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Entrevista a Francisco Báez Baquet sobre la industria criminal del amianto

«El sector naval es el que representa las exposiciones más intensas, frecuentemente referidas a la friabilidad de origen»

Fuentes: Rebelión

Francisco Báez, ex trabajador de Uralita en Sevilla, autor de Amianto: un genocidio impune, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto. Paco Puche, otro luchador imprescindible, ha […]

Francisco Báez, ex trabajador de Uralita en Sevilla, autor de Amianto: un genocidio impune, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto. Paco Puche, otro luchador imprescindible, ha reseñado y destacado su obra

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-Hace días que no conversamos. Tenemos muchos temas pendientes, uno directamente relacionado son su ciudad, con Sevilla. Tomo pie en todos los casos en informaciones que usted me ha ido enviando. Empiezo por Toledo y los residuos. ¿Qué ha pasado, que está pasando en Toledo? Me ha enviado este enlace: http://cadenaser.com/emisora/2016/04/19/ser_toledo/1461089915_622686.html ¿Tiene que ver con esto: ‘»Alegría» por la sanción de la CHT a propietarios de fincas con vertidos de amianto — eldiadigital.es’/?

-Se trata de un caso de grave contaminación medioambiental por amianto, en el cual la actuación de las autoridades concernidas por la situación no ha sido ajena a su agravamiento y permanencia, como problema irresuelto, desde que, hace ya décadas, se procedió a un vertido ilegal, en varios puntos del entorno de la antigua fábrica de productos de amianto-cemento, de la empresa «Ibertubo», y que se produjeron, precisamente, con motivo del cierre de dicha factoría.

Al tratarse de unos terrenos de titularidad privada, esa condición incide negativamente, a la hora de implementar una adecuada solución al problema, porque todos vienen a alegar incompetencia legal. En nuestro país ya hubo, en menor escala, otro caso similar, acaecido en Huesca, y en el que la «solución» consistió en un soterramiento de los residuos. Algo altamente insatisfactorio, puesto que lo que se está haciendo, es endosarle el problema a las generaciones futuras, en un tiempo más o menos remoto, en el que no hay garantías de que pueda haber memoria eficiente de que ahí han quedado enterrados esos elementos gravemente contaminantes.

El asunto ya apunta maneras, toda vez que hasta el presente la única medida preventiva concreta puesta encima de la mesa, ha sido preconizar el vallado perimetral y la señalización de toda la zona afectada por el problema (lo cual parece oportuno, como mero inicio de todas las actuaciones a acometer), pero, si se nos permite un toque irónico, digamos que esa iniciativa puede dar de sí lo suficiente como para ir tirando unos diez o quince añitos más, sin ninguna otra medida adicional. Ese es mi temor.

El aderezo habitual de este tipo de «guisos», es la socorrida invocación a la «alarma social» a evitar (véase, al respecto, nuestro trabajo: «Una alcahueta, llamada «alarma social»» / «Rebelión», 17-09-2015 / http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203376  

En 29 de abril se han publicado unas declaraciones del consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, de la Junta de Castilla-La Mancha, manifestando que «no hay ningún riesgo» por los vertidos de amianto en Toledo.

En relación con este asunto, aconsejo la lectura del reportaje accesible a través del siguiente enlace: http://www.latribunadetoledo.es/noticia/ZA992557F-AA77-ACE1-923300AE029D0541/20160429/podemos/planteara/debate/amianto/cortes/regionales

-Gracias, me pongo en ello. «Cincuenta delitos de homicidio por imprudencia grave y otros 248 de lesiones». Es el balance que una magistrada del Juzgado de Instrucción nº 12 de Valencia maneja en el caso del amianto de Unión Naval (antes de Levante y ahora de Valencia). Acaba, según leo, de dictar el auto de incoación de procedimiento abreviado. ¿Qué sabe del tema? ¿»Cincuenta delitos por homicidio por imprudencia grave» no es cualquier cosa?

-A mí se me ponen los pelos como escarpias, cuando leo lo de «procedimiento abreviado». Ofrece, comparativamente, un recorrido judicial más ágil. Lo que yo no tengo ya tan claro, es si eso ha de suceder con la obligada inclusión de alguna contrapartida oculta o al menos no clarificada ahora.

En realidad, sin negar la indudable gravedad de los hechos que se van a juzgar, digamos que no señalan a un panorama demasiado distinto del que han ofrecido otras situaciones ya ventiladas antes, en los tribunales españoles.

El sector naval es el que representa las exposiciones más intensas, frecuentemente referidas a la friabilidad de origen (es decir, no sobrevenida por obsolescencia, mala praxis en la instalación, o, en su caso, en el desamiantado, o por mero accidente) que conlleva el manejo de los materiales con los que se ha trabajado en el susodicho sector naval.

La formulación de una única demanda colectiva, en lugar de todas las equivalentes individuales que se habrían podido implementar, sin duda magnifica la repercusión mediática de todo el asunto. Subsiste, empero, y con independencia de todo lo dicho aquí, una indudable gravedad extrema de todo lo sucedido y que ahora se va a juzgar.

Si cada demandante ha de conseguir un fallo individualizado y teóricamente independiente de los demás de la sentencia, en ello no hay inconveniente alguno. Si, por el contrario, y al igual de lo que ya sucedió con el macro-juicio de Casale Monferrato/Turín/Roma, lo que se produce es un único veredicto general, eso supone jugarse a una sola carta la peripecia judicial de todos esos casos individuales, con riesgo, como ocurrió en el ejemplo italiano, de que el fallo sea desfavorable, de forma unánime, para todos los demandantes. Confiemos en que aquí no sea ese el caso.

-Usted ha escrito recientemente en rebelión un artículo muy interesante titulado: «Amianto frito». ¿De qué va? ¿Nos puede hacer un pequeño resumen? ¿Qué es eso de amianto frito?

-El título alude al uso que se hace del talco, en la elaboración del aceite de oliva, el cual puede estar contaminado por trazas de asbesto, de forma natural, desde un mismo origen geológico. Al hilo argumental de ese contenido inicial, se van incorporando cuestiones tales como el rol del Principio de Precaución, las evidencias de posibles efectos nocivos del amianto ingerido, su presencia en vinos y licores, en el agua potable, el papel desempeñado en todo ello por las tuberías de amianto-cemento, la pretendida inocuidad de las llamadas «fibras cortas» (de longitud igual o menor a las 5 micras), y la dependencia de los recuentos, respecto del sistema de microscopía utilizado.

-Le pregunto lo mismo sobre este trabajo: «Afectación, por el amianto, del sistema nervioso». ¿Qué tipo de afectación es esa? ¿Qué enfermedades puede generar o desencadenar?

-La afectación directa se evidencia por la presencia de fibras de amianto en el líquido cefalorraquídeo de los ventrículos del encéfalo y en el del conducto ependimiario de la médula espinal, lo que pone de manifiesto que incuestionablemente éstas han tenido que poder trascender la barrera hematoencefálica. Sin embargo, la afectación más grave es la indirecta, vehiculada por las metástasis de un cáncer asbesto-relacionado, por la reacción inmunológica del organismo, ante la anómala presencia en él, de las susodichas fibras, o por la acción endocrina derivada de esa reacción inmunológica, de etiología por amianto. Frecuentemente se tratará de los llamados síndromes paraneoplásicos, que en los casos de nuestro interés corresponderán a los derivados de patologías malignas asbesto-relacionadas.

Como ejemplos de tales afectaciones del sistema nervioso central, en unos casos, o del periférico, en otros, deducible a partir de la propia naturaleza de los síntomas evidenciados, tendríamos a la parálisis de las cuerdas vocales, a la parálisis de los nervios craneales, la encefalitis límbica, etc., etc.

Autocitándome: «La encefalitis límbica es un trastorno caracterizado por los cambios de la personalidad afectiva, severos déficits cognitivos, trastornos psiquiátricos, incluyendo la irritabilidad, la depresión, la ansiedad, estado de confusión, así como las crisis convulsivas, esto es, las convulsiones, la pérdida de memoria, con profundo deterioro de la misma, y, en ocasiones, alucinaciones, la demencia, la psicosis, que es en algún momento la característica común, cuando el trastorno avanza». Dejémoslo ahí, por no alargar más la respuesta.

-Le cito extensamente si me lo permite: «Por cierto, que en este texto empresarial hay algo, de lo más chusco. Cuando se realizan exámenes médicos, en relación con unas potenciales patologías de tan dilatado tiempo de latencia, lo que se busca, salvo por lo que respecta a la presencia de «cuerpos asbestósicos» en esputo (si es un test que se haya llegado a practicar, que lo dudo, y que en todo caso, vosotros sabréis si se os ha practicado, o no) no es constatar si esos cuerpos humanos exhiben fibras de amianto sobre sí («RESTO ALGUNO», como dice literalmente el comunicado empresarial), sino para tratar de averiguar si algún síntoma puede estar ya dando indicio de alguna alteración patológica. Obviamente, para proseguir con sucesivos exámenes periódicos, única forma de poder detectar, lo más precozmente posible, cualquier potencial anomalía, cuando ésta dé la cara, que previsiblemente no ha de ser tan pronto, y que ojalá que no ocurra nunca. Si, como es cierto y ya el amigo Antonio nos comentó, los informes de la Inspección de Trabajo «no hay por dónde agarrarlos», entiendo que en esa réplica que yo considero imprescindible (contando con una concreción precisa, que él es quien de entre nosotros está, posiblemente, en mejor situación para poder darla) se debieran de incluir todas las críticas pormenorizadas que vengan a cuento, al respecto. Es decir, que la artillería no debe sólo de apuntar a la trinchera empresarial, sino que también a la institucional (Inspección de Trabajo, en particular) que también debe de llevarse su andanada, porque si no, en caso contrario, la gente no va a acabar de entender qué es lo que realmente ha ocurrido. Esa es mi firme opinión». ¿De qué va este asunto sobre el que usted tiene esta «firme opinión»? Parece muy enfadado por su forma de expresarse.

-Estamos hablando del caso del desamiantado defectuoso del teatro «Maestranza», de Sevilla, y mis comentarios hacen referencia al contenido del escrito empresarial, del que parece desprenderse que al someter a los trabajadores a exámenes médicos, lo que en los mismos se estaría buscando, es la propia presencia del asbesto en sus cuerpos, y no los eventuales efectos nocivos que en ellos pudiera haber llegado a producir, y que en todo caso sólo se vendrían a manifestar después de un dilatado tiempo de latencia, que en el caso de algunas de las patologías asbesto-relacionadas se cifra incluso en varias décadas. Lo que en ningún caso se va a encontrar en los cuerpos de esos trabajadores (y es a lo parece apuntar el susodicho texto empresarial), son trozos de placas de amianto-cemento.

-Le vuelvo a citar. «La microscopía electrónica con análisis dispersivo de rayos X es, efectivamente, la técnica que permite, además del recuento de todas las fibras -incluso aquellas que quedarían ocultas, por sus inferiores dimensiones, al microscopio óptico-, el análisis «in situ» de la muestra, pudiéndose determinar si se trata de amianto, y de qué variedad del mismo. Por cada fibra visible al microscopio óptico, que es el que se ha usado (claramente, por ahorro de costes), hay de unas 100 a 200 fibras indetectables con esa técnica, que aunque es la habitual, como la empresa señala, para medir la exposición laboral, ya no lo es, cuando han mediado tantas negligencias, con potencial exposición de quienes no están sujetos al vínculo y, sobre todo, a la situación laboral, como es el caso, evidentemente, del público asistente a las representaciones. Todas las fibras forman parte de la llamada «fracción respirable» y que son las peligrosas, porque son las que pueden ser inhaladas y quedar retenidas, y todas las fibras de amianto, en términos generales, son cancerígenas. Os animo a que saquéis a la luz pública el mayor número de detalles posible. Por favor, seguid informándome». ¿A qué asunto se está refiriendo, con quién está dialogando en esta ocasión?

-También estoy refiriéndome al desamiantado defectuoso, practicado en el teatro «Maestranza», de Sevilla, con potencial exposición de ejecutantes, público asistente, y personal de limpieza, tramoyistas, etc.

En Sevilla, en dos puntos del centro de la ciudad, se ha podido asistir a un insólito espectáculo: los músicos de la orquesta titular del teatro, manifestándose en favor de la mejora de sus condiciones preventivas en el trabajo, y como protesta por la sufrida exposición laboral al asbesto, haciéndolo mediante la interpretación de diversas piezas musicales, adecuadas a la naturaleza de su protesta.

A mi modo de ver, todo esto es algo más que una mera exposición laboral, con ser ésta ya de por sí bastante escandalosa, sino que también es, al propio tiempo, un problema de salud pública y medioambiental (por ejemplo: no se han cumplido las normas para la retirada y transporte a vertedero autorizado, del amianto-cemento desinstalado), lo cual justifica que debiera de haber sido la microscopía electrónica la empleada, en vez de la óptica, que es la habitual en las comprobaciones referidas al ámbito laboral, y que es la que se ha usado.

-El asunto sobre el que quería preguntarle. Este es uno de los muchos correos que me han llegado: http://noticias.lainformacion.com/mano-de-obra/salud-y-seguridad-laboral/Maestranza-amianto-existido-minimo-riesgo_0_903511113.html ¿Qué ha pasado en la Maestranza? ¿Por qué está tan preocupado por el tema?

-Todos los humanos somos aproximadamente iguales, a la hora de reaccionar ante un riesgo, pero es indudable que no todos tenemos la misma capacidad de generar eco mediático de nuestras preocupaciones… ¿se imagina cómo puede actuar, por ejemplo, una afamada diva del bel canto, cuando llegue a tomar consciencia de que, a causa de su actividad profesional, ha estado sujeta al riesgo de haber podido adquirir, por ejemplo, un cáncer de laringe, a causa de la negligencia de los directivos responsables de una de las entidades contratantes de sus servicios?

Este tipo de situaciones no es ésta la única vez que se produce; también se ha dado, por ejemplo, en el afamado teatro Scala, de Milán.

-Le pregunto ahora por una reflexión de la doctora Dra. Guadalupe Aguilar Madrid.

  Cuando quiera.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.