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Militancia anticapitalista

Empoderando «Podemos» desde la base

Fuentes: La Hiedra

El gradual proceso de hegemonización por parte de Pablo Iglesias y del sector de La Tuerka del proyecto político de Podemos está haciendo emerger numerosas discusiones sobre su evolución y cristalizando en sectores críticos. ¿Qué hacer para que Podemos mantenga el espíritu rupturista con el que se inició? ¿Cómo evitar que la formación bascule prioritariamente […]

El gradual proceso de hegemonización por parte de Pablo Iglesias y del sector de La Tuerka del proyecto político de Podemos está haciendo emerger numerosas discusiones sobre su evolución y cristalizando en sectores críticos. ¿Qué hacer para que Podemos mantenga el espíritu rupturista con el que se inició? ¿Cómo evitar que la formación bascule prioritariamente hacia ganar apoyos para las elecciones? El autor, miembro del Consejo Ciudadano del Círculo de Podemos en La Línea de la Concepción (Campo de Gibraltar), aborda el papel de las y los anticapitalistas en el seno de la formación y señala la importancia de que Podemos se vincule a la lucha social.

«La ciudadanía haciendo política». Con este eslogan rompedor se proyecta la marca Podemos usando como trampolín la mediática cara de Pablo Iglesias, como una propuesta innovadora abocada a hacer protagonista a la mayoría de la sociedad en las decisiones políticas. Pero entonces, ¿somos Podemos o somos la ciudadanía? Detrás de esta ambigua formulación se esconde un proyecto político por un lado y un «sentir social» por otro, que se usa en muchas ocasiones para hablar de un «nosotros y nosotras», calculadamente ambiguo. Para aquellas personas que realmente quieren tomar la política en sus manos es necesario mirar el proceso más de cerca y caracterizar todo ese conjunto de personas y sujetos políticos que conforman este proyecto.

Pese a que todo el mundo se identifica con la ciudadanía y muchísima gente se siente también Podemos, hay personas fuertemente implicadas que hacen que las cosas funcionen en los círculos y órganos internos. Esta «ciudadanía activista» es la que en última instancia da forma a las propuestas y lleva a cabo las decisiones, jugando un papel político central y no sólo técnico como muchas veces se piensa. En la mayoría de casos estas personas no vienen de la nada. Una parte proviene de redes de activistas locales surgidas del movimiento del 15M y las mareas. Otra parte son personas que ya estaban organizadas en el sindicalismo combativo y en organizaciones de izquierdas.

El legado de experiencias organizativas y de luchas desde abajo que ha cristalizado en los Círculos han permitido en un primer momento el nacimiento de Podemos en todo el territorio. A medida que el proyecto se fue haciendo grande el reto ha sido encajar una dirección cada vez más focalizada en la estrategia electoral de las generales de 2015, unas bases activistas con ideas y prácticas rupturistas (desobediencia civil, protestas unitarias) y una ciudadanía en general abrumada ante todo lo relacionado con la política.

Centralismo y electoralismo por modelo

Este hecho se ha visto con especial claridad durante el proceso organizativo llamado Asamblea Ciudadana Sí Se Puede. Dicho proceso fue planteado por el Equipo Técnico en base a la competición entre documentos respaldados por grupos y personas de referencia, dificultando el reconocimiento de consensos que hubiera favorecido centrarse en la discusión de ideas y puntos discordantes.

Mientras muchas personas vinculadas al activismo de base de los Círculos entendían que la propuesta Claro Que Podemos les restaba fuerza para empoderar a la ciudadanía, el equipo de Pablo Iglesias blindó con ella su estrategia electoral por encima de todo. Se trata de un modelo organizativo muy centralizado y presidencialista que otorga todo el protagonismo a una portavocía única controlada por un comité (el Consejo Ciudadano) elegido en una votación online. Y lo que es más, el comité ejecutivo (el Consejo de Coordinación) es escogido directamente por la secretaría con miembros del Consejo Ciudadano. De este modo, el espacio de debate y toma de decisión sobre las cuestiones más trascendentales estará muy alejado de las bases. Para entender el proyecto de Claro Que Podemos (red interna afín al grupo de Pablo Iglesias que interviene de forma coordinada a nivel territorial) es necesario tener en cuenta que desde el primer momento el grupo promotor defiende la creación de alternativas electorales como un medio para construir «identidades políticas nuevas» dejando en un segundo plano el contenido1.

Como era previsible el documento defendido por Pablo Iglesias así como todas sus listas para órganos centrales ganaron ampliamente en la votación por internet. El fenómeno mediático de las elecciones ha disparado la afiliación virtual durante el proceso siendo claramente Pablo Iglesias y su equipo los grandes beneficiarios de dicho fenómeno al ser la cara conocida en los medios de comunicación. Otro punto importante es que a tenor de los Principios Éticos, «miembros o afiliados de organizaciones políticas de ámbito estatal» no podrán optar a cargos internos o públicos en Podemos. Tras el argumento de cubrirse de posibles arribistas se esconde una herramienta que en la práctica permite arremeter contra quien el Consejo de Garantías desee, órgano por supuesto en manos del equipo promotor. Los proyectos anticapitalistas forman parte de la pluralidad de Podemos tanto como el equipo de Pablo Iglesias y no hay razón para cargar contra ellos en abstracto.

Como resultado del proceso organizativo el liderazgo del equipo promotor se ha fortalecido y consolidado pese al desgaste en las bases. La falta de estructura substituida por el peso discursivo mediático y la actitud confrontativa frente a la pluralidad de las bases ha ido generando cada vez más críticas, aunando a sectores que defienden un proyecto con mayor protagonismo de los Círculos. Sumando Podemos, la candidatura de Teresa Rodríguez y Pablo Echenique entre otras, logró bastante repercusión mediática pero fundamentalmente una buenísima acogida entre los sectores activistas de Podemos.

Anticapitalismo comprometido

Sin dejar de reconocer la importancia de la fuerza mediática y comunicativa de Pablo Iglesias, la línea estratégica y de construcción interna de Podemos no ha sido muy sensible a la pluralidad y diversidad de ideas que rezan los estatutos. A las organizaciones dentro de Podemos, más que cuestionar aspectos concretos, se las ha estigmatizado por el simple hecho de existir y se las ha metido a todas en el mismo saco sin distinciones. Pese a ello, sectores anticapitalistas son parte integral de este proyecto desde su inicio haciendo importantes aportaciones. En muchos lugares ha sido la militancia de la izquierda radical la que inicialmente ha trasmitido las herramientas más básicas de la democracia directa o asamblearia (dinamización de asambleas, grupos de trabajo) a personas que nunca habían participado de espacios similares. Asimismo dicha militancia ha contribuido a la estructuración de los Círculos y a la interpretación de los conceptos e ideas claves sobre las que nace este proyecto, como el empoderamiento ciudadano y las propuestas programáticas. Por otra parte, el anticapitalismo en Podemos ha defendido en general la adopción de mecanismos enfocados a la formación de un liderazgo plural con mayor peso de las bases en la toma de decisiones y el control de los cargos. También ha generalizado ideas rupturistas no solo a nivel programático (defendiendo el impago de la deuda, una radicalidad democrática, la salida del Euro y la Unión Europea o la defensa de la independencia de Catalunya para romper el régimen del 78, entre otras) sino también induciendo una visión proactiva de lo que significa hacer política, llevando a los Círculos a las luchas laborales, a las mareas, a los desahucios y movimientos como las Marchas de la Dignidad. La formación ideológica y política o en materias de estudio y análisis relacionadas es otro aspecto clave que las personas experimentadas y organizadas han aportado a las bases, como pueden ser la profundización sobre el origen de opresiones como la que sufren las mujeres o las personas LGTBI. Todo ello ha llevado al empoderamiento de los y las nuevas activistas en los Círculos en armarlas de ideas y herramientas para su actividad y lucha, creando puentes entre el proyecto y los espacios de auto-organización de la sociedad. Esto se ha visto por ejemplo en la implicación de muchos Círculos en las movilizaciones de las Marchas de la Dignidad o las que exigían un referéndum sobre la monarquía.

Organizándonos nos fortalecemos

El papel de las organizaciones en un plano más amplio es diverso, como espacios generalmente más sólidos y constantes frente a las dinámicas fluctuantes y cambiantes de los movimientos. En muchos casos personas activistas se ven arrastradas por las fuertes subidas y bajadas de los movimientos hasta llegar a dejar de participar activamente si el movimiento se diluye.

Las organizaciones mantienen viva todas esas experiencias de luchas y activistas del pasado y el presente para intentar evitar cometer los mismos errores, conectando nuestro quehacer político con el hilo rojo de la historia. En este sentido, la actividad propia de las organizaciones permite generalizar y actualizar herramientas de análisis al servicio de la transformación social. Contar con el análisis de personas que comparten una visión similar de como cambiar la realidad, ya no sólo a nivel local sino estatal e internacional, facilita una diagnosis mucho más matizada, otorgando la posibilidad de desarrollar una estrategia eficaz en el día a día. Y en sentido inverso, las personas activistas aportan sus ideas, propuestas y experiencias a la organización donde son compartidas y generalizadas.

A nivel estratégico, la intervención coordinada de los y las activistas organizadas partiendo de un examen matizado y colectivo se suele traducir en propuestas bien trabajadas y con proyección. Se trata de una cuestión práctica. Dado que a la hora de tomar las decisiones se plantea la necesidad de intervenir simultáneamente en muchos frentes y espacios a diferentes niveles, las organizaciones permiten incidir colectivamente en todo ello y reforzar cualquier propuesta, actividad o movilización que se considere prioritaria.

La extensión de Podemos es enormemente positiva para crear redes y nexos entre activistas fortaleciendo el reconocimiento mutuo de todas las personas que conforman la unidad popular dentro y fuera de nuestras filas. Es necesario que las ideas más avanzadas de este intelectual colectivo que es la organización se materialicen en propuestas concretas que puedan ser impulsadas tras ser modificadas y aprobadas democráticamente en las asambleas, implicando en todo este proceso al colectivo.

Un polo anticapitalista para vencer

Partiendo de la premisa de que es necesario articular de forma independiente y a diferentes niveles las visiones críticas con el modelo «populista de izquierdas», la pregunta que cabe formularse ahora es ¿qué tipo de organización necesitamos dentro de Podemos? Lo primero que hace falta es avanzar en la construcción de una corriente de opinión de mínimos que defienda un Podemos desde abajo como pudo ser en su momento Sumando Podemos. La poca voluntad del equipo de Pablo Iglesias de dialogar con sectores que manifiesten críticas a su modelo y estrategia podría superarse consolidando y extendiendo estas redes.Pero esto no es suficiente. El anticapitalismo tiene el reto de dotar de coherencia y consistencia a las estructuras y propuestas de cara a fortalecer el papel rupturista del proyecto frente al posibilismo, el regeneracionismo «responsable» y el pactismo. Para ello es necesario mirar más allá de los límites de las organizaciones existentes. De nuevo un gran acierto de Podemos ha sido no partir de sumas de siglas condenadas en muchas ocasiones al bloqueo burocrático y la inoperatividad. Deberíamos recoger este testigo en la formación de dicho espacio anticapitalista planteando su configuración en base a ideas y propuestas prácticas ligadas a la realidad de su construcción en el marco de Podemos y a una unidad de base abierta de activistas anticapitalistas, antes de obsesionarnos en qué siglas deben tener cabida dentro.

Es necesario entender Podemos como una herramienta y no como un fin en sí mismo. Una herramienta con ciertas utilidades en el contexto concreto y no otras. La voluntad de representar mayorías asumiendo las ideas conservadoras y opresivas (contra las mujeres, las personas LGTBI, las personas migradas o las minorías étnicas) impuestas por el sistema agudizan la búsqueda de salidas tecnocráticas. Asimismo, la dinámica puramente institucional puede alienar a personas comprometidas que podrían acabar por defender la política del «mal menor».

Compartimos como objetivo la consecución de los derechos humanos y la justicia social, la protección del medio ambiente, luchando contra todas las opresiones, apostando por la auto-emancipación de las clases populares. Solo personas reales dispuestas a cambiar el mundo cambiándose a sí mismas, implicadas en cada barrio y especialmente en los centros de trabajo, pueden implementar un programa de transformación profundo que logre contar con el apoyo de la mayoría social progresista. Podemos puede ser una gran herramienta para articular la unidad popular. Respondiendo a la necesidad de empoderar las bases (formar e informar) y avanzar en la creación de un liderazgo colectivo, las condiciones están dadas para impulsar un espacio de unidad anticapitalista que siga agrandando la brecha de ese cambio profundo. En definitiva, es urgente construir la unidad anticapitalista en Podemos y apoyar activamente las luchas sociales llevando al máximo de personas a las huelgas y movilizaciones como el único camino para lograr nuestras metas y dibujar nuevos horizontes.

Nota:

1 Para un análisis más profundo sobre la visión estratégica del grupo de Pablo Iglesias, ver: Casanga, Franco, 2014: «Poder político, gobierno y podemos», La Hiedra, núm. 10, septiembre 2014. Disponible en: http://tinyurl.com/kpddloz

Diego Mendoza (@diegomenlluita) es miembro del Consejo Ciudadano del Círculo de Podemos en La Línea de la Concepción (Campo de Gibraltar) y militante de En lucha / En lluita

Fuente: http://lahiedra.info/militancia-anticapitalista-empoderando-podemos-desde-la-base/