En estos momentos lo único que cabe es mandar un abrazo: quizá fuéramos los últimos del mundo en enterarnos de la enfermedad, pero inmediatamente nos sumamos a la legión de preocupados por el comandante y a la otra, no menor, de los que queremos que todo vaya bien y para todos. Y sentidnos cerca, porque […]
En estos momentos lo único que cabe es mandar un abrazo: quizá fuéramos los últimos del mundo en enterarnos de la enfermedad, pero inmediatamente nos sumamos a la legión de preocupados por el comandante y a la otra, no menor, de los que queremos que todo vaya bien y para todos. Y sentidnos cerca, porque estamos ahí, en Cuba, atentos a lo que pasa y caminando con vosotros. Es lo que ocurre con los amigos, que se meten en el corazón y lo de unos es como si fuera propio. Así estamos nosotros.