«Ofrecían el aspecto de siempre, pero detrás de ellas se estaba preparando tal vez un nuevo periodo de la historia.» Los cuatro jinetes del apocalipsis. Vicente Blasco Ibañez. Es necesario cambiar el punto de vista, de lo contrario ponemos delante aspectos que no se corresponden con sus intereses intrínsecos. La estadounidense Yohani sánchez que vive […]
«Ofrecían el aspecto de siempre, pero detrás de ellas se estaba preparando tal vez un nuevo periodo de la historia.» Los cuatro jinetes del apocalipsis. Vicente Blasco Ibañez.
Es necesario cambiar el punto de vista, de lo contrario ponemos delante aspectos que no se corresponden con sus intereses intrínsecos.
La estadounidense Yohani sánchez que vive en Cuba trabajando para la embajada de su gobierno en La Habana, se queja de que no tiene libertad. Lo dice desde allí mismo a través de los medios periodísticos comandados por los gobiernos al servicio de Estados Unidos. Yohani tiene varios sueldos por hablar mal de Cuba: hay una partida millonaria del presupuesto nacional de su gobierno destinado ha pagarla a ella y a otros tantos por lanzar campañas contra Cuba, además cobra del periódico El País, en España; no entramos en más detalles de lo que supone su promoción internacional para premios y otros enjuagues como entrevistas falsas o invención de accidentes, persecuciones y actos políticos inexistentes que tras descubrirse dejan más al descubierto el interés que esconde.
Ese interés del gobierno yanquí defiende el bloqueo contra el pueblo cubano y las otras guerras que su imperio tiene declaradas por el mundo: le gustan los invasores; recuerdo la serie de hace años titulada Los invasores, que eran, ni más ni menos, extraterrestres con piel de serpiente, que invadían el planeta Tierra y se recubrían con piel humana y se presentaban con el aspecto de un ser humano, hombres, mujeres, e iban gobernando el mundo paso a paso: asesinato tras asesinato, invasión tras invasión, genocidio más genocidio. A yohani, le gustan los invasores. Por eso en sus artículos, en todos y cada uno de ellos, sólo ataca a Cuba. Oculta la realidad como ella misma se oculta. Descendiendo a tierra,que El País la ponga en primera página significa que les va mal a los invasores, porque echar mano de un modo tan absurdo de la tal yohani, cuyo nivel publicitario es tan sumamente malo inventando asuntos personales, huelgas de hambre inexistentes, encierros masivos que no se han producido y se niega por si mismo,… que cuando dice que no tiene libertad uno piensa con sonrisa irónica si se refiere a estados unidos y es por eso por lo que se queda a vivir en Cuba. Es tan esclava de su sueldo que hace malabares para elevar la imagen de ese otro súbdito, el agente carromero, que en su afán por conducir un coche, sin tener carnet por las muchas sanciones, abatió dos de sus propios compinches y de una sola vez. Del carro tiran las mulas del régimen monárquico español, y por extensión las mulas del régimen imperial. Las-los mulas son quienes ocultan bajo la piel humana los males que destrozan la vida de la gente trabajadora.
Llama la atención, es irrisorio, que el periódico que hace unos años se autotitulaba diario independiente y ahora bajo el nombre El País pone El periódico global en español (que curioso El País global), emplee a la estadounidense, los invasores, para hablar mal de quienes no se ha dejado invadir. Miren lo que aparece en El País (global) debajo del punto final de yohani: Fidel Castro contrató ex nazis; sí, cualquiera diría que vienen de otro planeta a invadirnos la cabeza y robarnos el sentido de la realidad, quizás la primera prueba periodística esté en que compraron El País global. Ofrecían el aspecto de siempre, pero detrás de ellas se estaba preparando tal vez un nuevo periodo de la historia, por eso, es necesario que se cambie el punto de vista, de lo contrario ponemos delante aspectos que no se corresponden con sus intereses intrínsecos.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.