Dentro de la nueva ofensiva de la derecha fascista próxima al expresidente Jair Bolsonaro, continúa la violencia tras su derrota electoral. Sus seguidores achacan que hubo un fraude, cuando en realidad sí se contabilizan actos contra votantes del PT, como el impedimento a circular el día de las elecciones a votantes por la policía de tráfico (PRF) en su camino a los colegios electorales. Sus seguidores se han movilizado desde entonces realizando cortes de carretera (221 bloqueos!!), disparando a agentes de policía, persiguiendo a opositores, y han solicitado al ejército el que dé un golpe de estado para restaurar el gobierno. Bolsonaro no se ha posicionado públicamente, pero precisamente eso es lo que se le ha achacado, que su ausencia legitima esos actos y esa estrategia.
El 26 de noviembre Bolsonaro también participó en un acto del ejército, y en él saludó a manifestantes con una pancarta que leía «Bolsonaro, activa las Fuerzas Armadas contra el fraude en las urnas». Por lo que, él no lo ha pedido verbalmente pero sí con estos gestos o no rechazando actos que no pueden ser aceptados y que contradicen las reglas que el asumió en las elecciones.