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El Café: Sin crisis no hay paraíso

Fuentes: Rebelión

Una importante crisis social se cierne sobre Centroamérica. El aumento promedio de un grado centígrado en las temperaturas, el incremento en las lluvias y los desórdenes en la periodicidad de estas se señalan como culpables de la propagación de una enfermedad, la roya, que ya existía, pero en proporciones mucho menores. Se trata de un […]

Una importante crisis social se cierne sobre Centroamérica. El aumento promedio de un grado centígrado en las temperaturas, el incremento en las lluvias y los desórdenes en la periodicidad de estas se señalan como culpables de la propagación de una enfermedad, la roya, que ya existía, pero en proporciones mucho menores. Se trata de un hongo, Hemileia vastatrix, que ataca a la hoja del café, esta no puede respirar, se enferma y acaba reduciendo drásticamente la producción de café.

Esta enfermedad cuya existencia era bien conocida, se ha desbocado brutalmente desde el año 2012, y donde ya ha atacado más de la mitad de las 933.000 hectáreas de café de América Central. México la sufrió especialmente el año pasado, atacando más de 60.000 hectáreas, y fue Chiapas y su gente la peor parada ya que concentraron el 80% de los terrenos afectados.

En esta temporada se trata de toda Centroamérica, donde la Organización Mundial del Café ha evaluado que ya la plaga ha llegado al menos 30% de las plantaciones.

Esta situación amenaza con convertirse en una crisis económica y social de consecuencias gravísimas para miles de familias, en países donde casi mitad de la población vive en situación de pobreza.

Frente a esta amenaza, la agencia de cooperación internacional de los EEUU, han reaccionado invirtiendo 5 millones de dólares en la investigación rápida de nuevos fungicidas que puedan acabar con la plaga, y esto no porque le interese la estabilidad de la producción y mercado del café, sino que la voz de alarma ha sido el posible éxodo masivo de miles de campesinos pobres a ciudades de los EEUU.

Viendo los datos, podríamos pensar que se trata de una crisis coyuntural agrícola más y que se parece a otros episodios ya vividos, sin embargo es necesario analizarla profundamente porque lleva dentro las claves de las crisis alimentarias del siglo XXI que ya se están alumbrando.

Se trata de una crisis ligadas estrechamente al cambio climático, así vemos como los cambios de temperatura han tenido un efecto rápido y radical en la agresividad del hongo así como en su difícil predictibilidad de comportamiento.

Se trata de crisis ligadas a la pérdida de biodiversidad. En este caso vemos que se trata de una crisis ligada al establecimiento de monocultivos arrebatando terrenos a otros cultivos autóctonos dedicados a la alimentación de la población e incluso dentro del propio café, se trata de un hongo que ataca fundamentalmente a la variedad de café arábiga que concentra el 80% de la producción.

Se trata de crisis que provocarán una migración muy importante de campesinos, que acabarán abandonando sus tierras y casas para mal vivir en entornos urbanos y ahondar en el proceso insostenible de la desruralización.

Se trata de crisis donde los campesinos pierden, pero donde los bancos y grandes fondos de inversión ganan. Durante este mes de marzo y abril el precio de café está en viviendo una vorágine de volatilidad en los precios internacionales del café, y es ahí donde ganan estos fondos y donde no les afecta ni importa la producción real y sus consecuencias

Se trata de crisis que habla de las soluciones de naturaleza tecnológica que la gran industria del agronegocio pondrá en marcha para las nuevas crisis. A corto plazo un nuevo fungicida, con una venta y beneficio previsto incalculable y a medio plazo verán ustedes como se lanzan al desarrollo de una nueva variedad de café de laboratorio.

Crisis, finalmente , que habla del papel en que ha quedado relegada la cooperación internacional, no preocupada por el desarrollo de los pueblos sino de allanar el camino a las inversiones de grandes multinacionales.

¿Y los estados como responden?

Los estados lejos de ver este Hongo como un semáforo en rojo donde parar y reflexionar sobre las consecuencias del actual modelo alimentario globalizado, será analiazado únicamente como una gran oportunidad de negocio para las grandes empresas. Ya saben aquello de que las crisis son siempre una oportunidad.., pero solo para unos pocos, al resto les tocará emigrar.

Javier Guzmán. Director de VSF Justicia Alimentaria Global

Blog del autor: Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.