Los 36 municipios del AMB aprueban un plan para elevar los índices de recuperación ajustándose a las directrices europeas
Una vecina de Barcelona deposita la basura en los contenedores de reciclaje (Roser Vilallonga)
Tal y como pasa con la luz o el agua, a partir del 2025 cada ciudadano tendrá un recibo personalizado por la gestión de sus residuos. De esta forma, los vecinos que reciclen más pagarán menosimpuestos. Esta es una de las medidas del Acord Metropolità per al Residu Zero, que el Consell Metropolità del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha aprobado inicialmente este martes.
Este plan, con un horizonte a seis años vista, compromete a los 36 municipios del ente supramunicipal a tomar medidas para incrementar los índices de recogida selectiva, estancados en torno al 35% desde hace años. «El modelo actual, basado en contenedores abiertos las 24 horas del día, ha tocado techo», ha señalado el vicepresidente de Medi Ambient del AMB, Eloi Badia.
El objetivo es llegar a una tasa de reciclaje del 55% en el año 2025 y al 60% en el 2030. De esta manera se cumplirían las directrices de la Unión Europea y se eludirían las multas de este organismo, que pueden alcanzar los 20 euros anuales por habitante.
Las autoridades metropolitanas entienden que la única manera de alcanzar estos niveles es cambiar el paradigma tradicional para implantar la gestión individualizada, que afectará tanto a particulares como a comercios.
La iniciativa culminará en el 2025 con el cambio de sistema de tarificación, pero antes se tomarán otras medidas. Una será el impulso del sistema de recogida puerta a puerta, r ecientemente probado en el barrio de Sarrià y con 15 años de experiencia en Torrelles de Llobregat con grandes resultados.
No todos los municipios adoptarán este sistema, pero la tendencia será romper el anonimato de la basura para premiar a los que más reciclen, apostando por el pago por generación. También se incorporarán contenedores inteligentes y recogidas comerciales específicas, entre otras acciones.
Cierre de hornos en la planta de Sant Adrià del Besòs
El proyecto del AMB contempla cinco escenarios y dependiendo del que se acabe dando se invertirán entre 80 y 180 millones de euros. La gran mayoría de estos recursos se destinarán a la transformación de las plantas de tratamiento de residuos.
Y es que si se consiguen mejorar los índices de reciclaje dejarán de tener sentido tal y como están planteadas actualmente. Pasarán a ser más especializadas, sobre todo para dedicarse a la fracción orgánica. «Gestionaremos recursos y no residuos», ha destacado el vicepresidente del AMB.
En este sentido, de cara al 2025 se espera c errar uno o dos hornos incineradores de la planta de Sant Adrià de Besòs.
El AMB prevé que la mejora de la gestión de residuos supondrá un ahorro de 20 millones de euros y la creación de entre 1.047 y 1.650 puestos de trabajo. Esperan reducir los gases entre 160.000 y 250.000 toneladas anualmente, rebajar la toxicidad en un 8% y disminuir la demanda de energía en un 3%.