Las inconcebibles e incalificables posiciones adoptadas por el PSOE últimamente con respecto al conflicto saharaui han provocado muchísimo asombro e indignación entre los españoles en general, lo que ha motivado que mucha gente se plantee las siguientes interrogantes:
¿Dónde está aquel PSOE que los años setenta, ochenta y noventa cuando sus militantes, cuadros y cargos atestaban las asociaciones de amigos del pueblo saharaui?, ¿dónde quedó aquel PSOE comprometido con la lucha contra las injusticias?, ¿donde está el PSOE que siempre estaba implicado con la justa lucha del pueblo saharaui?, ¿donde quedó aquel PSOE que invitaba a los representantes saharauis a todos sus actos incluidos los locales?, ¿donde quedó aquel PSOE que en la mayoría de Las casas del pueblo tenía un rincón dedicado a la lucha del pueblo saharaui?, ¿donde esta aquel PSOE cuyas juventudes estaban dedicadas totalmente al activismo por los derechos del pueblos saharaui?, ¿donde está aquel PSOE que todos los Ayuntamientos que gobernaba se hermanaban con campamentos saharauis?, ¿donde están aquellos centenares y centenares de militantes, cuadros y cargos del PSOE que viajaban cada año para conocer la realidad en la que vive el pueblo saharaui?
Desgraciadamente, de aquel partido comprometido con la erradicación de las injusticias ya no queda casi nada, muchos creen que este zafio PSOE se comió a aquel partido progresista y comprometido.
Todo se esfumó con la llegada de una generación sin compromiso, sin ética y sin principios. La llegada de Zapatero despojó al partido de su ideología, de sus principios, de sus ideales y de sus valores como partido de izquierda y republicano, convirtiéndolo en un partido ordinario, sin convicciones y abierto incluso a individuos que sólo pretendían trepar y lucrarse de la política.
Con toda seguridad si Pablo Iglesias, Francisco Largo Caballero, Indalecio Prieto o Ramón Rubial, entre otros históricos y destacados dirigentes socialistas, levantaran la cabeza, no reconocerían ni la sombra de este PSOE.
Desafortunadamente hoy en ese gran partido que fue el PSOE parece que sólo quedan gente de muy baja catadura moral como los Zapateros, los Bonos, Los Aguilar, los Moratinos, los Albares, los Planas, etc., gente comprometida con lo peor y lo más lucrativo e indecente de la política. Este tipo de sujetos arrastraron a uno de los grandes partidos políticos de Europa occidental a las alcantarillas de la política. Frecuentando esos bajos fondos es de donde nace su vinculación y apoyo a una de las más execrables, abominables y autoritarias dictaduras que quedan actualmente en el mundo como lo es la autocracia feudal marroquí, donde las personas ni siquiera gozan de lo mas básico ni de elementales derechos y libertades.
La guinda de la metamorfosis kafkiana del PSOE la presenciamos el otro día en la sede del Parlamento Español, donde un sujeto iletrado, que presuntamente es diputado y presidente de la Comisión de Exteriores pero sin ninguna noción del mundo que le rodea, se atrevió a calificar de entidad privada a un Movimiento de Liberación de 50 años de existencia como es el Frente Polisario, organización reconocida por las Naciones Unidas y por todos los organismos internacionales y que incluso se sienta en la misma mesa que el PSOE en la Internacional Socialista. Pues bien, para que se hagan una idea, personajes como este son la hornada que ilustra perfectamente el nivel de los actuales dirigentes del PSOE, este tipo de individuos se apoderaron del PSOE después de la llegada de Zapatero.
La deriva del otrora gran partido Socialista Obrero Español, que hoy navega por aguas turbias, le ha llevado a hacer saltar por los aires los ideales que hay detrás de su origen y fundamentos. El mismo PSOE que defendía hace escasos años los derechos humanos, la igualdad, libertad y autodeterminación de los pueblos, votaba hace un mes sin ningún rubor junto a formaciones nazis contra la defensa de la libertad de expresión y la represión que sufren los periodistas e intelectuales marroquíes.
En la retina de muchos socialistas de verdad quedará grabada la molesta e incómoda imagen del PSOE votando contra la concesión de la nacionalidad a los saharauis nacidos bajo soberanía española o votando contra miserables ayudas a esos mismos saharauis refugiados que nacieron en territorio español.
En todo este desaguisado socialista siempre hay excepciones, no se puede bajo ningún concepto incluir a los veteranos militantes y cuadros socialistas que han estado y están al lado del pueblo saharaui. Mención aparte merece el recién dimitido diputado vasco Odon Elorza por sus posiciones y su negativa a asumir las ´órdenes y los hechos consumados procedentes del Majzén marroquí. No me quiero olvidar de mis muchos amigos socialistas: Rosa, Ramón, Freddy, Pedro, Olga, Susana, Dolores, Joaquín, Alicia, Alberto y muchos otros que siguen al pie del cañón sin renunciar a los principios e ideales que plasmó Pablo Iglesias en la ideología del PSOE original, y quiero rendirles un tributo y un merecido homenaje.
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