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¡Viva el capitalismo! ¡Viva la Libertad de empresa! ¡Viva la Constitución!

El paro está ya en 3.000.000 de personas; llegará a cuatro o a cinco millones el año que viene

Fuentes: Insurgente

Tres días antes de la «gran fiesta institucional» que pretende sostener un tinglado carcomido por la corrupción; y que no tiene más diálogo con el pueblo que el engaño, el despojo de la soberanía, la explotación, y la mentira; todos los fabricantes de un «mal sueño» cuyo objetivo principal era satisfacer y ocultar la codicia, […]

Tres días antes de la «gran fiesta institucional» que pretende sostener un tinglado carcomido por la corrupción; y que no tiene más diálogo con el pueblo que el engaño, el despojo de la soberanía, la explotación, y la mentira; todos los fabricantes de un «mal sueño» cuyo objetivo principal era satisfacer y ocultar la codicia, dan por derrumbado su castillo de naipes. Las consecuencias van a ser terribles. Si quieren saber hasta que punto, lean ustedes la reflexión titulada «La gran crisis de los años 30» que tienen en esta misma página. Una sencilla lección de historia y una modesta advertencia sobre las amenazas de pobreza, paro y recesión, que ya se han hecho presentes en estos meses y que van a durar largo tiempo. La firma «el dictador Castro» pero no conseguirán leer o escuchar nada parecido, ni tan claro, en nuestros «medios de comunicación».

El Miedo al pueblo aseguró un silencio de más de un año que atravesó incluso las elecciones generales. No hay nada de opinión en esto: no tienen ustedes más que repasar los vídeos de la campaña -en especial los dos debates televisivos de Zapatero y Rajoy- para advertir el enorme engaño. Los dos partidos más importantes y más corruptos del país -en una escala tan gigantesca en la que es difícil abarcar y, por lo tanto, comparar-, han pactado el silencio y el engaño sobre la existencia, el origen y las responsabilidades del derrumbe económico.

Ahora, una vez que ya no pueden ocultarse y disfrazarse más las cifras del paro y sus terribles características, llega el pánico y las lamentaciones, mientras los dedos temblorosos de los responsables señalan hacia el exterior para escurrir el bulto.

Somos el país con más índice de desempleo de la tan alabada Unión Europea y, posiblemente, el de mayor índice de crecimiento de ese gigantesco dato de marginación, pobreza y sufrimiento que nos entregan periódicamente en escuetas cifras frías.

Si los datos de la enorme recesión globalizada que está empezando a caer sobre nosotros, son ya -incluso oficialmente-, catastróficos; las reacciones de los políticos invitan a la perplejidad y la desesperanza, o a la rebeldía. En cuanto a los «profesionales» de los medios y a los «economistas científicos» que se negaron a ver la crisis cuando la Reserva Federal de los EEUU y el Banco Central Europeo la «cantaron» en agosto de 2007, hay poco aunque muy grave que decir: seguirán engañándonos según instrucciones de sus amos.

Un ciudadano o ciudadana que se desinforma en Falsimedia se ha enterado hoy -por mediación de «Un tal Lucas«- de varias cosas terribles.

-El último año ha crecido el paro en 1.000.000 de trabajadores.

-Los economistas del sistema les anuncian ya el incremento del desempleo en el año 2009, en una cifra no inferior -posiblemente mayor, o mucho mayor- a 1.500.000 trabajadores y trabajadoras. El 15% de paro es una cifra muy optimista.

-Se ha iniciado la quiebra en cadena de empresas en el sector de la construcción, de los servicios, del automóvil, del transporte.

-Muchas de las grandes empresas, al borde de la quiebra serán compradas por compañías extranjeras con más «activos económicos», es decir, con más dinero. La concentración empresarial propia de las grandes crisis va a convertir a nuestro país en un páramo industrial.

-El Ministerio de Fomento -según se atrevió a decir hoy un «economista de carrera en los grandes medios«, keynesiano él, en la RadioTV pública-, no tiene ningún plan anticrisis. Lo cual quiere decir que no podrá realizarse una política de gasto público, sino tan sólo derrochar el dinero o entregarlo a las grandes empresas, además de a los bancos y entidades financieras.

-Zapatero no tiene otro plan que el que intenta copiar de los balbuceos de Obama. Rajoy recomienda continuar con la política neoliberal -perplejo entre la derrota de McCain y los gruñidos de Aznar.

-Zapatero y Rajoy -el PSOE y el PP- están estructurados para servir al sistema económico que provocó la crisis. Son varias décadas de despojo del patrimonio público, de enriquecimiento de la oligarquía; de aumento -aceptado sin el menor sonrojo- de las desigualdades sociales escandalosas y de la pobreza, y de explotación sin límites de los trabajadores y las trabajadoras bajo la consigna ¡hagámonos competitivos!.

-El sector público carece de instrumentos de financiación y de intervención económica.

-Los dos «líderes» máximos de nuestro sistema político siguen tratando la crisis como si ésta fuera un debate electoral.

-Los líderes sindicales que han vivido dentro del sistema, se han enriquecido con él y han ayudado a conformarlo, han aparecido hoy, ahuecando la voz para decir: «nosotros amenazamos, haremos una huelga general». Su crédito es cero: sería una huelga hecha caballo de un paro empresarial provocado por la crisis; financiado por la industria del automóvil y por los jerarcas políticos y empresariales del ladrillo.

-La izquierda institucional no dice una palabra porque no sabe ni tiene nada que decir. Sólo le pone alguna coma al discurso de Zapatero.

-El esperpento ha sido Felipe González quien ha hablado de la falta de base legal de muchas de las medidas contra la crisis que se están adoptando en Europa. El personaje que arrumbó este país hacia el neoliberalismo, la guerra, y que trabajó intensamente para limpiar de todo rastro de izquierda el sistema de la Transición, está señalando a los políticos y encubriendo al pueblo, uno de los riesgos que aumentaría el desastre hasta límites incalculables pero que también se llevaría por delante su «gran obra histórica»: el sistema de la Transición.

Pero todavía no tenemos más que la información que sobresale de la «superficie social aplanada y normalizada» por los órganos de Falsimedia y que, de repente, se ha convertido en una enorme montaña y ha extendido el pánico entre los que nos gobiernan.

Nadie nos ha dicho lo que va a ocurrir si -como empieza a parecer probable cuando se observa con detenimiento el ¡sálvese quien pueda! de las medidas anticrisis en Europa, las disparidades y contradicciones entre las políticas nacionales, y la inexistencia o el empequeñecimiento de una política común-, la crisis rompe a la Unión Europea. A una Europa fabricada para el mercadeo de las multinacionales y la multiplicación de los beneficios de las transnacionales financieras.

¿Cómo aseguraremos no sólo nuestro trabajo, nuestra alimentación, la energía, el transporte, el comercio exterior? ¿Cómo sobreviviremos?

¿Tiene Zapatero un plan de crisis? ¿Hay solución dentro del sistema?

Nuestros políticos se han condenado porque son responsables. Nuestras instituciones coronadas por el franquismo y pactadas desde el franquismo han fracasado y tienen que ser sustituidas.

La crisis está impactando cruelmente en un pueblo engañado y desorientado. Pero no todo el mundo calla y silencia, oculta o miente.

La verdad la están componiendo muchas voces; la explican, con dificultades todavía, algunas organizaciones por las pequeñas ranuras que han abierto en el «silencio organizado de los medios». Creen en un mundo nuevo nacido de la igualdad y la solidaridad. Lo cantan en la calle. Llevan años haciendo resucitar la izquierda desde los despojos. Años organizándose y creciendo, poco a poco, desde la nada o la «casi nada».

Ellos si dicen lo que es y traerá la crisis, ellos llaman al pueblo a la unidad en la resistencia y en la lucha por un mundo nuevo.

Con este pequeño texto, que reproducimos literalmente, queremos representarlos a todos:

«El empobrecimiento masivo de trabajadores y trabajadoras y de sectores populares carece, hoy por hoy, de horizonte sindical y político que ofrezca alternativa a la radicalidad de las luchas que sin duda van a producirse. Décadas de paz social, de sindicalismo cooptado por la patronal y los gobiernos de turno no ofrecen respuesta alguna a la desesperación de quienes se ven abocados al paro sin alternativa, de quienes vean agotarse sus prestaciones por desempleo, de quienes pierdan al mismo tiempo su puesto de trabajo y su vivienda. Una vez más, aprendiendo de la historia de generaciones anteriores, la reconstrucción de la capacidad de lucha y de organización de la clase obrera y de sectores populares, es la única alternativa posible«.

(De la declaración de Corriente Roja ante el 30 aniversario de la Constitución de 1978).