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El cartel europeo (1888-1938) en el Museo Picasso

Fuentes: Loqsomos

Carteles hubo siempre, los egipcios los hacían en piedra, los griegos en grandes columnas llenas de mensajes… pero el cartel de nuestros días, nació con la revolución francesa, carteles políticos y carteles privados.

Con la llegada de la industria y el crecimiento de las metrópolis, nace una demanda de venta y de dar a conocer espectáculos, libros, periódicos, artistas, productos, etc. Esa demanda crea un nuevo estilo de expresión artística, un nuevo lenguaje pictórico, que inunda las calles a través de litografías. Carteles que empiezan a impulsar al consumo, carteles que se enfrentan a la censura, carteles solidarios, carteles que enseñan y que sobre todo reflejan su época, como la «Belle Ëpoque».

Sin obviar en ese tiempo a artistas de la carteleria como Steinlen (el que ilustro el cartel de la novela París, de Zola), ligado al librepensamiento y los movimientos obreros del fin del siglo XIX, que no dejan pasar la ocasión en su obra de reflejar y denunciar la situación de las clases oprimidas.

Ramón Casas, Jules Chéret, Fortunato Depero, Cassandre, Gustav Klucis, Vladímir Lébedev, Man Ray, Vladímir Maiakovski, Henri Matisse, Alexander Ródchenko y Henri de Toulouse-Lautrec se encuentran entre los 91 autores representados en la nueva exposición que presenta el Museo Picasso Málaga: El cartel europeo 1888-1938. Las 175 obras reunidas para la ocasión ofrecen un recorrido por la etapa más creativa y trascendental de la historia del cartel en Europa, cincuenta años que ofrecen un relato sobre los orígenes de la publicidad.

Al hilo de los carteles, se aprecia como se proyectan diferentes estilos o como avanzan las técnicas de litografía.

La exposición se centrará en periodos muy significativos del cartel: los inicios en los últimos años del siglo XIX con Jules Chéret y Henri de Toulouse-Lautrec como protagonistas. Toulouse-Lautrec, el más popular y siempre revestido de leyenda., debido a un defectuoso desarrollo de huesos, sufrió deformaciones articulares dolorosas, lo que le llevó desde su infancia a estar largos periodos inmóvil, donde desarrollo su fuerza creativa. Sabía captar y grabar en su mente lo que veía, pintaba en los cabarets y en los burdeles, reflejaba en su obra la naciente luz eléctrica (toda una novedad), el París golfo y nocturno, pero divertido también para un pueblo, que acudía a los reciclados molinos de cereales que había en el centro de la ciudad, donde se merendaba, bebía y se saboreaban actuaciones artísticas, que ponían los pelos de punta al conservadurismo europeo, no digamos ya a la Iglesia.

La exposición también nos acerca a las primeras campañas publicitarias (Michelin con el dibujante O’Galop y Anís del Mono con Ramón Casas); la época de entreguerras, cuando convulsionaron las vanguardias; así como un apartado dedicado abiertamente a la vanguardia y al arte publicitario de aquellos momentos, que acabaron de configurar al cartel moderno. Entre los 175 carteles de 91 autores, el visitante conocerá, y en muchos casos reconocerá, obras muy representativas de cada década, que son fundamentales para una aproximación rigurosa, del espectador y del profesional, a la historia de lo que hoy se entiende como cartel.

Fuente: http://www.loquesomos.org/index.php?option=com_content&view=article&id=4398%3Ael-cartel-europeo-1888-1938&catid=111%3Agalileo&Itemid=55&lang=es