Traducido del gallego para Rebelión por Alfredo Iglesias Diéguez
Después del montaje de la exhumación del dictador Franco, que es sin duda una buena noticia para celebrar y un acto de justicia con las víctimas de la dictadura, hace falta recuperar la memoria histórica y difundir aquello del que no hablan mucho los medios de comunicación. Este podría ser una especie de decálogo básico.
1. La exhumación llega muy tarde, después de 44 años de la muerte del dictador.
2. Debemos recordar que en Galicia no hubo Guerra Civil, sino una dictadura criminal, un auténtico genocidio con más de 6.000 personas asesinadas desde el momento en que se produce el 18 de julio de 1936 la sublevación y golpe de estado contra el legítimo gobierno de la República.
3. Después de 42 años de democracia y de una Transición, presentada cómo modélica, aún quedan en las cunetas los cadáveres de 130.000 personas asesinadas por el franquismo. Los crímenes del franquismo continúas impunes, sin que los sucesivos gobiernos del PSOE y PP hagan nada para acabar con esta vergüenza y tiene que ser la justicia argentina quien inicie el proceso para juzgar esos crímenes a través de la llamada Querella Argentina. Muchos torturadores de la dictadura, entre ellos Antonio González Pacheco «Billy el Niño», continuaron con su carrera profesional; este recibió cinco medallas, que le permiten cobrar un 50% más de pensión.
4. Franco designó a Juan Carlos como su sucesor en la Jefatura del Estado el 22 de julio de 1969 «para que todo quede atado y bien atado para él futuro». Juan Carlos aceptaba la oferta del dictador y juraba ante las Cortes fidelidad a Franco y a las leyes de la dictadura. A pregunta del presidente de las Cortes, Antonio Iturmendi Bañales, respondía al príncipe de España: «Sí, juro lealtad a Su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y demás Leyes Fundamentales del Reino«.
5. En su discurso ante las Cortes, Juan Carlos aceptaba la legitimidad de la dictadura producto de la sublevación militar y fascista de 18 de julio de 1936 y justificaba la represión y sufrimientos porque eran «necesarios»: «Mi General, señores Ministros, señores Procuradores: Plenamente consciente de la responsabilidad que asumo, acabo de jurar, como Sucesor a título de Rey, lealtad a Su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y Leyes Fundamentales del Reino. Quiero expresar en primer lugar, que recibo de Su Excelencia el Jefe del Estado y Generalísimo Franco, la legitimidad política surgida del 18 de julio de 1936, en medio de tantos sacrificios, de tantos sufrimientos, tristes, pero necesarios, para que nuestra patria encauzase de nuevo su destino«.
6. Juan Carlos siempre manifestó su afecto y admiración al dictador Franco. Así, en una entrevista para la televisión francesa en 1969 un periodista le preguntaba a Juan Carlos Borbón: «¿Qué representa para usted el general Franco?«. Y contestaba: «El general Franco es verdaderamente una figura decisiva, histórica y políticamente para España. Supo resolver nuestra crisis de 1936. Desempeñó un papel político para sacarnos de la Segunda Guerra Mundial. En los últimos treinta años, ha echado las bases del desarrollo. Para mí, es un ejemplo vivo, por su dedicación patriótica diaria al servicio de España. Le tengo un gran afecto y una gran admiración«.
7. Dos días después de morir el dictador, Juan Carlos habla de Franco como «estadista» y «figura excepcional» y manifiesta «gratitud» y «lealtad» en un discurso pronunciado el 22 de noviembre de 1975, cuando es proclamado rey de España: » Como Rey de España, título que me confieren la tradición histórica, las Leyes Fundamentales del Reino y el mandato legítimo de los españoles, me honro en dirigiros el primer mensaje de la Corona que brota de lo más profundo de mi corazón. Una figura excepcional entra en la historia. El nombre de Francisco Franco será ya un jalón del acontecer español y un hito al que será imposible dejar de referirse para entender la clave de nuestra vida política contemporánea. Con respeto y gratitud quiero recordar la figura de quien durante tantos años asumió la pesada responsabilidad de conducir la gobernación del Estado. Su recuerdo constituirá para mí, una exigencia de comportamiento y de lealtad para con las funciones que asumo al servicio de la patria. Es de pueblos grandes y nobles el saber recordar a quienes dedicaron su vida al servicio de un ideal. España nunca podrá olvidar a quien como soldado y estadista ha consagrado toda la existencia a su servicio» .
8. En el discurso de Na vi da d de 1975 elogiaba al dictador Franco y subrayaba su patriotismo: » El año que finaliza nos ha dejado un sello de tristeza que ha tenido como centro la enfermedad y la pérdida del que fue durante tantos años nuestro Generalísimo. El testamento ofrecido al pueblo español es sin duda un documento histórico que refleja las enormes cualidades humanas, los enormes sentimientos de patriotismo sobre los que quiso asentar toda su actuación al frente de nuestra nación. Tenemos las bases muy firmes que nos legó una generación sacrificada y el esfuerzo titánico de unos españoles ejemplares. Hoy les dedico desde aquí un homenaje de respeto y admiración «.
9. Esta documentación histórica debería ser difundida con total normalidad en un país democrático y recogida en los libros de texto para la educación cívica de futuras generaciones.
10. Después de asistir a la exhumación del dictador, no perdamos la memoria: la monarquía borbónica es una herencia del franquismo y aún quedan muchos restos del franquismo que debemos eliminar y recuperar todo lo que robaron, como el pazo de Meirás y la Casa Cornide.
Manuel Monge González es maestro y sociólogo. Fue concejal del BNG en A Coruña (2003 – 2007) y promotor y presidente de la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica da Coruña (2007 – 2011).
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar la autoría, al traductor y Rebelión como fuente de la traducción.