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El silencio del Rey tras el golpe de Estado

Fuentes: Rebelión

Tras el cierre de filas abrupto entre los diputados socialistas del PSOE y los diputados del bloque de la derecha monárquica, formado por los neoliberales del PP y los fascistas de Vox, impidiendo la investigación del Rey emérito, surge la duda razonable de a quién están realmente protegiendo.

El Rey emérito lleva más de cinco meses fugado por presuntos delitos económicos, que a estas alturas parecen ser algo más que presuntos. Además ha sido duramente criticado en los medios nacionales e internacionales, siendo rechazada su conducta por todos los partidos democráticos.

Incluso Felipe VI se ha desmarcado mediante un comunicado de la Casa Real al trascender su relación con unos fondos “offshore” -de origen presuntamente delictivos- desvelándose que era segundo beneficiario tras su padre.

Al estallar el escandalo, el Rey se apresuró a renunciar simbólicamente a la futura herencia que pudiese proceder de actividades corruptas; lo que no deja de ser un brindis al sol, pues tal renuncia no tiene efecto jurídico alguno.

Por ello resulta ahora incomprensible el cierre de filas de diputados socialistas junto al bloque monárquico, impidiendo en el Congreso la investigación del Rey emérito, sobre todo después del informe favorable de los letrados de la Cámara. Una explicación, a esta aberrante decisión, sería su rechazo frontal a que un posible hallazgo parlamentario, definitivamente letal para la monarquía, acabe tumbando a una Casa Real desbocada.

Si algo de esto estuviese sucediendo, estaríamos ante un riesgo de golpe de Estado a medio plazo, ya sea bajo la cobertura de un gobierno de concentración, disfrazado de “gran coalición”, ya sea mediante una acción militar directa.

Tal gobierno aseguraría la continuidad de la monarquía y la recentralización del Estado. Pues se trata de una monarquía cuyo finalidad principal es la de ser garante del sistema de explotación actual, posibilitando la aplicación de políticas contrarias a los derechos de los pueblos y de las clases populares, falsamente proclamados en la Constitución vigente. Consecuentemente, de producirse un golpe de Estado, en cualquiera de sus variantes, sus gobiernos decretarían nuevas leyes anti-obreras extremadamente agresivas para asegurar la acumulación de capital.

Ambas amenazas, golpe de Estado “constitucional” -más probable- o golpe militar violento -imposible de asumir por el Parlamento Europeo- se están gestando simultáneamente por efecto de la inacción del Gobierno de coalición progresista, ante el estruendoso silencio del Rey; lo que alienta las insidias de mandos militares, que actúan como impulsores del golpe. La ambigua Constitución vigente constituye un peligro añadido.

Esta realidad ineludible pone al Vicepresidente del Gobierno, y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, ante una encrucijada histórica, pues le obligará a decantarse con hechos concretos, y no solo con palabras, a favor o en contra de la monarquía. De su firmeza y resolución a favor de una salida democrática a la crisis, dependerá en gran medida el rumbo de los acontecimientos, incluido el futuro de Unidas Podemos y, finalmente, la famosa democracia social y de derecho, pomposamente proclamada en la Constitución vigente.

El riesgo de amenaza fascista viene siendo denunciado por el colectivo Anemoi desde su fundación en febrero del año 2013. Dicha labor de denuncia se ha intensificado a lo largo de estos años. Se inició mediante el manifiesto fundacional “Las Fuerzas Armadas con el pueblo”, cuya redacción fue coordinada por el compañero Manuel Pardo de Donlebún, Capitán de Navío de la Armada (R).

El citado manifiesto fue presentado públicamente en febrero de 2014 en el CAUM por el compañero Antonio Maira, Capitán de Fragata de la Armada (R) y por mí, conjuntamente, como portavoces del colectivo.

En esta misma línea hemos publicado numerosos artículos, así como organizado conferencias e intervenciones en diferentes medios y TV autonómicas, protagonizados por nuestro compañero el Teniente del Ejército Luis Gonzalo Segura, uno de los líderes más consecuentes y activo del actual movimiento militar democrático.

Esta lucha en el seno de la “familia militar” no sería efectiva sin la participación valiosísima de numerosos compañeros y compañeras de las escalas de Tropa y Marinería, tales como Marco Antonio Santos, Cabo del Ejército, Presidente del Colectivo Republicano de Redondela, federado a UCR.

Ambos compañeros, Marco Antonio y Luis Gonzalo, han sido acosados y perseguidos por el franquismo militar dominante, que se ha saldado con su indignante expulsión del Ejército, como represalia por su indómita actitud democrática; de lo cual es responsable en última instancia el actual Gobierno de coalición, que los ha abandonado cobardemente a su suerte.

En el terreno memorialista, es de destacar el tenaz esfuerzo de investigación histórica que lleva a cabo nuestro compañero Floren Dimas, Oficial de Aviación, cuyos excelentes resultados prueban su indudable seriedad intelectual y científica en dicha especialidad.

En la actividad desarrollada por Anemoi cabe destacar también la presentación de una proposición de ley para la supresión de la justicia militar, realizada por Luis Gonzalo Segura, como portavoz del colectivo, junto a dos diputados de Esquerra Republicana de Catalunya, a los que también tuve el honor de acompañar en su presentación pública ante los medios, en la Cámara Baja.

Luis Gonzalo es, además, autor de novelas y ensayos de alto interés político y sociológico referentes al mundo militar. Es de destacar el más reciente, “El Ejército de Vox”, en el que alerta sobre el riesgo que representa para la democracia el predominio de la ultraderecha en las fuerzas armadas. Es un excelente ensayo documentado científicamente mediante datos estadísticos irrefutables.

Riesgo de golpe que no se atenúa con una criminal tolerancia hacia el franquismo militar dominante, y menos aún con asustadizas políticas de apaciguamiento, ocultando la cruda realidad, sino afrontándolo serenamente con todas sus consecuencias. Hacer lo contrario cronificaría el fascismo militar heredado de la dictadura, arma de dominio político y económico de una monarquía en crisis galopante.

Es de destacar, en esta lucha pacífica y democrática, la valerosa denuncia pública de la agitación militar fascista, llevada a cabo por nuestro compañero José Ignacio Domínguez, Teniente Coronel de Aviación (R) y Vicepresidente del FMD. Fue dirigente y portavoz de la UMD en el exilio, en los años 70 del siglo pasado, siendo piloto de reactores. Su valerosa trayectoria ha sido glosada en un libro de reciente publicación, “Casos verídicos del Capitán Domínguez”, del que es autor Fidel Gómez Rosa, Suboficial de Aviación, Doctor en Ciencias Políticas y Secretario de la Junta Directiva del FMD.

Otros compañeros y compañeras militares desarrollan también una importante labor en defensa de los valores democráticos en las Fuerzas Armadas, atrincherados valientemente en las redes sociales bajo diferentes seudónimos. A todas y todos les debemos mucho por su discreta y abnegada labor.

El movimiento militar progresista -democrático y republicano- es más amplio y diverso de lo que a primera vista pudiese parecer, pues es fiel reflejo de los movimientos sociales en lucha por una alternativa democrática a la gigantesca crisis que se abate sobre nuestro pueblo. Anemoi es una de sus expresiones.

Por ello agradecemos el apoyo y comprensión de los partidos democráticos, incluidos los soberanistas, muchos de cuyos dirigentes siguen injustamente en las cárceles de la monarquía o en el exilio. Nuestra solidaridad con todos ellos, pues también batallan pacífica y democráticamente contra una situación heredada de la dictadura, que es urgente transformar.

Manuel Ruiz Robles, Capitán de Navío de la Armada (R), antiguo miembro de la disuelta UMD, miembro de Anemoi y del FMD, presidente federal de UCR.

@colectivoanemoi