La Habana, 29 de junio. Las remesas familiares a Cuba, que empezarán a ser restringidas desde este miércoles por Estados Unidos, fueron el año anterior cerca del doble de los ingresos netos por turismo y su crecimiento acelerado reveló el surgimiento de un sector dinámico en la economía de la isla: la exportación de fuerza […]
La Habana, 29 de junio. Las remesas familiares a Cuba, que empezarán a ser restringidas desde este miércoles por Estados Unidos, fueron el año anterior cerca del doble de los ingresos netos por turismo y su crecimiento acelerado reveló el surgimiento de un sector dinámico en la economía de la isla: la exportación de fuerza de trabajo.
En un balance de 2003, recién publicado, el Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC), departamento especializado de la Universidad de La Habana, ubicó el ingreso bruto del turismo en el ejercicio anterior en 2 mil 52 millones de dólares.
La cifra casi duplica el monto de las remesas de Estados Unidos a Cuba, calculado en mayo por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en mil 193 millones de dólares para 2003, que expertos consultados por La Jornada consideran cercano a la realidad, aunque ligeramente sobrestimado.
Pero la factura turística tiene que deducir el costo, para llegar a un resultado neto. Fuentes del sector dijeron a este diario que el año pasado ese factor fue de 0.74 centavos por cada dólar que ingresó.
La estimación que elaboró el director del CEEC, Juan Triana, menos el costo de operación (unos mil 518 millones de dólares), arroja un beneficio neto de 534 millones de dólares en 2003, lo que ronda la mitad del ingreso calculado en remesas.
La tendencia indica que, tras sobreponerse a la crisis que siguió al hundimiento de la Unión Soviética, Cuba se unió al fenómeno que ha convertido a los trabajadores migratorios de México y otros países latinoamericanos en pilares de sus economías nacionales. Los balseros son ahora braceros.
Pero a diferencia de otros países, donde las remesas pueden tener una desembocadura improductiva, en Cuba tienen «efecto multiplicador», dijo un analista local, que pidió no ser identificado. «Aquí impactan directamente al resto de la economía».
El especialista explicó que las remesas terminan en el mercado interno en moneda dura, cuya demanda arrastra a sectores enteros de la economía, como la industria ligera.
El envío de remesas, primera fuente neta de divisas de Cuba, empezará a ser afectado con el nuevo paquete de medidas coercitivas impuesto por Estados Unidos, que limita los viajes y reduce a los beneficiarios de las ayudas a los familiares directos en primer grado que no pertenezcan al Partido Comunista ni a niveles ejecutivos del gobierno.
Aunque las autoridades han protestado por las restricciones, no informan sobre la dimensión de las remesas y sus estimaciones del daño que causará la vuelta de tuerca. Fuentes del gobierno consultadas por este diario declinaron hablar del tema.
Sin informes oficiales disponibles, y con base en el cálculo del BID, proyecciones de estadísticas de 2002 y otras fuentes, se puede estimar el rango de las remesas en la economía cubana para el año anterior en 3 por ciento del producto interno bruto, la cuarta parte de las importaciones, 75 por ciento de las exportaciones, más de cien veces la Ayuda Oficial para el Desarrollo, por encima de las compras agrícolas a Estados Unidos y el equivalente a la factura petrolera o a la importación total de alimentos.
Según el registro de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el ritmo de crecimiento de las remesas a Cuba en la década pasada fue de 35 por ciento, sin comparación con ninguna otra rama de la economía.
La Cepal concluyó en su balance preliminar de diciembre último: «Luego de tres años de desaceleración, la economía cubana registró mayor dinamismo (2.6 por ciento en 2003 frente a 1.2 el año anterior), impulsada básicamente por el aumento del turismo internacional, las remesas familiares, las exportaciones de bienes y la reparación de daños ocasionados por los tres huracanes que azotaron la isla en el bienio anterior».
Por último, decenas de pasajeros que no hallaron asientos para volar hoy de Miami a Cuba, víspera de la entrada en vigor de restricciones de viajes a la isla, expresaron su descontento con gritos de «¡Cuba, Cuba!»
Afp reportó que en el aeropuerto imperaba un sentimiento contrario a las medidas adoptadas por el presidente George W. Bush, que refuerzan el embargo contra la isla y limitan, a partir de este miércoles, viajes y remesas de dinero a Cuba.