¿Cómo valora LAB la huelga general en Euskal Herria del pasado 30 de mayo? La valoración de la Huelga General del pasado 30 de mayo es muy positiva, ya que el seguimiento a la misma fue muy mayoritario: se hizo sentir especialmente de forma mayoritaria en la enseñanza, en la industria, la administración pública, los […]
¿Cómo valora LAB la huelga general en Euskal Herria del pasado 30 de mayo?
La valoración de la Huelga General del pasado 30 de mayo es muy positiva, ya que el seguimiento a la misma fue muy mayoritario: se hizo sentir especialmente de forma mayoritaria en la enseñanza, en la industria, la administración pública, los medios de comunicación y el comercio.
Hay que tener en cuenta que esta huelga fue convocada por las centrales sindicales que conformamos la mayoría sindical vasca y por decenas de movimientos sociales, pero el partido de centro-derecha que gobierna en el País Vasco, así como los partidos españolistas PP, UPN y PSOE, o los sindicatos españoles de concertación CCOO y UGT, además de las patronales, se opusieron a la misma, lo cual da todavía un mayor valor cualitativo al seguimiento mayoritario que tuvo la huelga.
¿Cómo está afectando la crisis a Euskal Herria?
La crisis está afectando de manera brutal a Euskal Herria, al igual que a otros pueblos de Europa, especialmente a los del sur de Europa. Así, hoy día tenemos una tasa de desempleo del 17,5%, que si bien es inferior al 26,6% que hay de media en el Estado español, hay que tener en cuenta que se ha triplicado en cuatro años. Además, el empleo precario y sin derechos se está extendiendo al conjunto de la clase trabajadora, con un porcentaje cada vez mayor de gente inmersa en la pobreza o en riesgo de exclusión social.
En este contexto, las medidas adoptadas por el gobierno español del PP, y los gobiernos de derechas de Euskal Herria (en Navarra y la Comunidad Autónoma Vasca) han agravado las consecuencias de esta crisis capitalista. Las privatizaciones, los recortes en salarios y en gasto social, el abaratamiento del despido y el retraso de la edad de jubilación, el aumento de los impuestos indirectos que gravan a las clases más bajas, la desregulación de la negociación colectiva, por citar sólo las medidas más graves, antisociales y antiobreras, están teniendo como única consecuencia la pérdida de derechos sociales, económicos, laborales y sindicales, con la consiguiente reducción de la demanda y el consumo y están, por lo tanto, agudizando los efectos de la actual crisis capitalista. Es una espiral que no tiene fin. Estas medidas que se están aplicando en la Unión Europea, y que en las décadas previas se aplicaron en América Latina (además de en Asia y África) fueron, son y serán un fracaso absoluto con unas consecuencias sociales perniciosas irreparables.
¿Qué os diferencia del resto de sindicatos?
LAB es una central sindical que se caracteriza desde sus orígenes (fue creada en la clandestinidad en el periodo franquista) por aunar, por fusionar la lucha por la liberación social de la clase trabajadora con la lucha por la liberación nacional de Euskal Herria. Para nosotras y nosotros, son las dos caras de una misma moneda. Somos una central sindical independentista y socialista, porque defendemos el derecho de Euskal Herria a decidir libremente su futuro, sin estar sometida a los Estados español y francés. Además, apostamos por terminar con este sistema capitalista injusto, y por el establecimiento de un sistema socialista, con características propias lógicamente, adecuado a las necesidades de la mayoría de la clase trabajadora y del resto de sectores populares de Euskal Herria.
Nos identificamos ideológicamente con el movimiento independentista de izquierdas de Euskal Herria, aunque LAB tiene una plena autonomía en sus decisiones con respecto a partidos políticos u otra clase de organizaciones sociales.
Somos la única central sindical nacional vasca, ya que estamos presentes en todo el territorio, tanto el País Vasco Sur (bajo administración del Estado español), como en el País Vasco norte (sometida a la administración del Estado francés).
Defendemos un sindicalismo sociopolítico, que se implique en las luchas que considera justas en el centro de trabajo y fuera de él. Un sindicalismo de clase y de contrapoder, que dé primacía a la lucha sindical, ya que ésta es fundamental para poder después llegar a acuerdos y conquistas beneficiosas para la clase trabajadora.
Una de nuestras reivindicaciones prioritarias y permanentes es la defensa de un marco vasco de Relaciones Laborales y Seguridad Social; es decir, la capacidad de decidir en el ámbito del País Vasco también en materia social, económica y laboral. Ello se justifica porque somos un pueblo diferente del español y porque la correlación de fuerzas en Euskal Herria, también en el ámbito sindical (además de en el político), es totalmente diferente, con un peso mucho mayor que en el resto del Estado español de la izquierda transformadora y una mayoría sindical vasca, al margen de los sindicatos españoles y pactistas CCOO y UGT, que no se da en el resto del Estado español. Esto no es la panacea, pero si lo unimos a la lucha diaria, nos daría posibilidades de que en Euskal Herria se adopten políticas diferentes, de izquierdas y progresistas, si contásemos con la capacidad de decidir libremente en todos los ámbitos.
Apostamos por un sindicalismo internacionalista, feminista y ecologista, y una de nuestras prioridades es la lucha por la normalización en todos los ámbitos del uso del idioma nacional de Euskal Herria, el euskara, reprimido durante décadas y discriminado aún hoy en día. Igualmente, la defensa de los derechos de los más de 600 presos y presas políticas vascas, encarcelados en los Estados español y francés es una de las reivindicaciones de LAB.
Todo lo expuesto, hace que seamos un sindicato militante y con unas señas de identidad muy marcadas, donde el mayor activo es la entrega y lucha diaria de nuestros miembros en los centros de trabajo y en la calle. A nivel internacional estamos afiliados a la Federación Sindical Mundial (FSM).
¿Por qué CC.OO. y UGT no convocan una huelga general en todo el estado español teniendo en cuenta la gravedad de la situación?
Esto es algo que deberían responder las propias CCOO y UGT, y no nosotros. No obstante, el hecho de que hasta el momento se hayan realizado 6 huelgas generales sólo en el ámbito de Euskal Herria desde 2009, mientras que en el Estado español CCOO y UGT han convocado sólo 3 huelgas generales es un dato que habla ya por sí mismo.
El sindicalismo de concertación que han practicado CCOO y UGT durante las últimas décadas, se ha caracterizado por una defensa a ultranza del mal llamado «diálogo social» (que no ha sido «diálogo» ni «social», sino imposición unilateral de medidas por parte de las patronales y los diferentes gobiernos). Esto ha conllevado una desideologización evidente de muchos segmentos de la clase trabajadora, de la cual han sido cómplices estos sindicatos en el Estado español (y a nivel europeo, la propia Confederación Europea de Sindicatos, CES).
Además, su total dependencia en lo económico de las subvenciones y ayudas públicas hace que los diferentes gobiernos les tengan tomada la medida y deban someterse a sus dictados, firmando todo tipo de acuerdos antisociales y antiobreros. Uno de los últimos ejemplos más escandalosos, fue cuando firmaron con el gobierno del PSOE de Zapatero el acuerdo para el retraso de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años; en todo el sur de Europa fue el único caso donde los sindicatos firmaban un acuerdo de este tipo. Mientras ellos firmaban nosotros respondimos en el País Vasco con una Huelga General el 27-1-2011. Fue una foto muy gráfica que demostraba la existencia en el País Vasco de dos modelos sindicales totalmente opuestos: el sindicalismo centralista y españolista de CCOO y UGT, y el sindicalismo de clase y confrontación de los sindicatos vascos abertzale s , de los cuales LAB es uno de los máximos exponentes.
Como sindicato abertzale, ¿cómo valoráis la situación política en Euskal Herria?
La situación política, además de por la crisis social y económica, se caracteriza en Euskal Herria por la existencia de un conflicto político histórico que enfrenta a nuestro pueblo a los Estados español y francés. La mayoría de la sociedad vasca exige que Euskal Herria pueda decidir libremente su futuro como pueblo, sin violencias ni injerencias externas de ningún tipo, algo a lo que los Estados español y francés se han opuesto históricamente utilizando para ello todas las formas de represión en distintos momentos históricos, y se oponen hoy día.
Una de las consecuencias de este conflicto ha sido la violencia, ejercida por las diversas partes implicadas en el conflicto. La organización ETA puso fin a la lucha armada en 2011 de forma unilateral y definitiva, pero los Estados español y francés, en lugar de aprovechar la ocasión para abordar y superar las consecuencias del conflicto (tal y como sucedió en otros procesos recientes como, por ejemplo, el de Irlanda del Norte), han optado por una actitud de bloqueo, de no moverse. No sólo no quieren abordar en clave positiva y de resolución la situación de las y los más de 600 presos políticos vascos, o de los refugiados y refugiadas vascas, sino que continúan utilizando la represión contra el independentismo vasco (detenciones, juicios, etc.). Por ejemplo, como consecuencia de la política penitenciaria inhumana que se les aplica, en marzo y abril murieron dos presos políticos vascos que habían estado encarcelados en prisiones españolas y francesas.
A esta actitud de bloqueo en lo que respecta a la superación de las consecuencias del conflicto político, se suma el hecho de que el partido de centro-derecha vasco (el PNV) está intentando reeditar un pacto con el gobierno español para garantizar sus cotas de poder los próximos años, en lugar de exigir al Estado español que de una vez por todas garantice a Euskal Herria el derecho a decidir libremente como pueblo nuestro futuro.
No obstante, somos optimistas, porque la fuerza del pueblo vasco reside en su capacidad de lucha. Tras casi una década de ilegalizaciones la izquierda independentista vasca vuelve a estar presente en las instituciones siendo la segunda fuerza política y disputando espacios de poder muy importante al PNV y a los partidos unionistas españoles (PP y PSOE), y hay una mayoría social y trabajadora que exige cambios reales día a día en la calle y en los centros de trabajo; reclama un cambio de modelo político que dé lugar a un modelo social diferente.
Tal y como se ha demostrado recientemente, el futuro está en nuestras manos, en manos de la sociedad vasca, y con la movilización y la lucha terminaremos logrando a los Estados español y francés se muevan, y que den pasos para desbloquear la solución del conflicto político, trayendo a los presos y refugiados vascos a casa. Además, conseguiremos también que la voluntad mayoritaria de la sociedad vasca libremente expresada sea respetada.
El futuro está en nuestras manos, y eso es la mayor debilidad de los Estados español y francés.
Enlace: http://www.jungewelt.de/2013/06-11/039.php
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