Un reciente, prolijo y documentado trabajo realizado por Miguel Ángel Lorente y Juan Ramón Capella, denuncia la gigantesca malversación de caudales públicos que está significando el rescate público de la banca privatizada. Los autores cuantifican el importe en una cantidad que superará los 130.000 millones de euros. Cinco son los mecanismos que conducen a esa […]
Un reciente, prolijo y documentado trabajo realizado por Miguel Ángel Lorente y Juan Ramón Capella, denuncia la gigantesca malversación de caudales públicos que está significando el rescate público de la banca privatizada. Los autores cuantifican el importe en una cantidad que superará los 130.000 millones de euros.
Cinco son los mecanismos que conducen a esa cifra y que están totalmente mantenidos en la opacidad por parte de la autoridad económica y financiera competente: ingresos netos de dinero a través, fundamentalmente, del FROB; garantías sobre la evolución futura de la de créditos; las pérdidas que acarrearán las futuras privatizaciones; el coste público del llamado banco malo y la merma de ingresos para la Hacienda Pública como consecuencia de la desgravación fiscal a los bancos compradores de entidades privatizadas y vendidas.
Tenía razón Trasímaco
Estos datos evocan el diálogo entre Sócrates y Trasímaco que aparece en el libro primero de La República de Platón, en torno a la mitad del siglo IV antes de nuestra era. Plantea Trasímaco que el poder legisla, hace legislar o gobierna en el exclusivo interés propio. Sin embargo ese poder tiene la capacidad y los medios de hacer creer a la mayoría que la ley es en beneficio de ella.
Cuando el discurso oficial justifica esa gigantesca malversación de caudales públicos lo plantea como una necesidad para salir de una situación difícil para la mayoría; es decir que las deudas, pufos y falta de ética de la banca deben ser asumidas por todos. Comparen los lectores la cifra arriba indicada con los recortes en Educación, Sanidad. Cultura, etc. y sacarán la conclusión de que Trasímaco ya había comprendido algo que hoy se quiere ocultar o ignorar: la auténtica relación entre Poder y Gobierno. No debe extrañar por ello que el que da la cara, el Gobierno, se vea avocado a usar del cinismo como instrumento fundamental de su discurso y de su acción política.
Fuente: http://www.eleconomista.es/firmas/noticias/5659815/03/14/La-malversacion.html#.Kku8nZpIijleEnZ