Recomiendo:
0

No cesa de intoxicar la investigación del 11-M

El diario «El Mundo» se comporta como un abogado defensor de los terroristas

Fuentes: Rebelión

He visto muchos juicios, cuando el abogado de un acusado está convencido de la inocencia de su defendido, se centra en los hechos objeto de debate, sin embargo, cuando un abogado sabe que su cliente tiene todas las papeletas para ser condenado, su defensa se basa en introducir múltiples hechos que no tienen nada que […]

He visto muchos juicios, cuando el abogado de un acusado está convencido de la inocencia de su defendido, se centra en los hechos objeto de debate, sin embargo, cuando un abogado sabe que su cliente tiene todas las papeletas para ser condenado, su defensa se basa en introducir múltiples hechos que no tienen nada que ver con el fondo del asunto y todo tipo de estratagemas para demostrar que su cliente es víctima de una oscura conspiración.

Todos sabemos que de los casi doscientos asesinatos del 11-M, hay básicamente dos grupos de culpables. Unos directos, terroristas que detonaron las bombas pretendiendo vengar así las muertes de iraquíes. Y otros indirectos, quienes nos pusieron en el punto de mira de los terroristas al declarar una guerra injusta, ilegal e inmoral.

Algunos terroristas se inmolaron, otros están en la cárcel. Ni ellos ni sus abogados dejan de asombrarse por la campaña de ciertos medios de comunicación que, con tal de intentar probar la autoría de ETA, están preparando su defensa ante el tribunal que un día los juzgará. Es tal así, que las informaciones que publican como grandes primicias están filtradas por los propios encausados. Ya me estoy imaginando a sus abogados defensores alegando ante los jueces que sus clientes son víctimas de una conspiración Eta-nacionalistas-Psoe para ganar las elecciones. Y es que estos mercenarios de la pluma y del micrófono estarían felices si un día se dictara sentencias absolutorias contra los imputados, ya podrían decir: «habéis visto, han sido los etarras».

Pero si observamos el propio material publicado por El Mundo podemos observar que los confidentes policiales son los nuevos corsarios, tienen carta blanca para cometer todo tipo de delitos. La Guardia Civil conocía que Suárez Trashorras y Antonio Toro tenían en su poder 200 kg de dinamita que quería vender y no los detuvieron, simplemente por que eran confidentes suyos. Que primero intentaron vender los explosivos a presos de ETA en la cárcel, pero se rieron de ellos ¿Cómo iban a comprar explosivos a confidentes de la Guardia Civil? Que, otro confidente, Zouhier acusó públicamente a la Guardia Civil: «Avisé y no me han hecho caso».

¿Dónde está la conspiración? ¿Por qué apareció enseguida la furgoneta con las cintas en árabe? También apareció enseguida un coche utilizado por los autores del 11-S con un ejemplar del Corán dentro sin que nadie haya pensado que ETA estuviera implicada en aquel ataque. En ningún momento los autores del 11-M tuvieron cuidado en ocultar su autoría, todo lo contrario la reivindicación se efectúo esa misma noche en una página web y al día siguiente mediante la famosa cinta de vídeo. Las teorías conspiratorias, son eso: teorías, pero como diría Ariana Puello (mi cantante de Hip Hop favorita) las cosas son como son.