…al Tinto y al Ayatollah Hoy en la mañana pasé a ver a Wilfredo, que junto a otros hermanxs de mi iglesia y amigxs, así mismo como asistieron a actividades de la Jornada contra la Homofobia, fueron ayer a la Marcha. Me cuenta alegre, como en ocasiones anteriores, que la misma transcurrió sin ninguna dificultad […]
…al Tinto y al Ayatollah
Hoy en la mañana pasé a ver a Wilfredo, que junto a otros hermanxs de mi iglesia y amigxs, así mismo como asistieron a actividades de la Jornada contra la Homofobia, fueron ayer a la Marcha. Me cuenta alegre, como en ocasiones anteriores, que la misma transcurrió sin ninguna dificultad «de forma ni contenido», ni había ambiente enrarecido. Como también tengo testimonio q transcurre la Jornada. La alegría de siempre. Al final se produjeron los incidentes y detenciones ante la orden de que la marcha no continuara por el Malecón. Cierto que en esos sucesos al final de la Marcha, estaban personas ajenas o no a la comunidad LGBTIQ, q son notorios por sus posiciones frente a la Revolución. Pero es repudiable y poco inteligente q las autoridades actúen de esa manera . De lo contrario q nos expliquen lo sucedido.
Al final lo que queda en medios y redes son las imágenes de los altercados y detenciones y no de la alegre marcha y la alegre fiesta de la Jornada a la q se sumaron muchxs participantes de la primera sin ningún antagonismo.
El camino desacertado para mi comenzó con las «opacas» explicaciones de la suspensión de la Marcha tradicional, que nos deja a revolucionarixs, con argumentos que no satisfacen el sentido común, ni lugar ni tiempo para canalizar otras opiniones; y sobre todo la desacertada práctica de suspender cuando la contrarrevolución quiere ocupar el lugar que ocupan mayoritariamente los revolucionarixs, incluidos gays y lesbianas y todxs los que gritamos año tras año, incluido Alba, mi hija, ¡REVOLUCIÓN de todos los colores!
No olvidemos que la historia bíblica recuerda con tristeza el encierro a puertas cerradas de los once díscipulos por temor a los q habían capturado y ejecutado a su líder, Jesús de Nazareth, mientras las mujeres y la mamá de Jesús estaban al pie de la cruz. No olvidemos que Fidel se situó en el mismo vórtice de la asonada del 5 de agosto de 1994.
El problema de fondo es que algunxs desde sus responsabilidades y la difícil tarea de orientar en medio de complejidades, adversidades y agresiones, parecen tuertos al mirar la historia nacional y reciente, y no se dan cuenta que este pueblo, entre ellxs, muchxs de los que tienen una orientación sexual distinta a la hetero homo afectiva que comparto, no es amateur cuidando su Revolución. Esta imperfecta pero apasionante obra, que no tiene otra que profundizar sus contenidos de derechos para todxs, como ha sido su empeño en todos estos años años, aun lo pendiente.
En esta hora, ante los procesos de globalización del neoconservadurismo, de la salida al ruedo político también en la isla del fundamentalismo religioso evangélico, y ante los q quieren instrumentalizar la agenda de derechos para sus posturas frente a la Revolución, en esta hora, repito, hay varias agendas con notorios avances y pendientes, que no pueden aparecer como si estuviesen por fuera del campo de batalla de lxs revolucionarixs, y que da lugar, entre otras cosas, a la construcción de un imaginario de que el Partido y el Gobierno son la retranca.
Sería oportuno que nuestra dirección política y gubernamental, como en otras ocasiones, reafirme o ratifique de manera tácita y tajante que la causa por erradicar toda la carga pesada que significa aun el racismo entre nosotrxs, que la causa por una educación y una sociedad libre de transfobia, que la causa por el cuidado de la naturaleza, siendo causas de la Revolución, continuarán siendo centrales y sustantivas en la agenda política y las luces q orientan cambios y transformaciones. Y a ello nada ni nadie se puede interponer o interferir. Sea quien sea. Y que esas causas y aspiraciones, son causas a la q todxs debemos ser convocadxs, que son causas a las que todxs nos autoconvocamos, y que cuentan con gladiadores y gladiadoras en la ciudadanía, en los colectivos, en las comunidades, en
la organizaciones de la sociedad civil, en el Partido, en el gobierno y el Estado. Todxs. Independiente a quien amamos y con quién nos vamos a la casa y a la cama.
Recordemos, ahora que regresan adversidades, que en los años más duros del período especial, este pueblo demostró su capacidad y compromiso para la sobrevivencia y para la defensa de la Revolución. Repito, en ello no somos ni hemos sido novatos ni amateurs.
Este pueblo fue solidario ante el art.68. «Pero tienen derecho» era la común reacción, aun cuando no comprendían por atabismos culturales a desterrar.
Es cierto que los q estaban en contra tuvieron altavoces en el fundamentalismo evangélico que de manera inédita se hizo presente en la política doméstica. Y aunque hay q reconocer que miles de cubanxs han encontrado sentido de vida en estas doctrinas y prácticas, no es el dogma y la condena lo que sustenta a la mayoría donde también hay creyentes: es la compasión y la solidaridad, a ella hay que apelar con el trabajo de educación ciudadana y popular, puerta a puerta, corazón a corazón. Es la única manera de completar lo que falta.
Finalmente, reconozcamos que las donaciones son gratuitas, las conquistas no, que el conflicto y las contradicciones y los enfrentamientos seguirán presentes, son parte del sueño que queremos construir a contramano y que viviremos en la tensión entre los derechos proclamados, sus concreciones, sus garantías y el criterio único que nos orienta en esta batalla desigual: la afirmación de la Vida Plena, el bien común, la soberanía popular y nacional, todos los derechos para todxs, el empeño por «saciar el hambre de pan y de belleza», la mayor suma de felicidad para todxs. Y para mí eso es + socialismo.
Y en medio de ello, ejerceremos, complejamente, el ejercicio de la libertad de expresión, ejerceremos la libertad de creencias, de practicar el culto de nuestra preferencia, y en nuestros centros religiosos, predicar la doctrina de nuestra elección.
Pero en la calle, laica, ese lugar de todos y todas, la justicia, ese sol del mundo moral, será la rectora.