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Reseña de Descolonizar Europa. Ensayos para pensar históricamente desde el Sur, de Javier García Fernández

El pensar y el querer del Sur. A contrapelo.

Fuentes: Rebelión

 Iba matando canallas con su cañón de futuro. (S.Rodríguez) [1] Los textos que aquí presenta el historiador y sindicalista andaluz Javier García Fernández se lanzan, sin red, al desafío polémico de la historia y la vida contada »a contrapelo». Por encima de la concepción neopositivista o analítica de las Ciencias Sociales que sólo describen lo […]

 Iba matando canallas

con su cañón de futuro.

(S.Rodríguez) [1]

Los textos que aquí presenta el historiador y sindicalista andaluz Javier García Fernández se lanzan, sin red, al desafío polémico de la historia y la vida contada »a contrapelo».

Por encima de la concepción neopositivista o analítica de las Ciencias Sociales que sólo describen lo cuantitativo del movimiento, y orillando la historiografía que relata fechas, nombres y lugares que apenas si rozan el alma de los pueblos,Javier apunta a una historia (y una ciencia) como movimiento temporal, como cambio en el tiempo de la subjetividad de los pueblos, que deviene siempre en una transformación de su forma ser y estar en el mundo. Que deviene siempre en política.

Y lo asume con toda su corporalidad viviente hablando, desde el principio, del tiempo político de la Historia como nuestro tiempo. Porque la Historia se grita, se ríe y se llora. Sobre todo ese tiempo de la Historia por venir, de la Historia por construir desde el Sur y desde abajo. Con la dignidad que nos permita tanto reconocernos en nuestras miserias y nuestras grandezas, como reflexionar sobre lo que fuimos y lo que somos. Mucho más allá del acomodo de los que mandan mandando. De los que se reafirman en el único deseo de seguir manteniendo su cuota de poder y de dominio. La de ayer y la de ahora. Porque la del porvenir está en disputa. Y estos textos dan fe de ello. Creen en ello.Desde el primer ensayo (2015) hasta la transcripción de su conferencia en la UNAM, junto al viejo profesor Enrique Dussel, invitado a su Seminario Dialéctica de la Modernidad. Origen, desarrollo y Ocaso (2017), con la que finaliza esta magnífica recopilación de trabajos.

Este andaluz historiador y sindicalista, y viceversa,piensa y repiensa para proponer una relación directa entre la mal llamada Re-conquista y el mal llamado Des-cubrimiento como dos fases de un mismo proceso de expansión imperial y colonial que van configurando un patrón de poder basado en la conquista militar, la subordinación política y el despojo de tierras, su acumulación y su distribución por «derecho de conquista», que es constitutivo de la aparición de las relaciones capitalistas de produccióny de la génesis del capitalismo como formación social histórica y Moderna.

Así plantea que la conquista de Al-Andalus es el primer episodio en la aparición del sistema-mundo moderno y del llamado capitalismo histórico. Con Wallerstein [2] , utiliza la propuesta de «capitalismo histórico» como estrategia teórica que nos permite superar la rígida interpretación de que el capitalismo es el sistema económico surgido a comienzos del siglo XIX. Superar el mero registro de los hechos y recuperar la mirada histórica como la búsqueda de la tendencia en el sentido de «…abrirse a todo el contexto posible para mostrar toda la complejidad que implica lo histórico como dimensión de la transformación humana» [3] .

Este sindicalista andaluz e historiador, y viceversa, plantea sus tesis en forma de diálogo. Pone a dialogar a sus textos y a sus autores. Hace muchas preguntas. Es más, se atreve a poner a trabajar toda la riqueza intelectual, todo el pensamiento emancipador de K. Marx y su obra, con algunas cuestiones que han sido constitutivas y estructurales en la Historia moderna y contemporánea de Andalucía. Y salen ejes de posibles debates tan fértiles como necesarios. En el devenir del ahora mismo.

Sale la cuestión de lo que llama colonialidad interna estructural en la relación histórica de Andalucía con el contexto del Estado español. Pero sale con la profundidad del investigador académico que quiere plantear pensamiento nuevo, y con el desgarro de a quien le duele su pueblo y su territorio.Aflora también la cuestión del modo latifundista de apropiación por despojo -la tierra como mercancía- como expresión esencial de las relaciones de explotación y de la formación de esa masa de trabajadores y trabajadoras agrícolas, de los campesinos sin tierra y sin nada. De los jornaleros. De las jornaleras.

Se atreve a pensar transversalmente la relación entre conquista, colonialidad, capitalismo y latifundismo en la conformación de la Andalucía moderna. Y convence.

Y es ahí, en los debates sobre nuestro tiempo político, donde la obra de K. Marx, fundamentalmente enunciada desde el norte global sobre el que pesa toda la experiencia histórica de los países hegemónicos, sirve ahora de puente intelectual hacia otras formas paradigmáticas de construir el porvenir, hacia las Epistemologías del sur. Retomando cuestiones tan trascendentales como la llamada acumulación originaria, el surgimiento del mercado de la fuerza de trabajo y la mercantilización de la tierra, busca la reflexión teórica con la que entender el desarrollo del capitalismo en los países del sur. Busca una nueva lectura para pensar de cara a la realidad, de cara a nuestra realidad andaluza. A la que nos ha tocado vivir.

La trayectoria seguida hasta hoy por la economía andaluza es en parte deudora del sistema institucional creado durante la conquista castellana, el cual dio paso a lo largo de la Edad Moderna a un capitalismo levantado sobre un sistema político y de valores jerárquico, teñido de `privilegios dentro y fuera del mercado. [4]

Una nueva lectura con la firme esperanza de que surja un pensamiento original

…pero original no porque uno se propusiera ser original, sino porque uno se propone pensar en serio y con rigor los problemas centrales que plantea la realidad o que existen en ella y que nos toca vivir a todos cotidianamente. Como los problemas que nuestra realidad expone no son siempre los mismos, el pensar que piensa los problemas centrales, a menudo no pensados, deviene pensamiento nuevo. [5]

Este historiador y sindicalista andaluz, y viceversa, con el rigor que le imponen los problemas centrales, dialoga y confronta con la historiografía occidental hegemónica que atiende al surgimiento de la modernidad europea como un fenómeno evolutivo que siempre va -en su concepción lineal del tiempo- desde una sociedad atrasada hacia otra más avanzada; que atiende en términos de un desarrollo técnico, cultural y económico que construye metáforas políticas como el Estado moderno, metáforas que parecen realidades tan duras como rocas, tan naturales como la gravedad. Universales.

Frente a esta construcción hegemónica -o con firmes propósitos de pretensión de hegemonía- Javier García Fernández plantea sus estudios críticos apoyado en pensadores de la talla -entre otros y otras- de Enrique Dussel, Carlos Arenas Posadas, Perry Anderson, Nicos Poulantzas, o la investigadora sarda Katjuscia Mattu.Y con sus investigaciones y sus enseñanzas va desarticulando esa matriz narrativa que no es otra que la de la dominación. Una dominación que a la vez que sacraliza su idea de Estado, necesita ocultar, cual fetiche, su otra cara de des-sacralización de la política y la cultura modernas. Y su despliegue.

Con todo, va realizando sucesivos acercamientos al análisis (histórico) de la confrontación histórica con esa Europa moderna y con sus mecanismos de conquista, dominación y subordinación territorial, como elementos constitutivos del naciente Estado moderno. Y también de su despliegue.Tanto el que se da en el contexto geográfico de la propia Europa, que llama «colonialidad interna estructural» y que desarrolla de manera brillante en tres ejemplos: Forma imperio y Estado absoluto en la España del siglo XVI y XVII,Forma-Nación y colonialismo interior en la Francia del siglo XVIII, y en la Cuestión meridional italiana y capitalismo sur europeo (siglo XIX). Como el despliegue que se da en la exportación del modelo con el «des-cubrimiento» y la conquista del continente americano. Y sucesivos. Como dice Karl Marx

Los diversos momentos de la acumulación originaria se distribuyen ahora, más o menos en sucesión cronológica, especialmente en España, Portugal, Holanda, Francia e Inglaterra […] Estos métodos se basan, en parte, en la violencia más brutal, como por ejemplo el sistema colonial […] La violencia es la partera de toda sociedad vieja preñada de una nueva. Es, por sí misma, una potencia económica.

Del sistema colonial cristiano dice un hombre que ha hecho del cristianismo una especialidad, W. Howitt, lo siguiente: «las barbaridades e infames atrocidades de las llamadas razas cristianas, cometidas en toda región del mundo y contra todo pueblo que pudieron subyugar no tiene ningún paralelo en ninguna era de la historia universal…» [6]

Así, el compañero investigador Javier García Fernández a lo largo de todo el trabajo, va exponiendo sus razones históricas, no sólo para ser comunicadas, sino para ser dialogadas, pensadas, razonadas y, si es posible, debatidas. Para que discurra una razón distinta, crítica y abierta, como condición de posibilidad de un diálogo real y fructífero. Y creativo.

Porque una crítica de la razón (también de la razón histórica) hegemónica es necesaria siempre, pero sobre todo cuando su arsenal de ideas y de prácticas ya no funcionan para la necesidad que existe de concebir otra idea de sociedad, de comunidad, e incluso de humanidad. Es necesaria para producir otro marco categorial que sea pertinente con el futuro al que aspira. A lo nuevo. A lo por-venir.

Pero, además, como coherencia inherente al método de trabajo, esa crítica de la razón hegemónica (también de la razón histórica) tiene que empezar dudando del presente, cuestionándolo, mostrando sus contradicciones y sus tremendas limitaciones -para la mayoría-, pero también mostrando sus posibles salidas. Y el compañero investigador Javier García lo hace. Se compromete.

Desde su intención de darle perspectiva histórica, perspectiva de movimiento temporal, al carácter colonial de la forma-Estado, la forma-Nación y la dialéctica Norte-Sur, también se compromete con su tiempo ahora y estudia y profundiza en «…nuestro homenaje a esos que hemos sido, somos y seremos […] la memoria del movimiento campesino y jornalero en la Andalucía contemporánea.» [7]

En esta misma línea y consciente de que la penetración del capitalismo agrario en zonas rurales, primero de Europa y después de América Latina, África y Asia, con su narrativa de fracasos, su experiencia de saqueo y extractivismo, y la transformación de las comunidades, la naturaleza y todos los bienes existentes en lo que han dado en llamar «capital natural» (que no es más que convertirlo todo, y los seres humanos, y la naturaleza, en mercancía); con todo, una `parte de las reflexiones expuestas en este trabajo, caminan por la consideración del movimiento campesino internacional, de las sociedades campesinas, como las únicas que han demostrado poder ser garantes de la vida a escala planetaria, considerando la Tierra como un espacio para la economía y la cultura de la vida -la Tierra como sujeto y no como objeto-; siendo, además, partícipes de muchos de los procesos revolucionarios que todavía permanecen en el imaginario colectivo de los pueblos.

Así, la apuesta por la Vía Campesina(Organización internacional de la que forma parte el Sindicato de Obreros del Campo-Sindicato Andaluz de Trabajadores y trabajadoras SOC-SAT al que pertenece, de forma activa, Javier García Frenández), no deja de ser una apuesta -tan real como actual- por las prácticas democráticas contrahegemónicas. Por las prácticas que ponen en entredicho el legado de conocimiento y pensamiento occidental eurocéntrico, y cuestionan la supuesta neutralidad del conocimiento científico. Rescatando saberes locales y ancestrales, campesinos, indígenas y ciudadanos, como la ecología de saberes que el pluriverso (universo de muchos universos) demanda. La seguridad y la soberanía alimentarias, la lucha internacional por la tierra, el agua, las semillas y la naturaleza, y la defensa de las comunidades campesinas, no dejan de ser compromisos fundamentales de una política, una economía, una antropología, y una historia para la vida. Para la vida de todas. No dejan de ser los elementos principales que el capitalismo, desde siempre, tiene que empezar por eliminar. No dejar ni rastro de lo común. Primera tarea, en el devenir -de siempre y del ahora mismo- del sistema del capital y la guerra.

Consecuentemente, la Vía Campesina, pone en cuestión los sistemas políticos y económicos eurocéntricos y capitalistas y los conceptos de democracia, desarrollo y justicia que han aplicado los centros de poder diseñados a su servicio. Centros como la UE, los EEUU, la OMC, el FMI o el Banco Mundial. No habrá paz sin pan, ni democracia política sin democracia económica. Apostilla (dice) Javier García Fernández. Y dice (apostilla) bien.

Para ir empezando a concluir esta humilde reseña, me parce importante destacar lo que al investigador también le parece importante. Dentro de su categoría «colonialidad interna estructural», destacar, para que fuera efectiva su implementación y su posterior despliegue, la constatación de la articulación socio-comunitaria de lo que llama el «patriarcado de conquista». Apoyándose en la imprescindible Silvia Federici, Javier García Fernández defiende que lo que plantea ella en su Calibán y la Bruja -que cuando el campesinado pierde la tierra en el proceso de la primera liberalización (que ella coloca en la Inglaterra del siglo XVII), asume el cuerpo de la mujer como territorio de la comunidad, ya que toda comunidad necesita un territorio; pasa los medios de producción, que eran la tierra, a los medios de reproducción, que es el cuerpo de la mujer. La mujer pierde su agencia. La mujer es de la comunidad [8] – lo piensa y repiensa él en la Andalucía del primer siglo XIV. Cuando las guerras de conquista castellanas despojan de tierra a las comunidades campesinas andalusíes y dejan, durante 300 años, una zona amplia de fronteras de guerra donde había muy pocas mujeres. Y habla del peculiar culto mariano (Virgen María ¡¡Guapa!! Que se le grita en el sur, porque la virgen es de todos), del posterior mito de la mujer flamenca (la Carmen) y de cómo el feminicidio se puede llegar a normalizar, cuando la mujer no tiene agencia, y se la declara propiedad de la comunidad.

Pensamientos y propuestas de análisis, radicalmente valientes, que tienen todo el sentido de la razón histórica y de los debates y diálogos más cercanos que podamos imaginar. Pensamiento vivo.

No es posible finalizar de verdad, sin plantear las profundas inquietudes que aparecen en estos textos y que están relacionadas con lo que «siempre» se deduce de los estudios, de las investigaciones, de las propuestas y también de los debates. Inquietudes relacionadas conlo que nos hace pasar de la teoría a la práctica. Porque de todos estos procesos «siempre» se deduce una práctica, una práctica que es política y que en muchas ocasiones -quizás demasiadas, bajo mi punto de vista- abunda en el consentimiento, más o menos explícito, más o menos dócil, de asumir el estado actual de las cosas. Pero de los textos que Javier García Fernández nos presenta en este magnífico trabajo se va deduciendo otra cosa. Se va deduciendo la intención de construir sujetos políticos que busquen la forma de pensar y hacer otros mundos posibles o, al menos, imaginados. Apela a la imaginación política necesaria para conformar estructuras e instituciones populares que disputen y sueñen una nueva forma de comunidad. Que defiendan el carácter democrático, popular, ciudadano y campesino de los procesos emancipatorios de los pueblos que quieren construir su futuro en libertad. Y habla de experiencias de democratización de espacios municipales que tienen muchas cosas que enseñar. Y se hace preguntas muy grandes ¿Se pueden crear naciones feministas? ¿Qué significa una política de igualdad?Reflexiones y preguntas compatibles con la idea de construir algo nuevo fuera de las narrativas hegemónicas europeas y andaluzas. De construir desde la Europa que ya no es, que ya no puede ser centro. Poner la mirada y el cuerpo en la línea abismal del lado de los vencidos y las vencidas. Construir epistemologías críticas desde nuestro Sur.

Descolonizar Europa y pensar históricamente-y actuar- desde el Sur.

Y Javier García Fernández lo hace. Lo intenta. Desde su joven corporalidad y desde su territorialidad sureña y andaluza. Con todas las consecuencias. Y convence. Opino.

El Javier García Fernández historiador, el andaluz y el sindicalista, da igual el orden de la viceversa en que pongamos sus profundos compromisos, nos propone ese contar, pensar, querer y actuar »a contrapelo»Benjaminiano [9] . Ese »a contrapelo»crítico y solidario con «…quienes cayeron bajo las ruedas de esos carruajes majestuosos y magníficos llamados Civilización, Progreso y Modernidad» [10] y su colonialismo constitutivo, se podría añadir. Ese »a contrapelo» con el tremendo alcance histórico y político que implica la negativa de unirse -de una forma u otra- al nuevo cortejo triunfal que, en el devenir del ahora, sigue pisando los cuerpos de quienes están en la tierra. En nuestra tierra.  

Notas:

[1] DeLa canción del elegido. Tema nº 1 del álbum Al final de este viaje. Madrid: Movieplay. 1978.

[2] Wallerstein, I. Análisis del sistema-mundo:una introducción. Siglo XXI Buenos Aires. 2005.

[3] Bautista, J.J. Crítica de la razón boliviana. Ed. Grito del sujeto. La Paz. 2010, p. 27.

[4] Arenas Posadas, C. Poder, economía y sociedad en el sur: historia e instituciones del capitalismo andaluz. Fundación Pública Andaluza. Centro de Estudios: Sevilla, 2015, p. 119.

[5] Bautista, J.J. ¿Qué significa pensar desde América Latina? Madrid: Akal, reimpresión 2015, p. 10

[6] Marx, K. El Capital, Libro I – Tomo III. Capítulo XXIV. La llamada acumulación originaria. Madrid: Akal. 1976, pp. 243-244.

[7] García Fernández. Tierra y Libertad. Sindicato de Obreros del Campo, cuestión agraria y democratización del mundo rural en Andalucía. Barcelona: Icaria. 2017, pp. 7-8.

[8] Me parece interesante rescatar aquí una cita del Marx de 1844 que, en su análisis del comunismo irreflexivo y su relación con la propiedad privada, llegaba a decir: «…finalmente se expresa este movimiento de oponer a la propiedad privada la propiedad general en la forma animal que quiere oponer al matrimonio (que por lo demás es una forma de la propiedad privada exclusiva) la comunidad de las mujeres, en que la mujer se convierte en propiedad comunal y común. Puede decirse que esta idea de la comunidad de mujeres es el secreto a voces de este comunismo todavía totalmente grosero e irreflexivo» (cursivas en el original). En Manuscritos Economía y Filosofía. Madrid: Alianza Editorial. 1993, p. 141.

[9] «Por consiguiente, el establecimiento de una empatía con el vencedor beneficia siempre a quien domina […] Todos los que hasta aquí obtuvieron la victoria participan de ese cortejo triunfal en el que los amos de hoy marchan sobre los cuerpos de los vencidos de hoy […] No hay ningún documento de cultura que no sea a la vez un documento de barbarie. Y la misma barbarie que los afecta, afecta igualmente el proceso de transmisión de mano en mano. Por eso el teórico del materialismo histórico se aparta de ellos tanto como le sea posible. Su tarea, cree, es cepillar la historia a contrapelo». En la Tesis VII de Sobre el concepto de historia, en Löwy, M. Walter Benjamin: aviso de incendio. Una lectura de las tesis «Sobre el concepto de historia». Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. 2012 p. 81.

[10] Löwy, M. Walter Benjamin: aviso de incendio. Una lectura de las tesis «Sobre el concepto de historia». Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. 2012 p. 85.

José Manuel López Alcaraz. Licenciado en Medicina y Cirugía (Facultad de Medicina de Cádiz). Doctorando en Filosofía Práctica por la UNED

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