Recomiendo:
2

Miguel Burgas: De la Legislatura cordobesa a la guerra de España

El primer diputado comunista de América

Fuentes: Rebelión

Fue un militante político y dirigente sindical representativo de la actuación de los comunistas argentinos a lo largo de décadas. Su activismo lo llevó a formar parte de la conducción de la Federación Obrera Nacional de la Construcción (FONC) durante toda la trayectoria de esa Federación, disuelta en 1946. En 1937 estuvo entre los muchos dirigentes comunistas argentinos que viajaron a España para apoyar a la república.

Nace en la calle Perú 710, en el barrio porteño de San Telmo, en 1891. Sus padres procedían de Cataluña y eran de origen obrero: el padre era carpintero en una empresa y su madre planchadora.

Luego dejarían el trabajo asalariado para desempeñarse como pequeños empresarios en el rubro hotelero, primero en Catamarca, donde explotan un pequeño hotel y después en Jesús María, Córdoba, con un establecimiento más considerable. El traslado a la capital catamarqueña sobrevino cuando Miguel tenía nueve años.

Concluida la etapa de enseñanza elemental, que incluyó en su caso un maestro particular de orientación anarquista, Miguel y sus progenitores aspiran a un nivel superior de formación. El primer intento fue en un seminario sacerdotal. El joven abandona con rapidez ese camino escogido por sus padres.

Quería ser marino e ingresar en la Armada. Sus mayores, impresionados por la muerte de un hermano suyo mientras hacía el servicio militar no lo autorizan. El joven quedó colaborando en la atención del hotel.

Socialista, internacionalista, comunista.

Transcurrieron unos años en la ciudad cordobesa hasta que se produjo la vinculación de Burgas con el partido socialista. En su breve autobiografía lo recuerda con estas palabras:

“…Santerini (un sastre que le alcanzaba La Vanguardia) me vinculó a la base del Partido Socialista (…) Cuando me podía hacer una escapada del hotel, me corría hasta la panadería que quedaba a una cuadra y allí leía y comentaba con los demás los artículos de La Vanguardia. Corría el año 1916 y ya me sentía socialista (…) Al tiempo lo busqué a Santerini y le dije ‘me voy a afiliar. Anotáme. Recibí el carnet tiempo después, con fecha 7 de julio de 1917.”.

Su adscripción al partido resultó casi simultánea a la apertura de una aguda crisis partidaria. Se producía entre quienes en el Partido Socialista mantenían la firme oposición a la guerra imperialista y el mantenimiento de la neutralidad y la mayoría de la dirección socialista. Ésta se inclinaba por la ruptura de relaciones con Alemania y Austria-Hungría, a raíz de algunos publicitados incidentes con navíos germanos y representantes diplomático de ese Estado.

Esa divergencia se iría manifestando como irresoluble. Y repercutió en el Centro Socialista de Jesús María en el que militaba Miguel. Allí eran mayoría los “internacionalistas”. El reciente afiliado, formado en el repudio a la guerra y la admiración por la revolución rusa se alineó con ellos.

A escala nacional los contrarios a la ruptura de relaciones quedarían finalmente en minoría tras un complejo proceso de congresos y votaciones Tenían en términos comparativos mayor incidencia entre los jóvenes, en particular en los que eran de origen modesto y no poseían formación universitaria. En esos rasgos encajaba Burgas.

El resultado fue que, tras una disputa por la dirección del centro local, los internacionalistas de la localidad cordobesa consiguen la entrega del local partidario. Se integran al naciente Partido Socialista Internacional, luego Partido Comunista. Sería el origen del Centro Comunista de Jesús María.

Desde aquel centro local Burgas se proyectó como un animador de la militancia comunista en toda la provincia de Córdoba. Más tarde actuó a escala nacional, sobre todo en el terreno sindical. E incluso cruzó el océano en alguna misión internacionalista.

El primer diputado comunista de América”.

En 1924 Burgas, ya dirigente del partido comunista de la provincia se consagró diputado provincial. Se lo conoció como “el primer diputado comunista de América.” Los comunistas cordobeses consiguieron esa banca con algo menos de 400 votos.

En su propio relato argumenta que no se sentía indicado para ejercer ese cargo. Consideraba que existían dirigentes mucho más destacados, como Miguel Contreras y Pablo B. López. La indicación del partido fue que lo fundamental era la vocación por servir desde la banca a los intereses de la clase obrera, más allá de la preparación cultural y dotes oratorias.

Tuvo una fuerte actividad en su rol de legislador, orientándose en la línea de la mejora de las condiciones de vida y la ampliación de derechos de las trabajadoras y trabajadores. Sus propuestas legislativas incluyeron la persistente reivindicación de la jornada de ocho horas.

También planteó el establecimiento de un salario mínimo y la reglamentación del trabajo nocturno en panaderías. Con destino a los trabajadores del campo propuso el alojamiento gratuito para los peones.

Resulta pertinente el recuerdo de una intervención parlamentaria suya en el fundamento de la legislación para el trabajo rural, hecha con una clara perspectiva de clase:

“…la única fatalidad que pesa y seguirá pesando para que ellos no se decidan a hacer valer sus derechos, es la explotación capitalista, el sistema de la propiedad privada. Este sistema hace que aquellos que todo lo producen carezcan de las cosas más indispensables para la vida, mientras los parásitos disfruten de todos los privilegios.”

No se trataba sólo de la elaboración y presentación de proyectos, sino de recorrer diferentes barrios de la capital cordobesa y distintos pueblos del interior, Realizaban actos por reivindicaciones populares, emitían comunicados de solidaridad con las luchas.

Burgas narra algún viaje a pueblos pequeños para reclamar por la falta de pago a los trabajadores de alguna empresa, como ejemplo de ese “trabajo de hormiga” que acompañaba a la labor legislativa.

Vale la pena hacer notar que en el tiempo libre que le dejaba su trabajo en la legislatura acudía al taller de impresión del comité comunista de Córdoba para aprender el oficio gráfico.

Así lo cuenta él mismo:

Cuando no tenía sesiones, me iba para la imprenta del Partido (…) a formarme en los rudimentos del oficio gráfico. Limpiaba la forma, arreglaba la Minerva, compraba algunos elementos que hacían falta en el taller. Así me fui formando como obrero yo también…”

Todo un esfuerzo para lo que hoy llamaríamos “proletarización”. Las tareas como conserje o mozo en el hotel paterno quedaban atrás para siempre. La imprenta sería su primer ámbito de inserción laboral cuando se instaló en Buenos Aires en 1928, Y su actuación militante se inclinaría hacia el sindicalismo.

Mientras tanto había tomado parte con entusiasmo en una hazaña de los comunistas cordobeses, en 1927. El haber ganado la intendencia de Cañada Verde (actual Villa Huidobro), primera alcaldía comunista de la historia del país.

En el corazón del movimiento obrero.

Ya en la ciudad-puerto se desempeña como obrero gráfico y milita en la Federación Gráfica Bonaerense. Y colabora en la edición del periódico partidario, La Internacional. El sindicalismo de las imprentas sería un punto de partida para su actuación gremial posterior.

Queda desempleado en 1932 e ingresa al gremio de la construcción, trabaja al principio como peón de albañil. El dirigente clave del sector era Guido Fioravanti, un trabajador italiano de activismo inclaudicable. Hasta que fue expulsado del país en aplicación de la “ley de residencia”, durante esa misma década.

Eran tiempos de un fuerte crecimiento de la incidencia comunista en el movimiento obrero. Avance que se daba en variadas actividades, incluidas algunas de las más masivas. Entre las entidades sindicales que tuvieron dirección comunista en este período se contaba, además de la construcción, la vinculada a la industria de la carne y otras actividades de la alimentación. Asimismo de otras organizaciones de menor peso numérico, como madereros, metalúrgicos, químicos, textiles, etc.

Como buena parte de los dirigentes sindicales comunistas, Burgas sufrirá cárcel a lo largo de la década de 1930. Los gobiernos del “fraude patriótico” desplegarían una respuesta sobre todo represiva a la “amenaza roja” en el frente sindical. También ocuparía su lugar la incesante prédica anticomunista, con periódicos y libros de específica dedicación al tema.

Como es sabido, una sección especial de la policía destinada a combatir el comunismo fue creada en esos años. En alguna ocasión el dirigente cordobés fue apresado junto con el grueso de la dirección de la construcción Era el mismo tiempo en que la tortura con picana eléctrica se convirtió en una práctica habitual.

El ex diputado ingresó de nuevo a la cárcel en los albores del primer peronismo. En su testimonio recuerda una prisión sufrida en 1945 que duró varios meses. Allí compartió cárcel con José Peter, Pedro Chiarante, Rubens Iscaro y otros dirigentes obreros.

La dirigencia comunista intentaba por entonces resistir la represión contra sus organizaciones, que enfrentaban la creación de sindicatos paralelos Y el hostigamiento y la marginación desde el gobierno.

El dirigente procedente de Córdoba fue uno de los conductores de la huelga de la construcción iniciada a fines de 1935. La misma que daría lugar a una huelga general y a ramalazos de insurrección popular en el mes de enero.

Burgas destaca la capacidad de movilización puesta en juego a lo largo de las varias semanas que perduró el conflicto. Menciona en su relato la realización de más de veinte asambleas en el Luna Park. Y consigna los 96 días de huelga de los albañiles y los más de 100 de los pintores.

Asimismo destaca los variados apoyos que consiguen los huelguistas: “.En Capital llegamos a tener entre diez y doce comedores, los que eran muy concurridos, había compañeros destacados que hacían la comida. En esos comedores había de todo, y todo ello era fruto de la solidaridad, incluso nosotros comíamos allí.”

Es de señalar que el relato de Burgas no da especial relieve al paro general. Y ni siquiera menciona los episodios de rebelión popular que lo acompañaron. <un sesgo que se nota en esa y otras narraciones hechas por dirigentes comunistas acerca de la huelga de 1936. Es probable que las escenas de lucha callejera no hayan sido planeadas ni dirigidas por ellos. Y que eso les inspiraba una cierta reticencia ante esos hechos.

Tras la experiencia en este álgido conflicto se conforma la Federación Obrera Nacional de la Construcción (FONC), de cuyo consejo directivo formará parte Burgas. Esta nueva organización superaba la dispersión anterior, cuando existían sindicatos de albañiles, de pintores, de yeseros, cementeros, etc.

La nueva forma organizativa estaba marcada por la impronta del sindicalismo por rama y la dirección centralizada cara a los comunistas. Venía en reemplazo de la asociación por oficios de la tradición ácrata.

Los días de España.

En julio del mismo año 1936 un golpe militar y civil parcialmente frustrado dio lugar a la llamada guerra civil española. El dirigente de la construcción se involucró en la causa. Tal como ocurrió con el grueso de la dirigencia partidaria. Durante1937 los trabajadores de la FONC organizaron un Festival de Solidaridad con la República Española.

Durante ese mismo año el dirigente viaja a España para cumplir con tareas de solidaridad internacional. Ingresa a la península junto a un dirigente de primera línea del partido, Luis. V. Somm, sindicalista de la madera y a la sazón secretario general del PC. El cordobés no se trasladó con la finalidad de integrarse en el frente de combate. Lo hizo para el desenvolvimiento de tareas en la retaguardia.

En sus propias palabras: “Yo estuve en los Garabitos (sic), en Guadalajara. En Valencia estuve con Victorio Codovilla, La Pasionaria y otros destacados dirigentes. Angel Ortelli, fue otro, entre tantos que no recuerdo, que estuvo en esas luchas.” El último mencionado también era uno de los líderes de los trabajadores de la construcción.

Enseguida vuelca su apreciación negativa acerca de los anarquistas: “…mientras tanto se dedicaban a incendiar templos y lo único que lograban era volcar a los indecisos y a los creyentes del lado del franquismo. Daban así una falsa imagen de lo que era la República Española.”. Esa opinión es un fiel reflejo de la línea comunista oficial durante esa lucha.

Tomó parte en la fundación de una institución educativa dirigida justamente a los trabajadores españoles de su misma actividad: La Universidad Obrera de la Construcción, de la que será designado presidente.

———–

Luego de la disolución de los sindicatos de dirección comunista para incorporarse al nuevo gremialismo dirigido por el peronismo, Burgas no retorna a los primeros planos de la acción sindical. Según parece pasa a desempeñar actividades organizativas, internas del partido. En sus últimos años se radica en Brasil, junto a su hija, ya establecida allí desde antes. Murió en San Pablo en 1980.

La trayectoria del “primer diputado comunista” atraviesa algunos de los principales mojones del primer cuarto de siglo de actuación del comunismo argentino. Joven militante por la revolución rusa; diputado en nombre del proletariado, dirigente sindical de la construcción, internacionalista en España.

Todas son facetas de un recorrido al que no puede negársele coherencia y tenacidad. Abonan el protagonismo de la militancia comunista en las luchas sociales, políticas y en los debates ideológicos y culturales de la época.

Para la elaboración de esta nota hemos consultado los siguientes materiales:

Burgas, Miguel. El primer diputado comunista. Año 1924. Buenos Aires. Anteo. Centro de Estudios Históricos “Manuel Belgrano”, 1985.

Tarcus, Horacio, “Burgas, Miguel”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas, 2020. Disponible en https://diccionario.cedinci.org

Redacción La tinta. El primer diputado comunista de América vivía en Jesús María. La Tinta, 17/11/2016. Córdoba. Argentina. Disponible en https://latinta.com.ar/2016/11/17/el-primer-diputado-comunista-de-america-vivia-en-jesus-maria/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.