de nuestra Carta Magna, de la cual se incumplen sistemáticamente todos los artículos que tienen que ver con los derechos fundamentales y subjetivos de las personas.

Rafael Silva (2015)

***

Simplicio: Hoy va de cuentas la cosa; será muy fácil y muy breve, ya verás.

Sagredo: No creas, no siempre es fácil contar. Y en cuanto a lo de breve no parece que sea una virtud que suelas cumplir. Lo contrario es mucho más verdadero. En todo caso, si va de cuentas como dices, ¿a cuento de qué viene el último texto, la reflexión de Silva? ¿Cuentas sobre el 12 de octubre? ¿Qué cuentas son esas?

Simplicio: No son propiamente cuentas, son cuentos más bien y nada inocentes por cierto. Marcelo Colussi ha escrito un paso que te copio; no veo forma de refutarlo: «El 12 de Octubre marca la irrupción violenta de la avidez europea (capitalista) en el mundo, llevándose por delante (religión católica mediante) toda forma de resistencia que se le opusiera, y haciendo de su cultura la única válida y legítima, la presunta «civillización». Lo demás fue condenado al estatuto de barbarie. En tal sentido, entonces, lo que se produce en ese lejano 1492 es, con más exactitud, un encontronazo monumental, sangriento, despiadado. Por cierto, salen mejores parados del mismo los que detentaban la más desarrollada tecnología militar. Y para el caso, fueron los españoles. Al día de hoy, esa relación no ha cambiado en lo fundamental, y de la espada y la cruz pasamos a la dependencia tecnológica y a las impagables deudas externas de nuestros países».

Sagredo: Hay nombres de heterodoxos y rebeldes que no merecen olvidarse en esta historia, horrible en general (no valen las comparaciones con otras historias horribles). Bartolomé de Las Casas es un nombre que no merece el olvido. Recuerda aquel gran libro de Francisco Fernández Buey, La gran perturbación (Barcelona, El Viejo Topo).

Simplicio: Lo recuerdo, lo recuerdo bien. Pero, con los matices que queramos introducir, lo que fue aquello, con los matices que queramos incorporar, está bien apuntado por Silva y Colussi. Además, sin seguir mucho el tema, la celebración de este 12O ha sido una de las más horribles y de peor gusto que yo recuerdo. Aparte, los 800 mil euros gastados y la Legión y su cabra.

Sagredo: Pues hablando del 12 de octubre podríamos hablar también del 15, que es otra cosa muy distinta. Tampoco debería habitar aquí el olvido.

Simplicio: ¿Te estás refiriendo al asesinato de Companys, al juicio sumarísimo y fascista contra el amigo de Francesc Layret?

Sagredo: A ese acto de barbarie me refiero. 75 años hace hoy de ello. Te copio dos aproximaciones al tema. La primera es de Maritxell Borràs, la consejera de Gobernación del gobierno de la Generalitat en funciones: «Estos días no puedo dejar de pensar en las ironías de estas fechas recientes. Ahora también utilizan la justicia para acabar con un presidente y la voluntad de un pueblo».

Simplicio: ¿Está comparando de algún modo, desde alguna perspectiva, desde algún punto de vista, el fusilamiento de Companys con la comparecencia de Artur Mas ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya? ¿De verdad de la buena?

Sagredo: Tú mismo puedes inferir lo que te parezca más razonable. La segunda declaración de la que te hablaba. Esta vez es Ada Colau quien habla: «defender el catalanismo popular que antepone la mejora de la vida de las personas y el bien común y no las banderas».

Simplicio: Esto es otra cosa. Este segundo huele muy bien. Personas desfavorecidas, bien común, clases populares frente a banderas. Es otra cosa desde luego.

Sagredo: Efectivamente es cosa muy distinta. Colau, esta vez, ha dado en la diana.

Simplicio: De hecho, según informa insistentemente TV3 (que está retransmitiendo y comentando, con voz más que monocorde como siempre, la comparecencia), el president en funciones ha ido está mañana a la tumba de Companys en Montjuïc a depositar unas flores.

Sagredo: Pues si ha sido así, habrá pasado cerca del Memorial dels Immolats a Catalunya (no per Catalunya), que está al lado, justo al lado de la tumba del president asesinado. No sé si se habrá fijado pero allí figuran algunos nombres de trabajadores cenetistas asesinados por esas fechas. Su crimen: la «rebelión militar», es decir, la defensa de la II República española. Uno de ellos se llamaba José Arnal pero allí figura como Josep Arnau.

Simplicio: ¿Y por qué? ¿Josep por José, Arnau por Arnal?

Sagredo: ¡Y qué mas da! No tiene importancia alguna. Seguro que si hubiera sucedió al revés tampoco la tendría y nadie diría nada. José por Josep, Arnal per Arnau. Son nombres muy parecidos. José Arnal, Josep Arnau. Dos letras de diferencias, nada más… Bueno, algún acento.

Simplicio: ¿Vamos entonces al tema?

Sagredo: Vamos a él. Decías que se trataba de contar y que no era difícil.

Simplicio: Exacto.

Sagredo: Pues contar no siempre es fácil. Puedo asegurártelo.

Simplicio: ¿No es fácil? ¿Cómo que no es fácil?

Sagredo: Un ejemplo. ¿Cuántos perfectos existen? Los cuentas por favor.

Simplicio: ¿Y eso de perfecto qué es?

Sagredo: Números enteros positivos tales que la suma de sus divisores propios (el número en cuestión no vale) coincide con el propio número.

Simplicio: A ver, a ver, que lío es ese. No empecemos liándola como hacen algunos día sí, noche también, su programa de acción para todos los instantes del año.

Sagredo: El número 6, por ejemplo, es perfecto porque la suma de sus divisores propios -1, 2 y 3- es también 6. 8, en cambio, no lo es; sus divisores propios -1, 2 y 4- suman 7. 12 tampoco: sus divisores propios -1, 2, 3, 4 y 6- suman 16. A los números como el 8 se les llaman defectuosos; a los parecidos a 16, excesivos.

Simplicio: Lo que quieras, como quieras. ¿Y qué tiene que ver esta división numérica con nuestras cuentas?

Sagredo: Pues lo que he dicho antes, que no siempre es fácil contar. ¿Cuántos perfectos existen? No lo sabemos, unos 50 si no ando errado. Por no saber, no sabemos si existen perfectos que sean impares. Todos los que hasta ahora conocemos son pares y generados a partir de los primos de Mersenne.

Simplicio: ¿Primos de Mersenne?

Sagredo. En honor del que fuera corresponsal de Descartes. No nos detengamos en eso. Son sumas de potencia de 2 empezando por 2 elevado a 0 que es 1.

Simplicio: De acuerdo, de acuerdo, pero esos son casos muy «extraños». En general, contar no es difícil. Entre el 3 y 6, contando ambos, tenemos 4 números enteros. Así de fácil. Los días de la semana son siete. Etc

Sagredo: ¿Y entre el 3 y el 4?

Simplicio: Sin contar los extremos, ninguno.

Sagredo: ¿Y si tenemos en cuenta los decimales, tengamos o no en cuenta los extremos?

Simplicio: Muchos, entonces hay muchos.

Sagredo: ¿Y qué significa aquí muchos?

Simplicio: Si no recuerdo mal, infinitos.

Sagredo: ¿Qué tipo de infinitud?

Simplicio: No te pongas exquisito. ¡Qué tipo de infinitud! La que sea, la que no es finita. Un porrón dicho vulgarmente. Por mucho que contemos, no acabamos.

Sagredo: Vale, no me pongo estupendo, de acuerdo. ¿Y entre 2/3 y 3/4 cuántos números hay?

Simplicio: Entre dos fracciones cualesquiera, por próximas que estén siendo distintas, hay un número infinito de fracciones, de decimales. Lo de antes.

Sagredo: ¿En todos los casos?

Simplicio: En todos los casos… si no me tiendes alguna trampa que te conozco.

Sagredo: No tiendo trampas. Entre 1,9999… y 2,00000 hay…

Simplicio: Pues debe haber, si la regla vale, un numero infinito aunque…

Sagredo: Aunque, ¿qué?

Simplicio: Pues que me parece que me quieres llevar a un huerto de descuidos. ¿Qué pasa en ese caso listillo?

Sagredo: Pues que si miramos bien, y hay que mirar bien siempre que podamos, no son distintos. Que entre ellos hay 0 fracciones porque 1,9999.. y 2,0000… son dos formas del mismo número.

Simplicio: Vale ya recuerdo. Si los presentamos como fracciones, resultan ser la misma fracción. Recuerdo un alumno de hace muchos años que vio la jugada en tres nanosegundos. Profe, me dijo, que es muy elemental. En todo caso, ¿este era el tema de hoy o nos hemos ido por los cerros de Úbeba o los lagos de Sant Maurici?

Sagredo: En ellos estamos. Tienes razón, volvamos a la cuestión.

Simplicio: La cosa iba de elecciones y del cómputo de resultados.

Sagredo: ¿De qué elecciones? Un momento, perdona, antes de entrar en cómputos y opiniones.

Simplicio: ¿Qué pasa ahora? ¿No te gustan los temas electorales? L dejamos si quieres.

Sagredo: Sí, me gustan, pero hay más entidades en una ontología popular no cegada.

Simplicio: No sé qué dices pero vale, lo que quieras. Hay más no sé qué no sé donde. ¿Qué querías decir antes?

Sagredo: Martes, 13 de octubre, hace un par de días. Un trabajador de 43 años, de nacionalidad peruana…

Simplicio: ¿Y qué importa que fuera peruano, aragonés, francés o catalán?

Sagredo: Nada, tienes razón. Acaso porque suelen tener peores condiciones laborales. En todo caso, gracias, me corrijo. Un trabajador que estaba realizando trabajos de mantenimiento en una torre de alta tensión ubicada en la plaza de la iglesia de Montferrer i Castellbó (Alt Urgell, en Lleida) falleció a consecuencia de una descarga eléctrica. Qudó inconsciente a una altura de unos 8 metros. Los servicios de emergencia se han desplazado al lugar de los hechos y, con la intervención del grupo GRAE de los bomberos, han podido descolgar el cadáver. Estaba muerto; era vecino de Tàrrega.

Simplicio: ¿Dónde trabajaba?

Sagredo: Te sonará seguramente. En Cobra, una de las empresas contratadas para cuidar de la red de Endesa. CCOO, en un comunicado, ha lamentado el accidente (con las comillas que quieras poner) y ha subrayado que ya había presentado una denuncia contra esa empresa ante la Inspección de Trabajo. 

Simplicio: ¿Y por qué la denuncia?

Sagredo: Por las condiciones laborales que imponen a sus trabajadores. CCOO ha recordado que desde hace tres años viene denunciando la destrucción de empleo y la creciente precarización de las condiciones laborales de los trabajadores de las empresas del sector de montaje y mantenimiento de la red eléctrica. La situación pone en riesgo tanto la calidad del servicio como la seguridad de los propios trabajadores. Cito un paso del comunicado: «[…] los trabajadores se ven obligados a hacer jornadas laborales excesivamente largas, sin los descansos necesarios, y trabajan a unos ritmos que no siempre permiten que se cumplan las medidas de prevención y de seguridad necesarias».

Simplicio: De acuerdo, tienes razón, es una tragedia apenas citada. No suelen abrir los informativos con noticias así. Si no recuerdo mal, los trabajadores de las empresas que dan mantenimiento a la red de Endesa, son varias, estuvieran en huelga a finales del año pasado para exigir a la multinacional que cumpla con las partidas destinadas a inversión y seguridad.

Sagredo: No recuerdas mal, en absoluto. Se hablan de otros temas, de otro gran tema-monotema, aquí, entre nosotros, pero no de temáticas como las que has apuntado. Ahora, tras esto que hemos comentdo, me sabe mal a mí volver a temas aritméticos.

Simplicio: Nos ponemos en cualquier caso. Antes, ya que hemos hablado de Companys, ahora soy yo quien interrumpe, una nota que me ha llegado de un gran historiador, de José Luis Marín Ramos, el profesor de la UAB. Tal cual, sin cambiar nada: » Y sobre lo de Companys y la independencia no hay más sordo, y más necio, que el que no quiere oir. El 14 de abril Companys puso la tricolor en el balcón del ayuntamiento. Pero lo saben. Por eso a Macià le hicieron un monumento -para mi gusto horrible- en la Plaza Cataluña, y a Companys otro, mucho más tarde y por obligación cuando el 50 aniversario de su fusilamiento, absolutamente horroroso e insignificante en el Paseo que antes llamaban del Triunfo.

Sagredo: El actual Paseo de Sant Joan. Un monumento en el que nadie repara y al que nunca nos convocamos. Salvo error por mi parte, nunca en estos 45 años últimos en Barcelona. Como si no existiera… y eso que está a unos 100 metros de la estatua de Rafael Casanova.

Simplicio: Tenemos que ubicarnos en el 27S; si no, no hay forma de avanzar.

Sagredo: ¿27S? ¿El día en que el fascismo fusiló a cinco luchadores antifranquistas?

Simplicio: Exacto, ese mismo día -que solemos olvidar- pero 40 años más tarde.

Sagredo: Por cierto. ¿Y la fotografía, el examen, que has puesto al inicio de esta conversación que, con toda la osadía del mundo, has titulado «Diálogo galileano»? Por favor, un poco de prudencia y modestia.

Simplicio: Era un homenaje al gran Galileo, no un desvarío. En la senda de Brecht. La fotografía reproduce un examen para niños de 11 años en una escuela de Premià de Dalt. Me ahorro comentarios.

Sagredo: Pues… sin comentarios sobre el examen. Si volvemos al resultado del 27S, la cosa no ofrece dudas. Junts pel sí ha ganado las elecciones, aunque lejos de la mayoría absoluta, a 6 escaños se ha quedado, y ha perdido el plebiscito que ellos mismos habían organizado forzando las elecciones autonómicas. ¿Algún problema?

Simplicio: No, de entrada. Lo dijo varias veces el candidato escondido: los votos que no sean para Junts pel sí (ni tampoco para las CUP, creo que añadió en algún momento) no son votos para la independencia. ¡No contarán con los buenos!

Sagredo: Sí, pero aún así, si lo miramos de frente, no está claro del todo. Yo no creo que todos los votos conseguidos por Junts pel sí, en estas circunstancias monotematicas incluso, sean votos independentistas. No me extrañaría que algunos de esos votos, calculando por bajo, pongamos el 10%, fueran votos por otros motivos.

Simplicio: ¿Qué motivos?

Sagredo: Un poco porque los de siempre, los de casa (sin que eso implique independentismo). Un poco de voto conservador. Voto catalanista, así en general; voto pro-Mas, voto por no saber a quién votar, voto para liarla sea como sea, voto por influencia de amigos o familiar, etc.

Simplicio: No, no es imposible, no te diré que no haya que tener en cuenta todo estoque apuntas. ¿Y los votos de la CUP?

Sagredo. Ahí estoy más seguro porque tengo varios ejemplos en mis alrededores.

Simplicio: ¿Qué ejemplos?

Sagredo: Gentes, amigos algunos de ellos, que han votado a las CUP porque piensan que son cañeros (y que otras organizaciones en cambio, que se les dan de no sabe muy bien qué, no lo son tanto), que ellos no se rinden ni se doblan ante el poder (a pesar de algunos extraños abrazos), que algunos de sus diputados han hecho una muy buena legislatura, etc. Pero esos votantes de los que hablo no son independentistas.

Simplicio: ¿Y cuáles son esas organizaciones no tan cañeras o cañeras a las que haces referencia?

Sagredo: Prefiero no dar nombres pero están en la mente de todos. No había tantas organizaciones ubicadas en la izquierda en estas elecciones del 27S. Antes de ello déjame recordar…

Simplicio: No más desviaciones, ya está bien por favor. Al tema,

Sagredo: Es del tema. Te recuerdo que Baños reconoció en el mismo 27S que el plebiscito había sido perdido por los independentistas y que hace un par de días, David Fernández, el ex diputado de la CUP, el más valorado por la ciudadnanía, creo que fue en Vallecas, dijo que la CUP no formaría parte de ningún gobierno y que, en ningún caso, ellos apoyarían la investidura de Mas.

Simplicio: ¿En ningún caso?

Sagredo: Creo que sí, tal vez exagere un poco pero me parece que no.

Simplicio: ¿Y si no fuera Mas el candidato?

Sagredo: Me parece que no se pronunció lo cual no significa, en absoluto, leamos bien las cosas, un apoyo, un voto afirmativo a otro candidato, sea Romeva o sea Forcadelll. No se puede hablar de todo en todo momento.

Simplico: Vuelvo al punto. Luego entonces… ¿cuántos votos ha obtenido la opción independentista?

Sagredo: Sumando los votos de Junts pel sí y los de las CUP (que es como sumar peras dulces y limones muy ácidos), si yo fuera de la CUP estaría más que ofendido ante esta suma más que heterogénea, si juntamos los votos de ambas fuerzas estamos en un 47,8% de los votantes, no del censo. No está mal que conste.

Simplicio: No está mal, desde luego, pero no estamos en el 50,00001% y aún más lejos del 55%. David Fernández dio esta última cifra en algún momento de la campaña.

Sagredo. Estarían, pues, sin contar los votos «infiltrados» -es una palabra cariñosa, no ofensiva- que hemos indicado antes, en torno al 47,8, a más de siete puntos del mínimo establecido por el ex diputado de la CUP.

Simplicio: Pero esos votos «extraños» también podrían teorizarse en otras fuerzas.

Sagredo. Tal vez, pero no es tan obvio siempre. No creo que haya muchos votos independentistas o afines que hayan apoyado al PP, a Ciudadanos o a Unió.

Simplicio: Nunca se sabe. Igual algunos sí en el caso de Unió.

Sagredo. Nunca se sabe, es cierto, pero se sabe sí que sabemos que no.

Simplicio: ¿Y los votos del PSC?

Sagredo: Para mí, no hay duda en este caso, en estas elecciones. Ni uno sólo. Esta vez han sido más claros que el agua clara defendiendo su posición. En sus coordenadas, que no son las mías desde luego, Iceta ha estado magnífico. Mi conjetura: hay muchos más votos no independentistas entre las gentes que han votado opciones independentistas que votos independentistas entre los votantes que han apoyado fuerzas que no están por esa labor.

Añado, sin ser necesario, que esas cuatro fuerzas que hemos citado hace un momento no son uno y lo mismo. Las posiciones del PSC en este punto no son las mismas que las del PP o las de Ciudadanos; ni siquiera coinciden con las de Unió. En mi opinión, hablo del PSC, hablo de las posiciones por Iceta, no sé exactamente cuales son las PSOE, y sus banderas bicolores a lo grande asustan al más pintado, son mucho mejores.

Simplicio: Tal vez… o no, vaya usted a saber cómo tú mismo dices. De republicanismo, si no ando equivocado, no hay dicho ni pío. Todo se limita a limpiar un poco la cara al Régimen del 78. Cambiar un poco para que todo siga igual, como en tantas otras circunstancias.

Sagredo: Como quieras, puede verse así si así lo queremos ver.

Simplicio: No se trata de querer exactamente, no es eso como sabes muy bien. ¿Y no ha habido una fuerza con peores resultados que algunas de las anteriores fuerzas, pero con un resultado global en absoluto despreciable?

Sagredo: Sí, sí, claro. CSQEP, una fuerza que en ningún momento ha defendido posiciones independentistas por más que, como es sabido, algunos (y algunas) de sus candidatos lo sean.

Simplicio: ¿Dónde habría que ubicarlos entonces? ¿Entre los indecisos o indefinidos como hace Mas y sus intelectuales orgánicos?

Sagredo: Eso es una estafa computacional. Hace reíir o llorar, como queramos decirlo. Una trampa para hacer ver, haciendo el ridículo en ello como ha apuntado Francisco Morente en un reciente artículo, que los votos del SÍ han superado a los del NO en las elecciones, por ellos convertidas en plebiscitarias, del 27S.

Simplicio: Pero es cierto que muchos votantes de CSQES son independentistas.

Sagredo: No sé cuanto de mucho es ese «mucho». Lo que sé, lo que sabemos, que es que en estas elecciones ellos no se presentaban como organización favorable a la independencia. Nadie nunca les contó en ese ámbito en las encuestas realizadas durante la campaña. El mismo Mas, los de Junts pel sí al 3%, los ubicaron en esas coordenadas.

Simplicio: Ha sido después cuando se les ha querido transformar en una cosa que no son nieran. Antes era el enemigo federalista o afín a batir; ahora son indecisos, viven en el limbo.

Sagredo: Así ha sido también en mi opinión. ¿Lo dejamos? ¿Seguimos otro día?

Simplicio: Podemos dejarlo por hoy aunque hemos sido demasiado abrupto, demasiado rápidos y directos al final. Pero tienes razón. Ya hemos dado bastante la lata. ¡Qué plomos! Los diálogos de Galileo eran otra cosa, que nadie se confunda.

Simplicio: Pero nos queda algo…

Sagredo: Comentar la comparecencia-espectáculo de este jueves. Por mí, que conste, este proceso judicial jamás se hubiera iniciado. Más allá de eso. Dicen que están presionando a los jueces, però a mí me da que a quien está presionando, y directamente además, es a la opinión pública y, de paso, a algunas fuerzas políticas. Para que no les quede otra.

Simplicio: ¿Presionando a la opinión pública? ¿Para qué?

Sagredo: Pues es obvio. Para que, se quiera o no se quiera, a pesar de haber perdido su apuesta plebiscitaria, Artur Mas, el hijo político del molt ex honorable, el bendecido por Marta Ferrusola, el amigo íntimo de Jordi Pujol Ferrusola, el que se rió en el Parlament sin pedir disculpas de la forma en que hablan castellano los niños gallegos y andaluces, el que no rectificó en lo de la Cataluña productiva mantenedora de la España subsidiaria, este político profesional, ex hombre de negocios, sea el futuro presidente de la Generalitat de Cataluña. O él o… nada.

Simplicio: ¿Quieres decir? ¡No puede ser, es muy fuerte lo que dices! Les faltan los votos de la CUP

Sagredo: Por eso quiere noquearlos en el tercer asalto.

PS: Tres añadidos de mayor interés probablemente.

Tomo pie para el primero en «Can Batlló acogerá un centro educativo autogestionado» de CLARA GIL DEL OLMO (en el global-imperial, edición Cataluña).

Jana, nueve meses, gatea por el suelo de la biblioteca popular de Can Batlló que es autogestionada por los vecinos de la Bordeta. Jana no sabe todavía «que será una de las primeras alumnas de la escuela Arcàdia, que espera ser un referente de la educación alternativa y abrir sus puertas en 2018». Todavía en fase de construcción, el proyecto funcionará en Can Batlló, la antigua fábrica textil abandonada que ocupa el 25% de la superficie del barrio de la Bordeta. Hace cuatro años los vecinos de la Bordeta consiguieron hacerse con parte de este espacio y equiparlo con un auditorio, una biblioteca, un rocódromo y una carpintería. El espacio está abierto a todo el que quiera disfrutarlo y se financia de forma autogestionada.

En esa línea, Noemí Valero (38 años) y Joan Bardella (42), ambos educadores profesionales, decidieron ir más allá y coordinar el proyecto. El nombre -hace referencia a la nueva arcadia griega y al retorno de una sociedad idílica- «es en homenaje a una de sus compañeras, que impulsó un proyecto similar pero falleció antes de llevarlo a cabo». Uno de los impulsores: «Quizás nuestra Arcadia no sea tan romántica como la griega y tenga más pañales y menos utopías, pero será un lugar donde no existan las etiquetas».

El centro acogerá a estudiantes de entre 3 y 16 años. Las primeras matrículas serán, en 2018, para los más pequeños. Son varias las familias que se han apuntado ya a la lista de espera. Entre ellas, la de Marta, la madre de Jana.

El proyecto, que se constituirá como cooperativa, se financiará de forma autogestionada. Sus fundadores aportan el coste de la obra (en sus dos fases finales hasta 2028 ascenderá a unos 2.300.000 de euros). Proviene de ahorros «y de aportaciones de familias que creen en nuestro proyecto. También lo financiaremos con créditos con la banca ética». El coste de la matrícula será variable y no excluyente, accesible a todas las clases sociales. «Hemos elegido Sants y no Pedralbes porque queremos que haya mezcla de perfiles y clases, así que invitaremos a las familias con más recursos a ayudar a las que tengan menos y los profesores nos hemos comprometido a retornar una parte del sueldo en forma de becas durante los primeros años».

Arcàdia no se define solo por su modelo de financiación sino por el proyecto educativo que defiende. «La mano, la cabeza y el corazón se educan a la vez. No creemos en un sistema autoritario educativo, sino en que sean los propios estudiantes los que desarrollen sus inquietudes». El proyecto «persigue que los alumnos no tengan miedo a arriesgarse ni a fallar y puedan formarse con una imagen real de ellos mismos como aprendices, para así crecer como personas maduras, críticas autónomas y libres».

Los seis educadores que están detrás del proyecto «defienden que la escuela debe ser un espacio libre de etiquetas y de exámenes y castigos, para pasar a ser un lugar de motivación». El conocimiento se adquiere «cuando descubres algo por ti mismo, no cuando te obligan. Ese es uno de los pilares de educación que defendemos. Por supuesto que evaluaremos a los alumnos, pero no de la manera tradicional: nos reuniremos para hablar caso a caso de la situación de nuestros estudiantes».

El segundo, de la Marea Blanca: «Balance de las políticas sanitarias del gobierno del Sr. Mas (CIU) con el apoyo del Sr. Junqueras (ERC)».

Algunos datos de interés y acaso conocidos:

1. Recorte de 1.500 millones de euros del presupuesto de Salud de 2010 a 2014: esto «ha representado precariedad laboral, reducción de personal, cierre de camas, de quirófanos, de servicios, con las consecuentes listas de espera de todo tipo, colapsos en urgencias, dolor, sufrimiento y muertes evitables. El Personal vio disminuidas sus retribuciones y congeladas sus pagas». Se prescindió sólo al ICS, desde 2010, «de 5.810 profesionales sanitarios entre médicos, enfermeras, auxiliares sanitarios y personal administrativo. El consorcio de Lleida, los negocios dentro del Hospital Clínico de la privada Barnaclínic, la gran recorte de los presupuestos en los hospitales públicos, el proyecto de la venta de datos (VIVO +) de los usuarios de la sanidad pública, muestran un modelo sanitario que hace más ricos a los ricos y desguaza la sanidad pública que entre todas y todos hemos pagado».

2. Lo anterior ha servido de excusa «para mercantilizar y privatizar servicios públicos hacia empresas privadas con ánimo de lucro». El CatSalut transfirió a IDC SALUD (empresa multinacional sueca, su propietario es el fondo de capital CVC) en 2010 63,8 millones de euros. En 2012 la factura se duplicó: 127 millones de euros. «Sólo hay que pensar que la transferencia de dinero público hacia la privada desde el año 2011 hasta el 2013 ha llegado a casi 250 millones de euros, dinero que han salido de los bolsillos públicas de los contribuyentes».

Dos caminos de privatización:

El primero: Don Boi Ruiz lleva a cabo la política del gobierno de la Generalitat «de pasar entidades públicas (fragmentando el ICS) a consorcios sometidos a derecho privado (menos control) y posibilitarles hacer actividad privada».

El segundo: Las derivaciones de pacientes a centros privados que hacen negocio con la salud, pagados con dinero público, con la excusa de los recortes. Además: «la estafa que pagar dos veces por el mismo servicio. Hacer pagar a los pacientes en el mismo hospital público, para saltarse la lista de espera, el mismo servicio que el servicio público no puede garantizar con accesibilidad por los recortes».

3. Al cuadro se suma la corrupción. «La corrupción descrita por diversos medios y políticos, no ha sido un accidente, es estructural en el sistema sanitario por el modelo público y privado concertado, poco transparente, de amiguismo de casta y sin control». Se han descrito casos de corrupción o mala gestión del dinero público «en el 30% de los hospitales concertados, 17 de las 53 entidades concertadas por el sistema público (gestionados por fundaciones, consorcios y empresas, no están sometidos a los controles de derecho público)» La Sindicatura de Cuentas encontró irregularidades «recurrentes» en los consorcios sanitarios (adjudicaciones a dedo y pagos injustificados a directivos, entre otros). La mayoría de estos casos aún se está investigando.

Este es, en síntesis, el modelo sanitario catalán. Una de las grandes conquistas sociales del gobierno Mas y Mas-Colell (que debe apoyar lo suyo).

Una recomendación para finalizar. Con palabras del historiador Àngel Duarte:

«Chrysler España, Diciembre 1971: Un paradigma de la represión laboral del último franquismo». El autor, Juan José del Águila Torres, defiende en este estudio la idea de que dentro del amplísimo universo de la represión institucional franquista, la llevada a cabo contra los obreros y sus organizaciones de clase fue la más intensa en términos cuantitativos y cualitativos.
 
A través de este texto se analiza la aplicación de las diversas técnicas de represión y coacción sobre los trabajadores que se utilizaron simultánea y sucesivamente, con despidos y sanciones varias, en el corto periodo de un mes desde mediados de diciembre de 1971 a mediados de enero de 1972.

Mediante este estudio de caso, el presente trabajo visibiliza los métodos de represión contra los y las trabajadores y trabajadoras que se generalizaron durante el largo periodo de la dictadura franquista. Se puede descargar el PDF en el siguiente enlace: http://www.1mayo.ccoo.es/nova/files/1018/Estudio94.pdf

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