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El descontrol del tráfico de armas

El gobierno español asegura que los obuses exportados a 10 países africanos no son material militar

Fuentes: Página Abierta

Según una investigación reciente de la Escuela de Cultura de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona, las exportaciones a 10 países africanos son, en realidad, obuses. Esta es una de las conclusiones principales del Informe sobre Exportaciones de Armas Españolas 2002, divulgado por Amnistía Internacional, GreenPeace, Intermon Oxfam y la propia Escuela de Cultura […]

Según una investigación reciente de la Escuela de Cultura de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona, las exportaciones a 10 países africanos son, en realidad, obuses. Esta es una de las conclusiones principales del Informe sobre Exportaciones de Armas Españolas 2002, divulgado por Amnistía Internacional, GreenPeace, Intermon Oxfam y la propia Escuela de Cultura de Paz. El gobierno español asegura que las municiones exportadas a Ghana, Guinea Conakry, República Centroafricana, Mauritania, Costa de Marfil, Senegal, Guinea Bissau, Angola, Burkina Faso y Camerún no es material militar. La Escuela de Cultura de Paz ha podido saber, a través del Registro de Aduanas de la Agencia Tributaria, que cada uno de estos cartuchos exportados pesa una media de 40 kilos y tienen un importe de 120 euros la unidad. Daniel Luz, investigador de la Escuela de Cultura de Paz y experto en armas, explica: «No existe munición de caza o tiro deportivo con ese peso y ese precio. El cartucho de caza mas pesado, para cazar jabalíes o ciervos, es de 60 gramos. Sin duda, si hablamos de 40 kilos de peso por unidad, tiene que tratarse de obuses«. Estas exportaciones de municiones a países africanos ascendieron a algo mas de 4 millones de euros en 2002, de los cuales 2,7 millones se exportaron a un solo país: Ghana. Se da la circunstancia, además, que 8 de estos 10 países pertenecen a la Comunidad Económica de Estados del África del oeste (ECOWAS), organismo que decidió por propia voluntad de sus Gobiernos una moratoria -aún en vigor- en las importaciones de armas ligeras y municiones. El problema de fondo estriba en que el Gobierno español, contrariamente a los criterios de la Unión Europea, no considera armamento distintos productos como las municiones, los aviones de transporte militar o las aparatos de entrenamiento militar. Al no quedar catalogados como armamento, estas exportaciones evitan los controles, eximen al gobierno de dar explicaciones sobre ellas al Congreso y dificultan la labor de investigación.


Puntos negros de las exportaciones

Por otro lado, según cifras aportadas por el Gobierno, las exportaciones españolas de armamento en 2002 ascendieron a un total de 274,7 millones de euros, lo cual supone un incremento del 18,8% respecto al año anterior. Aparte del caso de las municiones vendidas supuestamente como material de caza, Amnistía Internacional, Greenpeace, Intermon Oxfam y la Escuela de cultura de Paz señalan algunos puntos negros de las exportaciones españolas:

· El gobierno reconoce haber exportado armamento a países en conflicto, en situación de posguerra o que no respetan los derechos humanos, como India, Pakistán, Israel, Sri Lanka, marrueco y Angola, por un valor global de 14 millones de euros, lo cual contraviene el Código de Conducta de la UE. Especial atención merece el caso de Angola, país al cual España vendió obuses precisamente en los días (abril de 2002) en que se estaban llevando a cabo las negociaciones internas de paz que debían concluir con 40 años de guerra en el país. Además, España también vendió a Angola 8 helicópteros por valor de 1,1 millones de euros.

· El Gobierno no contempla en su informe anual otras exportaciones de armamento que se llevaron a cabo durante 2002, y que también afectan a países en conflicto o sin garantías para los derechos humanos. Destacan la exportación de dos aviones CN-235 a Colombia por valor de 11 millones de dólares, la venta de 6 aviones a Turquía por un valor de más de 100 millones y municiones por valor de 3 millones de euros y la exportación de 200.000 euros en pistolas a Filipinas.

· El informe de las ONGs indica también que «se aprecia un importante retroceso en la información facilitada por el Gobierno español» y que se agudiza «la situación de falta de transparencia«. Este proceso de falta de transparencia se percibe en los datos de las empresas españolas de armamento y del Instituto de Crédito Exterior (ICES). Además, el retraso con el que el Gobierno informa al Congreso de los Diputados aborta cualquier intento de llevar a cabo una política preventiva.

Armas para Israel y Sudán

Ya en mayo de 2002, el Centre d’Estu-dis per la Pau J.M. Delàs denunciaba el comercio de armas con Israel desde la Unión Europea.

Venta de armas

Españolas a Israel

(en miles de euros)

1992

650

1993

513

1994

80

1995

273

1996

2.724

1997

544

1998

4.497

1999

1.534

2000

4.910

2001

490

2002

1.597

La escalada de violencia desencadenada por el gobierno de Israel contra el pueblo palestino en los territorios que mantiene ocupados militarmente, con el bombardeo de asentamientos civiles, detenciones arbitrarias de miles de personas, asesinatos, torturas y desapariciones, tiene complicidades en los países de la UE. Esta acusación tiene su argumento en el suministro de armamentos que, especialmente desde Gran Bretaña, Francia, Italia y Alemania, se realiza a Israel. España no es ajena a este comercio inmoral. Según datos facilitados por el propio Gobierno español, España ha exportado en los últimos diez años a Israel material militar por un importe valorado en 2.625 millones de pesetas (15,8 millones de euros) Ahora, gracias a una investigación de la Escuela de Cultura de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona, se ha podido saber que España exportó armas ligeras y munición a Sudán durante el año 2003 y principios de 2004. Según los registros de comercio español de la Agencia Tributaria, el valor de esa exportación al Gobierno sudanés fue de aproximadamente unos 8.000 euros, violando así el Código de Conducta de la UE, según el cual no se pueden transferir armas a países embargados, en conflicto, inestables, que no respeten los estándares de derechos humanos, con problemas de desarrollo o que exista riesgo evidente de desvío de la venta a un tercer país. Aunque la cuantía no es alta, es especialmente grave la exportación de la munición (capítulo arancelario 930.629), ya que este capítulo está incluido en la lista de productos sometidos a embargo por la UE a Sudán desde 1994, renovado el pasado enero a la vista de la guerra civil que atraviesa el país.