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El gobierno mueve ficha para desarticular al movimiento de solidaridad con el Líbano en Madrid

Fuentes: Corriente Roja

Una simbólica concentración tuvo lugar junto al Congreso de los Diputados el jueves 7 de septiembre, justo el día en que se votaba en el congreso el envío de tropas españolas al Líbano. Pretendía ser la antesala de una manifestación más grande para el próximo martes día 19, pero esta movilización le viene muy mal […]

Una simbólica concentración tuvo lugar junto al Congreso de los Diputados el jueves 7 de septiembre, justo el día en que se votaba en el congreso el envío de tropas españolas al Líbano. Pretendía ser la antesala de una manifestación más grande para el próximo martes día 19, pero esta movilización le viene muy mal al gobierno. En menos de dos meses se ha gestado en Madrid un movimiento contra las agresiones a Líbano y Palestina, que prendió con motivo de la última invasión israelí a Líbano del mes de julio. Es un movimiento humilde pero potencialmente combativo con la presencia de organizaciones republicanas, antifascistas y anticapitalistas, llegando a un tope de participación de 1500 personas en una manifestación. No por casualidad las movilizaciones de agosto no fueron especialmente grandes en cuanto a la participación, pero radicales en cuanto al mensaje que se lanzó a las puertas de las embajadas yanqui y sionista. Consignas como «dale, dale Hizbulá, a Israel hay que parar», «esa embajada [la de EEUU o la de Israel] está mejor quemada» o «no es terrorismo, es resistencia; terrorismo es el imperialismo», se cantaron insistentemente.

Ahora el PSOE necesita enviar tropas al Líbano y no le interesa que haya mucho ruido al respecto, precisamente porque el tema de las tropas españolas en misiones imperialistas sacó a Aznar del poder y trajo a Zapatero. Por eso está articulando a sus partidos, sindicatos y ONGs afines para pasar por encima del trayecto político recorrido durante el verano y cambiar la dirección de las movilizaciones.

Caminando hacia la manifestación del 19 de septiembre

Si bien este movimiento había logrado superar la pasividad militante propia del verano, en la cita de la concentración junto al Congreso de los Diputados del 7 de septiembre la participación fue sorprendentemente pequeña. Se extendían los comentarios entre algunos grupos de manifestantes, acerca de la reunión semiclandestina y divisionista del pasado el 1 de septiembre mantenida por PSOE, CCOO, UGT, ACSUR Las Segovias, Paz Ahora y Foro Social de Madrid, donde supuestamente se valoró el radicalismo de los contenidos de las manifestaciones desarrolladas durante el mes de agosto y se decidió hacer un comunicado de apoyo al envío de tropas y a la Resolución 1701 del Consejo de las Naciones Unidas, e ignorar la convocatoria del día 19 de septiembre.

En efecto, dicho comunicado (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=37271) plantea lo siguiente: «La presencia de la Comunidad Internacional, si se circunscribe únicamente al envío de tropas a la región, corre el riesgo de convertirse en una fuerza subsidiaria de equivocados intereses de la seguridad israelí, por lo que debe fortalecer una opción política destinada a alcanzar una Paz justa y duradera en la región, basada en el derecho internacional y el reconocimiento y respeto de los derechos humanos, principal objetivo de las Naciones Unidas y de sus instrumentos disponibles, incluyendo a la FINUL.»

Es decir, no se rechaza de plano la intervención imperialista, sino que se matizan las «condiciones» sobre las cuales debería darse esa intervención. Se da por supuesta la legitimidad de ONU en cuanto a garante de los derechos humanos y, además, se cierra el comunicado pasando por alto la convocatoria del día 19, aludiendo que se «realizarán movilizaciones masivas, actos públicos y posicionamientos firmes por esta causa en la fecha del 9 de noviembre, día internacional de lucha contra el Muro en Palestina, que en su día convocaremos».

El gobierno y sus organizaciones clientelares pretenden asumir las riendas del movimiento de solidaridad con Líbano llevándolo a aceptar el envío de tropas españolas y llamando a una movilización «de masas», que el 7 de septiembre ya pudimos ver en qué se traduce…

No es de extrañar que exista la intención de desinflar el nivel de combatividad mostrado en las movilizaciones de agosto, teniendo en cuenta que la bola de nieve puede crecer y que la conciencia y la capacidad analítica de numerosos colectivos anticapitalistas está siendo cada vez más nítida.

La joven Nerea, militante de la Coordinadora Antifascista de Madrid, declaró junto al Congreso de los Diputados que «el problema del Líbano no se solventa con el envío de tropas. Es una solución que proviene de un llamado a nivel internacional que hace EEUU y la ONU, organización cómplice de la situación que se está viviendo hoy día en Oriente Medio. Por tanto, nuestro mensaje es de apoyo a la resistencia tanto libanesa como palestina».

Por su parte, la portavoz de Corriente Roja, Ángeles Maestro, planteó las bases para avanzar en el desarrollo del movimiento antiimperialista. «Lo mas importante es no creerse su discurso. Hay que tener bien claro que cualquier decisión de ocupación de un territorio como es la que se va a hacer en nombre de Naciones Unidas (no ha podido hacerse en nombre de la OTAN, aunque es lo que pretendían), es vestir de ayuda humanitaria una intervención imperialista, en este caso al servicio de los intereses de Israel y de EEUU. Lo segundo es tener en cuenta que hay una estrategia regional que involucra a Iraq, a Líbano, a Palestina y al conjunto de los países árabes, que tiene por objetivo poner gobiernos títeres en la región, y terminar con el apoyo popular a la resistencia y a la insurgencia», aseguró.

Además, Maestro realizó una severa crítica al papel de los medios de comunicación empresariales. Subrayó que «es importantísimo tener claro que la estrategia de los medios de comunicación es desacreditar y descalificar ante nosotros a los pueblos que resisten. Afortunadamente los pueblos del mundo tenemos detrás una historia de resistencia muy importante (cada uno de nuestros países), que perfectamente podemos asimilar a la resistencia antiimperialista del pueblo árabe, cubano, o de cualquier parte del mundo. Lo que los medios están intentando es romper esa asociación de ideas que espontáneamente se produce en los pueblos». Y en último lugar, la portavoz de Corriente Roja propuso «quitarnos de la cabeza un eurocentrismo estéril, que nos hace pensar que formas de resistencia y de indentidad popular que no son exáctamente las europeas, no las podamos entender como resistencia y representación legítimas, armada o civil, de los pueblos que están sufriendo la opresión imperialista».

«El PSOE está presente en estas movilizaciones»

Frente a la nitidez antiimperialista, la confusión socialdemócrata. La izquierda parlamentaria está teniendo problemas para asumir algunos contenidos de las últimas convocatorias, y hay datos ponen de relieve la tensión ideológica que el gobierno pretende provocar dentro del movimiento contra las agresiones a Líbano y Palestina en esta nueva coyuntura que se abre.

Desde el Centro de Asesoría y Estudios Sociales (CAES), se valoró que «las movilizaciones que se han producido durante el verano, han tenido mucha importancia porque se dan en medio de la salvaje agresión imperialista del ejército israelí contra el Líbano. Hoy este proceso de movilizaciones continúa con una concentración muy escasa de gente aquí ante el parlamento, precisamente cuando se dispone a votar unánimemente ese envío de tropas españolas; unas tropas que van a hacer el trabajo sucio a EEUU e Israel en el territorio libanés (no israelita), dato importante para oponernos al envío de tropas. Es decir, hoy ha habido poca gente pero tiene esa importancia. Pero lo fundamental es que hay que recalcar que la relación de las movilizaciones de agosto con la complicidad de la UE que acabo de mencionar, tiene importancia aquí en el propio movimiento antiglobalización en Madrid. Ya hay una movilización convocada para el 19 de septiembre, pero hay algunos grupos políticos como IU de Madrid que no se quieren oponer al envío de tropas porque precisamente no quieren molestar al partido en el gobierno».

Efectivamente se supone que el PSOE no participa en estas movilizaciones, sin embargo hay organizaciones que sí han estado participando y que a la vez intentan no oponerse frontalmente a la política del gobierno. Según plantea CAES, «el gran ausente sería el PSOE, pero sí que está presente por medio de otras organizaciones, que actúan poniendo en entredicho cuestiones como puede ser el No al envío de tropas, o bien el cuestionamiento de la OTAN y las bases norteamericanas en el Estado español y las de otros estados europeos, sin las cuales evidentemente EEUU no tendría las mismas posibilidades de ejercer su política de agresión imperialista».

Si esta tensión va en aumento, al movimiento anticapitalista no le queda más remedio que tomar las riendas de la solidaridad internacional y empujar para sacar adelante la manifestación del día 19, rompiendo con la estrategia del gobierno tendiente a que los movimientos sociales aceptemos adherirnos a la operación militar en el Líbano y la complicidad europea y española.