Sobre Washington, refiriéndose al bloqueo de la venta de aviones por el Gobierno español Arévalo Méndez afirmó con ironía: «Si con esos doce aviones desarmados se puede desestabilizar el continente, entonces qué mal está el mundillo militar y político estadounidense, pero muy mal». Denunció también a Bush de incoherencia en la llamada «lucha contra el […]
El embajador de Venezuela en Madrid, Arévalo Méndez, respondió ayer en carta pública las diatribas contra el gobierno de su país formuladas por el novelista Mario Vargas Llosa en el diario El País. El diplomático lamentó que en el escrito de Vargas Llosa no hubiese ideas ni razón para sostener el diálogo y el respeto sino simples comentarios huérfanos de pruebas y argumentos. Tras leerlo puedo afirmar rotundamente que no hay nada más peligroso en términos de respeto a la verdad, que los mecanismos que emplean los conversos para justificar su nueva fe.
Con esa observación el representante bolivariano hace referencia al pasado político del «escribidor», como se le nombró en Perú en su escandaloso fracaso al tratar de llegar a la presidencia cuando fue derrotado por un desconocido entonces, Alberto Fujimori.
Méndez le enrostra «el cinismo que implica la pretensión de mostrar el panorama de un mundo al revés, en el cual los legítimos representantes de las víctimas de seculares procesos de dominación, son presentados como instigadores de nuevos tipos de discriminaciones raciales».
Le espeta que son en absoluto falaces las acusaciones de incitación al racismo en contra de las minorías privilegiadas que endilga al Presidente Chávez, y lo emplaza a que presente pruebas.
También se extravía usted -le dice- al querer presentar la circunstancia de una América Latina hace tiempo libre de racismo como una consecuencia del repudio al nazismo que experimentara Europa Occidental.
Extraña la puerilidad de trasplantar una realidad sociológica diametralmente distinta a nuestro contexto. El racismo en contra de las mayorías mestizas, indígenas y afroamericanas de nuestros países es todavía una tara viva y de magnitudes y consecuencias inconmensurables, aseguró.
Pero es precisamente eso lo que explica la emergencia de una nueva dinámica auténticamente democrática, de futuro, que supere ese conservadurismo que tantas carencias sembró y que incompresiblemente Vargas Llosa insiste en defender.
Mandatarios como el presidente Chávez denuncian la ignominiosa situación de mayorías nacionales depauperadas, que, coincidencial y curiosamente, son todas mestizas, amerindias y negras, le recuerda el diplomático al escritor.
Usted nos llama «electores obnubilados» a los que estamos haciendo posible un giro general a la izquierda de todo el continente en busca de futuro, le señala.
Tal vez si los demócratas le oyéramos tan siquiera rechistar sobre los crímenes contra la humanidad de esas omnipresentes y destructivas camarillas militaristas-seudo religiosas del Norte, creeríamos en el desinterés de sus diatribas en contra de la revolución bolivariana.
De todas sus afirmaciones, concluyó, ninguna entraña la indignidad de llamar «nuevos caudillos bárbaros» a los presidentes de la región que edifican la vibrante, diversa e innovadora izquierda latinoamericana, incluido al nuestro.
Su consideración al respecto, que en sí misma constituye un exabrupto craso y supino, sólo puede provenir de un converso que ha abjurado de su antiguo latinoamericanismo y hasta de su nacionalidad, a la cual le ha yuxtapuesto la española, concluye la nota.
El embajador venezolano en España pone en su sitio al gobierno de EEUU
Aunque Estados Unidos trata de deteriorar las relaciones entre España y Venezuela somos optimista acerca de la posibilidad de concretar la compra de aviones a EADS-CASA, dijo hoy el embajador bolivariano en Madrid.
Arévalo Méndez Romero denunció en una reunión con periodistas españoles esa intención de Washington, pero aseguró que «a pesar de los Estados Unidos, el gobierno español ha dado muestras fehacientes de su voluntad para que siga adelante la venta de los aviones».
Agregó que seguramente vendrán nuevas propuestas de negocios para intensificar ese intercambio que conlleva beneficios económicos y políticos tanto para España como para Venezuela.
Señaló que ese intento de descomponer las relaciones entre ambos países por el asunto de los aviones es muy difícil, y de hecho en la realidad les ha resultado contraproducente, pues contrariamente a esa pretensión, los vínculos políticos se consolidan y los económicos crecen acelerada y sólidamente.
Recalcó su optimismo de que al final se producirá la negociación de los aviones. «Quizá tardemos más y haya que rediseñarlos, pero se concretará», expresó.
Arévalo precisó que esa ofensiva estadounidense ha quedado demostrada con el caso de espionaje de la embajada de Washington en Caracas sobre la adquisición de patrulleros por parte del Ministerio de la Defensa a la empresa española Navantia.
Lo mismo sucede con el boicot a la compra de aviones a EADS Casa, con la falsa excusa de que Venezuela está desestabilizando a América Latina. Ellos saben, dijo, que se trata de aeronaves de transporte adecuadas especialmente para la lucha contra el narcotráfico.
«Si con esos doce aviones desarmados se puede desestabilizar el continente, entonces qué mal está el mundillo militar y político norteamericano, pero muy mal», enfatizó.
Arévalo expresó que el gobierno de George W. Bush exhibe una actitud incoherente cuando se empeña en una supuesta y muy publicitada política de combate al narcotráfico, pero bloquea la compra de aviones por parte de Venezuela, precisamente para luchar contra este flagelo.
Comentó que también se oponen a que Brasil les venda aviones Tucano que han servido para mantener a raya a narcotraficantes colombianos en la frontera, y recordó que Washington incumple compromisos adquiridos en contratos de suministros de repuestos para aparatos F-16.
El diplomático advirtió que el boicot no se está aplicando a Venezuela, sino a la comunidad internacional en la lucha contra el narcotráfico. «Este es el discursillo pestilente de Estados Unidos con respecto a la supuesta desestabilización», agregó.
Si ello ha causado alguna consecuencia económica al capital accionario de la española Repsol, aclaró, estoy seguro que la empresa sabrá tratarlo con sus accionistas, pero eso no ha generado ningún reclamo por parte de la compañía.