A las personas, en general, no les gusta leer prensa oficialista, excepto los militantes de partidos u organizaciones afiliadas a ciertas concepciones políticas, con interés de informarse de las particulares labores que las mismas realizan. Aun así, casi todas tienden a ser renuentes para aceptar aquellos aspectos que distorsionan con cruda evidencia la realidad. Hoy […]
A las personas, en general, no les gusta leer prensa oficialista, excepto los militantes de partidos u organizaciones afiliadas a ciertas concepciones políticas, con interés de informarse de las particulares labores que las mismas realizan. Aun así, casi todas tienden a ser renuentes para aceptar aquellos aspectos que distorsionan con cruda evidencia la realidad.
Hoy por la mañana me leí el Granma de la ciudad de Miami o sea, me leí El Nuevo Herald.
No tiene nada de malo leerse el periódico Granma en Cuba, pues un cintillo, en la parte superior del mismo, señala claramente, que ese órgano de prensa es el medio informativo del Partido Comunista de Cuba. Esto significa que su línea editorial e informativa sigue estrictos parámetros políticos dictados por el Partido en cuestión.
Tampoco tiene nada de malo leerse el Nuevo Herald en Miami, excepto que dicho periódico no señala su militancia anti castrista, anti gobierno cubano y anti organizaciones de cualquier tipo, legalmente inscritas en los registros de Cuba. Su línea editorial referente a otros asuntos sigue lineamientos usuales de cualquier rotativo y muestra, por supuesto un criterio político determinado, basado en las creencias y concepciones de sus dueños, excepto en las informaciones sobre Cuba, las cuales responden al criterio de las organizaciones insurreccionales radicadas en Miami que combaten, no en el plano político, sino en el de total intolerancia, incluyendo la violencia, al gobierno cubano.
Entre los dos, prefiero el Granma, porque al menos me aclara que se trata de un medio partidista y si me provoca leerlo, aplico el criterio de buscar entre líneas, con el propósito de asegurarme que separo la realidad, de las ideas más comprometidas.
Con el Nuevo Herald, eso no puede hacerse, porque carece de una nota aclaratoria, en la cual se especifique que más allá de los criterios y parcialidades que todos tenemos, el periódico expresa una rancia línea militante. Por esta razón, la persona que lo lee puede pensar que es un vehículo objetivo de información, cuando en verdad, se aparta totalmente de ese estilo, específicamente cuando aborda las noticias e informaciones sobre Cuba y con mayor énfasis cuando menciona al gobierno cubano o a los disidentes.
No obstante aunque prefiero el Granma al Nuevo Herald, debo leerme éste último todas las mañanas, porque siendo articulista y comentarista de un programa radial de Miami, necesito saber lo que dice la prensa más destacada de las distintas ciudades y países y especialmente la de Miami.
La primera página del Nuevo Herald de hoy, 11 de Diciembre del 2008, destaca que el gobierno cubano ha arrestado a 30 personas para impedirles concurrir a actos con motivo de la Celebración del Día de los Derechos Humanos, el 10 de Diciembre, fecha en que fue aprobada la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Sin embargo, más allá de ese cintillo en primera plana y junto al mismo, aparece una foto, donde pueden verse una veintena de mujeres vestidas de blanco, subiendo las escalinatas del Capitolio en La Habana. La noticia es confusa, porque el cintillo da la sensación de que el gobierno no ha tolerado ninguna celebración de ese día y por el otro pueden verse estas señoras, que evidentemente se reunieron para celebrarlo y al mismo tiempo, protestar en contra de aquellas cosas que consideran injustas, entre ellas el encarcelamiento de algunos de los esposos de las manifestantes.
No voy a enjuiciar a las señoras ni tampoco al gobierno. Pero debo señalar que los esposos de las primeras, presuntamente recibían dinero y recursos del gobierno estadounidense, a través de su embajada en La Habana, para hacer labores en contra del gobierno cubano, lo cual no es permitido por ningún estado.
El gobierno por su parte, mantiene el estilo de no conceder permisos para realizar manifestaciones de ningún tipo que vayan dirigidas a criticar o señalar, aquellas prácticas que pudieran afectar o afecten, determinado sector de la población. Tampoco ha establecido mecanismos claros, que envuelvan de manera más colectiva, las protestas de ciudadanos no institucionalizados.
Dentro de este paisaje de matices polémicos, el Nuevo Herald, como periódico informativo, supuestamente independiente de todo partido u organización política, nos deja siempre con el sabor amargo, de no saber con cuánta verdad o mentira, nos llegan las noticias de Cuba que recogen sus páginas.
Lorenzo Gonzalo es sub-director de Radio Miami.