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El Gobierno apuesta por el rearme militar

Fuentes: Redacción Hojas de Debate

La compraventa de munición que ahora se abandona sirve para que los ministros de Sumar y los dirigentes de sus organizaciones se “apunten un tanto”, pero a cambio de consentir el rearme militar, que sin duda es la cuestión decisiva que nos acerca a la guerra.

Pedro Sánchez ha hecho público el “Plan Nacional para el desarrollo e impulso de la tecnología de defensa y seguridad española”, una elegante presentación del negocio de la guerra, aplaudido por la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad Aeronáutica y Espacio. La fecha elegida no ha sido casual. Sánchez comparecerá en el Congreso para explicar este Plan Nacional, en un debate que previsiblemente se producirá en el mes de mayo, pero ha descartado someterlo a votación en el Congreso de los Diputados. 

La comparecencia del Presidente del Gobierno apostando por el rearme militar, cumpliendo las exigencias impuestas por la Administración Trump, la OTAN y las más altas instancias de la UE adheridas a las políticas bélicas del imperialismo (por lo pronto, 2% del PIB), ha tenido lugar coincidiendo en el tiempo con el fallecimiento del Papa Francisco, el ceremonial de su entierro y la convocatoria de Cónclave para nueva elección del máximo representante de la Iglesia Católica. 

Es decir, en un contexto informativo temporal dilatado en donde prevalece con enorme diferencia todo lo relativo a esta temática, quedando, gracias a ello, oscurecida para una mayoría de la ciudadanía la apuesta belicista del actual Ejecutivo traducida en una inversión extra de 10.471 millones de euros, hasta totalizar 33.123 millones en 2025 en favor del Ministerio de Defensa. Este importe se mantendría en los próximos años y podría aumentar hasta un 5% del PIB por cuantía de varias decenas de miles de millones de euros más (unos 80.000 millones de euros anuales), como lo exige la Administración Trump. ¿Casualidad en la elección del momento en que se anuncia el rearme militar por Sánchez?

Hasta ahora, la coalición Sumar [1] se ha limitado a hacer algunas “observaciones” por este desorbitado gasto, pero se mantiene en el gabinete. De este modo renuncia a la muestra más clara que podría dar de oposición al rearme y ganar credibilidad para favorecer una amplia movilización popular por la Paz. Su salida del gobierno no facilitaría en modo alguno el acceso a éste de la derecha del PP y la extrema derecha de VOX. ¿Ocurrió tal cosa cuando los ministros de Podemos fueron desalojados del gobierno en 2023?

Es más, desde el mismo momento en que el Gobierno incumplió la derogación de la Ley Mordaza y la reforma laboral del Partido Popular, cuestiones, entre otras, a las que se comprometió en el acuerdo de coalición de diciembre de 2019, la coalición Unidas Podemos debió retirarse del ejecutivo y defender los intereses de la clase trabajadora y capas populares desde las instituciones y desde la calle mediante la movilización social, cerrando en todo caso la posibilidad de que accediera al ejecutivo el PP junto a Vox.

La opción gubernamental favorable al rearme militar que nos empuja a la guerra resulta, además, contraria a los recientes comunicados publicados por Izquierda Unida y por el PCE.

Sin embargo, al igual que antes Unidas Podemos, los cinco ministros de Sumar actuales no han dimitido por el momento del gabinete de guerra, contradiciendo las manifestaciones recientes de dirigentes de IU y del PCE en favor de la Paz y contra el rearme.

Las declaraciones de Enrique Santiago en el programa de 24 horas del pasado 23 de abril, centradas casi exclusivamente en la cuestión relativa a la compraventa de armas al ente sionista, parecen descartar la ruptura de IU y del resto de las organizaciones de la coalición de Sumar con el gobierno Sánchez. Una apreciación que toma fuerza cuando el ejecutivo no ha tardado en rescindir el contrato de adquisición de munición al ente sionista por un importe de 6.642.900 euros, aproximadamente el 0,06% de la cuantía anual de los 10.471 millones de euros añadidos a los gastos militares de 2025. ¡Como si con este gesto quedara a salvo el “progresismo” de una orientación que nos aboca cada vez más al abismo de la guerra! 

De esta forma, la compraventa de munición que ahora se abandona[2] sirve para que los ministros de Sumar y los dirigentes de sus organizaciones se “apunten un tanto”, pero a cambio de consentir el rearme militar, que sin duda era y es, repetimos, la cuestión decisiva. 

Con sorna, un ministro socialista ha dicho que los miembros de Sumar en el ejecutivo son como los peces: si los sacas del agua se mueren.

El BNG, Bildu y ERC han expuesto de manera pública su oposición al rearme militar y en defensa de la Paz, como igualmente lo ha hecho Podemos desde que cambiara de estrategia (sin autocrítica, por cierto) al tiempo de su desalojo del gobierno, ya que con anterioridad mantuvo una posición favorable a la presencia de España en la OTAN y a las actuaciones militares que desarrollaba y continúa llevando a cabo esta organización militar internacional en defensa de los intereses del imperialismo.

Todos estos posicionamientos solo serán bienvenidos si van unidos inexorablemente a convertir los discursos en acción política organizada, para la conformación de un potente movimiento social en defensa de la Paz y contra el rearme, que, desde las instituciones y desde la calle, en el ejercicio pleno de todos los derechos fundamentales recogidos en la Constitución, presione para alejarnos del escenario de guerra generalizada que ya preparan las oligarquías de un capitalismo en crisis. Un movimiento que reclame que los 10.471 millones de euros suplementarios destinados al rearme se asignen a mejorar la sanidad pública; a la construcción de viviendas sociales para tantos jóvenes, ahora castigados por la precariedad, los bajos salarios y los precios astronómicos que les privan de posibilidades de emprender un proyecto familiar; a mejorar la educación pública, infraestructuras esenciales, etc.

Notas:

[1] Integrada por Movimiento Sumar, Catalunya en Comú, Más Madrid e Izquierda Unida.

[2] Sin embargo, no se ha paralizado ninguno de los programas de armamento para el Ejército español en los que participan empresas israelíes, como la adquisición de los misiles Spike por 237,5 millones o del lanzacohetes Silam por 576 millones. El Ministerio de Defensa reconoce que ambos contratos, adjudicados a empresas españolas, utilizan tecnología de las compañías israelíes Rafael y Elbit, pero alega que “hoy no es sustituible” por la de otro proveedor. En todo caso, indica El País,  el Gobierno Sánchez ha adjudicado 46 contratos por más de 1.000 millones a la industria militar israelí desde el inicio de la guerra de Gaza.

Fuente: https://hojasdebate.es/destacado/el-gobierno-apuesta-por-el-rearme-militar/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.