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El PP al servicio de Israel

Fuentes: Rebelión

La identificación de la derecha española con el Estado de Israel es total. Las recientes críticas al presidente Rodríguez Zapatero por parte del portavoz del PP Gustavo de Aristegui, acusándolo de «antisemitismo», han logrado vaciar de contenido esta expresión. A partir de ahora cualquiera que sea acusado de antisemita puede sentirse tranquilo, pues todo el […]

La identificación de la derecha española con el Estado de Israel es total. Las recientes críticas al presidente Rodríguez Zapatero por parte del portavoz del PP Gustavo de Aristegui, acusándolo de «antisemitismo», han logrado vaciar de contenido esta expresión. A partir de ahora cualquiera que sea acusado de antisemita puede sentirse tranquilo, pues todo el mundo se da perfecta cuenta de que esta acusación es usada indiscriminadamente para acallar toda crítica al Estado de Israel, ya sea el bombardeo de niños o los asesinatos selectivos.

El ministro de exteriores, Miguel Ángel Moratinos, contestó de forma contundente: «¿Cómo se puede permitir el decir que el Gobierno socialista es antisemita cuando presidió el acto institucional por primera vez del Holocausto?».

Días después, el 20 de julio, el diputado del PP Jorge Moragas exigió al gobierno que desconvocara las manifestaciones pidiendo la paz en Oriente Próximo. Moragas dijo que las concentraciones, eran «antisemitas», un «acto de irresponsabilidad» y «un premio al terrorismo».

El día 22 de julio, Mariano Rajoy acusó a Zapatero de encabezar «una cruzada contra Israel». El líder de la oposición tildó de «ridículas, grotescas, antiguas y paletas» las manifestaciones en varias capitales contra del bombardeo de civiles, y señaló que el Ejecutivo socialista está llevando a cabo «una política de gente estrafalaria y de progres antiguos» y criticó que Zapatero se dejara fotografiar esta semana con el tradicional pañuelo palestino.

Para rematar la cosa, Aznar ha pedido que la OTAN bombardee el Líbano, en unas declaraciones que hacen pensar más en un psicópata ávido de sangre que no en un ex-presidente de gobierno.

Esta no es la primera ocasión que el PP se comporta como portavoz del Estado de Israel. El pasado octubre, el PP e Israel criticaron el proyecto de Alianza de Civilizaciones, propuesto por el Zapatero, y adoptado por Naciones Unidas. El día 27 de octubre, el representante del PP, Gustavo de Aristegui, y el embajador israelí, Victor Harel, dieron un plantón conjunto en un encuentro organizado por la Fundación Atman, en protesta por la presencia de Tariq Ramadan. Al acto acudieron el secretario general de la Liga Árabe, Amr Mussa; el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez; y el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias. El 24 de enero del 2006, Ana Palacio, ex-ministra de asuntos exteriores con el anterior gobierno del Partido Popular, se manifestó en Jerusalén en favor de que Israel pase a formar parte de la OTAN. Esta petición fue reiterada por Aznar en el International Herald Tribune, y tendría como objetivo el darle «mayor seguridad».

El 24 de mayo de 2006, en su visita a Israel, Aznar recibió un doctorado honoris causa, e insistió en el ingreso en la OTAN, porque «Occidente no puede combatir la marea radical sin Israel». Días después almorzó con el ex primer ministro Benjamin Netanyahu, candidato del Likud en las próximas elecciones parlamentarias, de quien dijo que es un gran amigo suyo al que desea «todo lo mejor».

En una entrevista al Jerusalem Post, manifestó que «a Europa le gusta mucho el apaciguamiento, esa es una de las diferencias más importantes entre nosotros y EEUU». A lo que añadió: «En Europa Israel no es muy popular. La mayoría de los europeos apoyan la causa palestina. Los europeos desean sinceramente un acuerdo de paz y apoyan el proceso de paz, pero la realidad es que el proceso de paz está cerrado». Al preguntarle si Israel, como resultado, debe prestar atención a los EEUU y no necesariamente a Europa, Aznar respondió «ciertamente».