En las últimas semanas se ha hablado mucho de las intenciones de ETA. El comunicado del 10 de enero era el objeto de valoración y debate más reciente hasta el día de hoy. En esta entrevista realizada por GARA, ETA detalla sus reflexiones, objetivos y compromisos. Está realizada en euskara, pero por su valor periodístico […]
En las últimas semanas se ha hablado mucho de las intenciones de ETA. El comunicado del 10 de enero era el objeto de valoración y debate más reciente hasta el día de hoy. En esta entrevista realizada por GARA, ETA detalla sus reflexiones, objetivos y compromisos. Está realizada en euskara, pero por su valor periodístico se ofrece también la traducción íntegra al castellano.
Se habla mucho de la oportunidad que existe para superar el conflicto en Euskal Herria. Pero, ¿cuál es la fotografía que hace ETA del país?
Es conocido que nuestro objetivo es una Euskal Herria libre y socialista y que luchamos para lograrlo. Hoy, podemos decir que vemos más cerca que hace unos años un Estado independiente, aunque aún habrá que trabajar y luchar mucho. Por otra parte, vemos un pueblo que construirá en libertad su futuro, que recorre su camino hacia la independencia. Sin embargo, quienes dividieron Euskal Herria, y sus sucesores, han llevado a cabo un enorme trabajo para destruir la identidad de nuestro pueblo. Los valores del capitalismo están muy vivos en el devenir diario. Y, en nuestra opinión, los actuales gestores de esa Euskal Herria dividida son los principales responsables de esa situación.
¿Cuáles son los principales problemas que detectan?
Las principales necesidades de nuestro pueblo son las que los gestores de las actuales instituciones y los caciques que gobiernan en Euskal Herria no quieren resolver.
¿Cómo no se dan cuenta de los serios problemas estructurales que hay en Euskal Herria? Por ejemplo, el de la oficialidad del euskara; estando su futuro en manos de personajes como Sanz o de Lasserre, nuestra lengua está condenada a morir. Basta con repasar las encuestas sociolingüísticas en los siete territorios para hacerse cargo del oscuro futuro del euskara. Y, ante esa situación, en el mejor de los casos se limitan a poner falsos instrumentos para tranquilizar o desactivar a la sociedad. Ese no es el camino.
¿Y los trabajadores vascos? Su situación es inaceptable. Condiciones de trabajo, precariedad absoluta… Por ejemplo, en Euskal Herria los accidentes y muertes de trabajadores se han convertido en el pan de cada día. En ese sentido, los poderes públicos y los empresarios vascos tienen una responsabilidad que no pueden ocultar. Mientras la patronal condena a muerte a los trabajadores, los caciques políticos del PNV sólo piensan en cómo ocultar sus bienes a los ciudadanos. Situando en la centralidad política sus largas listas de casas de verano, invierno y vacaciones. Mientras tanto, hacen oídos sordos a las reivindicaciones y llamamientos de todos los sindicatos, ¿y así hasta cuándo? ¡Euskadi Ta Askatasuna pregunta qué harán para acabar con esa opresión!
Por otra parte, está la grave situación de Lapurdi, Zuberoa y Baxe Nafarroa. Ipar Euskal Herria no cuenta con una estructura institucional propia. Así, en beneficio de París, el proyecto 2×2, el Tren de Alta Velocidad u otros proyectos gigantescos similares son el futuro que nos dibujan. Pero el problema básico no es que esos proyectos no sean convenientes a nuestro entender para Euskal Herria, no, no es ésa la principal cuestión, el problema es ver cómo lo están haciendo. Sin ninguna vergüenza, están imponiendo a nuestro pueblo proyectos que condicionan el futuro de Euskal Herria. Esos que se llenan la boca con palabras como democracia o participación ocultan a la sociedad qué quieren hacer y por qué quieren hacerlo.
Las actuales instituciones actúan dando la espalda a los problemas de los ciudadanos. Los ciudadanos sólo pueden recibir información de esos proyectos gracias a las plataformas populares, porque los ideólogos de esos proyectos también los ocultan. Tal y como hicieron con la Central de Boroa y el pantano de Itoiz. También toda esa destrucción se realiza contra la voluntad de los ciudadanos.
Son situaciones originadas por la opresión, negación y partición de Euskal Herria. Hoy, nuestro pueblo no cuenta aún con los instrumentos de poder y soberanía necesarios para construir y organizar su futuro. En cambio, quienes gestionan las actuales instituciones, trabajan a diario para convertir en definitiva la situación de negación y partición de Euskal Herria. Sólo queremos decirles una cosa. ¡Que abandonen esa política de imposición y pongan en manos de los ciudadanos todos los mecanismos democráticos, para que entre todos construyamos el futuro de nuestro pueblo!
En torno al proceso, sobre el bloqueo y llamamiento a la sociedad vasca
Se habla mucho sobre el proceso… pero, ¿cuál es la razón que les lleva a sostener o a poner en marcha un proceso ahora? ¿Por qué dice ETA que se dan las condiciones para llevar a cabo un proceso?
Han transcurrido dos años desde que tuvieron lugar varios acontecimientos en el Estado español. A partir de ahí se fijó un nuevo inicio.
Para empezar, los ataques armados del 11-M en Madrid acabaron con ocho años de gobierno de Aznar y el PSOE llegó al poder. Eso provoca un cierto cambio y, siguiendo con la lectura que hacíamos entonces, al analizar cómo afectaría ese cambio al conflicto que padece Euskal Herria, preveíamos que iría en función de la voluntad de los nuevos líderes del PSOE. Este fue uno de los factores.
Por otra parte, las declaraciones del PSOE y el «talante» de Zapatero reflejaban voluntad para cambiar. Así, ETA entiende que hay intención de poner en marcha un segundo proceso de reforma en el Estado español. Podíamos interpretar que esa reforma traerá la resolución definitiva del conflicto entre Euskal Herria y el Estado español.
Y, por supuesto, porque había un compromiso por ambas partes de que se daría una distensión, como requiere cualquier proceso de resolución. No entraremos en detalles, pero nos referimos a eso cuando decimos que el Estado español no ha cumplido sus compromisos de alto el fuego.
Pero hemos escuchado muchas cosas en torno a las conversaciones entre ETA y el Estado español. ¿Qué opinan de todas esas filtraciones?
Nosotros hemos reiterado nuestra firme voluntad. Hemos valorado y manifestado permanentemente que la solución del conflicto llegará por medio del diálogo y la negociación.
¿En qué situación está el proceso en opinión de ETA?
¡En marcha! Pero, ¿qué entendemos por proceso? En primer lugar nos gustaría responder a esta cuestión. En Euskal Herria hay quien tiende a desvirtuar algunos términos, especialmente los políticos que no tienen voluntad de cambiar las cosas. Proceso igual sólo a paz, proceso igual a la desaparición de ETA… muchos han tratado de hacernos escuchar o creer eso. Pero se equivocan.
Tal y como manifestamos en marzo de 2006 (y reiteramos posteriormente), para nosotros el proceso consiste en construir un marco democrático para Euskal Herria y en dar la palabra y la decisión sobre su futuro a los ciudadanos vascos. Es decir, lo que cada agente ofrecemos y aportamos para ello. Nosotros tenemos claro que hemos puesto, y que estamos dispuestos a poner, toda nuestra voluntad y una serie de iniciativas, ¿están dispuestos el Gobierno español y los principales agentes políticos de Euskal Herria para recorrer ese camino?
Hoy no tenemos motivos para ser optimistas, pero reafirmamos esos objetivos. Y confirmamos la firme voluntad de ETA de dar pasos que alimenten y blinden ese proceso. Los compromisos de ETA son firmes, pero que nadie se engañe, nuestro compromiso es con un proceso que dé una salida democrática verdadera al conflicto.
¿Significa eso que en este momento está bloqueado?
Sí, el proceso continúa en una situación de bloqueo, ¡porque el Gobierno español no ha escuchado lo que le dice el pueblo! Porque el Gobierno español no ha actuado con madurez ante el gesto de ETA.
La situación de bloqueo se agrava si se niegan a profundizar en la negociación y a dar pasos. Es muy simple, ¿verdad? En ese sentido, el Gobierno español tendrá que decidir si cierra la puerta a un proceso de resolución del conflicto o si apuesta por dar una salida política a un largo conflicto.
Se está extendiendo una convicción: ahora sí, si hay proceso tendrá que ser sobre unas bases más firmes y una nueva dinámica, porque con la actitud demostrada hasta ahora por el Gobierno español y por agentes como el PSOE y el PNV no se puede construir un proceso serio. Hay que cambiar esas actitudes.
Es momento de actuar con responsabilidad política. No es tiempo de incurrir en ingenuidades. Lo estamos diciendo una y otra vez. La sociedad vasca sabe perfectamente que las llaves para resolver el conflicto son la territorialidad y el derecho a decidir. El debate político está situado en esos parámetros, así que hay que abordarlo.
Insistir ahora en las peticiones de condena o en debates sobre el derecho a defenderse de este pueblo es eludir el verdadero debate. No tiene otra intención.
¿Y qué es lo que ETA pide a lo agentes sociales para que se desbloquee esta situación?
Queremos dirigir nuestro primer llamamiento a todos los ciudadanos, para que se levanten ante los ataques que sufre nuestro pueblo y para que insten a los partidos políticos a que actúen con la responsabilidad que les corresponde. A fin de cuentas, el principal activo para la resolución del conflicto son los ciudadanos vascos, y a los partidos les toca encauzar la voluntad popular y trabajar para que el derecho de decidir de los ciudadanos vascos quede garantizado.
Queremos dirigir nuestro segundo emplazamiento a los medios de comunicación. Para que no echen más leña al fuego del conflicto, para que dejen de dar cobertura a salidas policiales y apoyen una verdadera solución democrática y negociada.
Y, por último, queremos expresar nuestra admiración a todas las personas que trabajan a diario a favor de un cambio de modelo para este pueblo: a todos los ciudadanos, asociaciones de barrio, universidades, escuelas, centros de trabajo y mo- vimientos populares.
Sobre el atentado de BARAJAS y el concepto de alto el fuego permanente
Afirman que el proceso, en general, avanza. ¿Es entonces el proceso de negociación lo que está bloqueado? ¿Por qué decidieron llevar a cabo el atentado de Barajas?
Barajas fue una acción armada de respuesta a los ataques permanentes del Gobierno español. ETA manifestó en agosto que si seguían los ataques contra Euskal Herria respondería, y así lo hicimos el 30 de diciembre. Por medio de esa acción, ETA dio una respuesta directa a la actitud mantenida por el Gobierno español durante ocho meses. Hasta aquel momento, y aún hoy, el Gobierno español no ha respetado sus compromisos de alto el fuego y tampoco ha mostrado una intención clara de cumplir esos compromisos.
Con la acción de Barajas ETA intenta reconducir el proceso, y envía un mensaje claro al Gobierno español, para que reflexione: que es necesario respetar los compromisos para que pueda desarrollarse un proceso de resolución del conflicto, que debe desactivar la maquinaria represiva que mantiene contra Euskal Herria, y que debe dar pasos firmes a favor de un proceso que respete los derechos de Euskal Herria.
En este sentido, con esa acción ETA no ha roto nada, nuestra intención ha sido la de influir para que el proceso avance con bases más sólidas.
Muchos han dicho que ETA, con esa acción, ha roto un código no escrito, porque la llevó a cabo sin avisar que iba a romper el alto el fuego. Que, de cara al futuro, el concepto mismo de alto el fuego ha perdido valor, porque ha perdido credibilidad…
No en nuestra opinión. No hemos perdido un ápice de credibilidad. Todo el mundo sabe que lo que da credibilidad en un proceso de negociación es respetar y cumplir los acuerdos alcanzados en la mesa de negociación. Lo que da credibilidad es dar pasos que sean coherentes con un proceso de resolución del conflicto, dar pasos firmes que alimenten el proceso. La principal garantía del proceso es cumplir los compromisos alcanzados en la mesa de negociación y dar pasos acordes a ello.
Con el transcurso de los meses, la credibilidad del Gobierno español se ha ido desmoronando. El PSOE ha ido perdiendo la poca credibilidad que podía tener ante la ciudadanía vasca. Con su práctica política ha ido perdiendo la legitimidad que podía tener de cara a desarrollar un proceso de resolución ante Euskal Herria.
ETA puede confirmar que ha cumplido todos sus compromisos durante estos meses. El Gobierno español no puede decir lo mismo. En ese sentido, nosotros entendemos cualquier alto el fuego desde un punto de vista bilateral. No hay alto el fuego unilateral. No se puede construir un proceso de paz sólo con los pasos y la voluntad de una parte, es imprescindible que los compromisos sean bilaterales.
Es más, repetiremos una ecuación que cualquiera puede entender: que no ataquen a Euskal Herria, que no creen medidas criminales contra los Presos Políticos Vascos, como por ejemplo la doctrina Parot. Que no impongan juicios y castigos contra los ciudadanos vascos, como son los casos de Iñaki De Juana, del juicio contra la juventud vasca e infinidad de ejemplos que podríamos poner para describir el estado de excepción que sufre nuestro pueblo. Que desaparezca todo esto y ETA no tendrá necesidad de responder.
Desde muchos ámbitos se les ha instado a mantener los compromisos del 24 de marzo. ¿Qué responden a esto?
ETA confirma hoy todos los compromisos del 24 de marzo. Es más, si desaparecen los ataques contra Euskal Herria, en ese contexto tenemos la disposición absoluta de tomar compromisos firmes con un escenario de ausencia de violencia, desactivando incluso la opción de respuestas puntuales en una situación de alto el fuego.
Sobre el futuro, el margen de Zapatero y la actitud del PSOE y del PNV
En Madrid especialmente (pero también algunas voces en Euskal Herria), dicen que el Gobierno de Zapatero se ha quedado sin margen. Y aluden a la enorme ofensiva del PP. ¿Qué opina ETA sobre esta cuestión?
El Gobierno de Zapatero, si quiere, tiene todo el margen del mundo. Aun más, margen y capacidad. La cuestión, sin embargo, es si tiene voluntad y decisión política para dar una salida democrática al conflicto. Que no desvíen el debate.
Pero hasta ahora han dibujado el camino contrario, y eso ha restado margen no al Gobierno español, sino al desarrollo del proceso. Si no se dan pasos valientes para alimentar el proceso, si el proceso no se llena de contenido político, se le cierran espacios, y ésa es la situación que se ha creado, porque el Gobierno español lo ha llevado ahí. Han colocado como límite la Constitución española.
En 1978 se impuso una situación concreta a este pueblo. La izquierda abertzale adoptó la opción de luchar contra ese marco político impuesto, y por medio de la lucha hemos logrado traer a nuestro pueblo hasta este día y este momento aun en medio de una situación de opresión. Hemos llegado aquí por medio de la resistencia. Ahora todos aceptan que hay que dar una salida política y negociada al conflicto, y que esa salida política debe traer un cambio del marco político impuesto. La necesidad de construir un marco nuevo y democrático es una idea ya asumida.
Es más, aunque se mantienen las resistencias de los inmovilistas a reconocer los derechos de Euskal Herria, el debate entre los partidos políticos está situado en ese terreno. Eso es positivo, porque hemos logrado abrir ese escenario, el escenario del cambio político, y el debate sobre el marco jurídico-político que necesita Euskal Herria.
Habiendo llegado a esa situación, los sectores populares no van a aceptar ningún proceso que mantenga los mismos límites de la Constitución rechazada en 1978. Eso supondría perpetrar un fraude a 30 años de lucha y cerrar las puertas al futuro de Euskal Herria. El proceso debe retirar esos límites políticos y plasmar el cambio político. Debe servir para pasar de una situación antidemocrática a otra democrática.
Ahora viven un conflicto de Estado. Y tendrán que enfrentarse a ello. Deberán realizar la transición que no han hecho en todos estos años.
El PSOE y el resto de partidos que se consideran a sí mismos progresistas tienen una responsabilidad especial en la democratización del Estado español, y no sólo responsabilidad, sino necesidad y obligación. Esa es la principal asignatura pendiente del Estado español. Y eso pasa por dar una salida política, democrática y negociada al conflicto que mantienen con Euskal Herria.
Está en manos del Gobierno español.
Pero muchos afirman que sí hay opciones… que las condiciones para solucionar el conflicto están dadas.
Perfecto, ¿y qué dicen acerca de los ataques permanentes que dirigen contra Euskal Herria y, en general, contra los ciudadanos? ¿Y sobre la salvaje actuación de la Policía Autonómica española en las manifestaciones? ¿Sobre las detenciones, torturas y demás? Nosotros nunca hemos ocultado nada. Hemos expresado claramente, tanto al conjunto de la sociedad vasca como al Gobierno español, dónde están las claves para solucionar el conflicto.
¿Puede alguien pensar que podemos dar pasos para resolver el conflicto manteniendo a una opción política en la ilegalidad? No, ¿verdad? Por supuesto que no. ¿Y con la vergonzosa actuación del PNV con ETA en alto el fuego durante un año? ¿Enviando a la Ertzaintza a la caza del ciudadano vasco como si fueran perros rabiosos? Este pueblo ni merece ni necesita una policía así. Será necesario abordar ese debate. Pedimos a los responsables de esa salvaje represión que asuman su propia responsabilidad. Esta no es la aportación que debe hacerse al proceso.
Y nos hablan sin mucha vergüenza de la irreversibilidad del proceso. ¡Incluso lo exigen! Para hacerlo irreversible hay que actuar con mucha responsabilidad, es preciso tomar decisiones políticas valientes y profundas.
¿Y no se están dando pasos, como la decisión del Gobierno español sobre Iñaki de Juana?
Lo que han hecho con Iñaki y, en general, lo que están haciendo con los presos políticos vascos puede resumirse en una palabra: chantaje. Como hemos dicho antes, el Gobierno español ha entendido mal el proceso. Su objetivo ha sido empujar a ETA a una negociación técnica y las cosas le han salido mal. Ha querido utilizar a los presos como moneda de cambio en la negociación con ETA. Así interpretamos las sentencias contra Iñaki, la creación de la doctrina Parot y tantas medidas de excepción.
Pero la lucha popular ha conseguido traer a Iñaki a Euskal Herria. Y la lucha de todos logrará cambiar su política hacia el Colectivo de Presos.
En cambio, por parte del Gobierno se ha tratado de un gesto que se han visto obligados a hacer ante una situación creada por ellos mismos. Un gesto que ha llegado tarde. E insistimos, un gesto que se han visto obligados a realizar. No debemos olvidar (aunque lo estén ocultando) que han condenado a Iñaki por escribir dos artículos de prensa, ¿y cómo? El ex ministro de Justicia español dijo bien claro que construirían pruebas para que Iñaki fuese condenado. Y sabemos bien que contra los luchadores vascos vale todo. Que se inventan pruebas en las comisarías o en la Audiencia Nacional española. Y así es. Esas medidas se enmarcan en una situación represiva de excepción impuesta al Colectivo. Así que, ¿dónde está el gesto? Ahora llaman gesto a la necesidad de hacer algo provocado por una decisión tomada con anterioridad.
¿Y qué opinan del nuevo ministro de Justicia español?
Nosotros no entramos a juzgar a una persona. Pero sí a juzgar las actuaciones propias de su responsabilidad. Y lo cierto es que las últimas declaraciones nos han dejado de piedra. El actual ministro parece cortado por el mismo patrón. Ya se verá. Pero insistir en la ilegalización de Batasuna, empecinarse en la persecución político-judicial contra la izquierda abertzale de cara a las elecciones no es un buen síntoma. Su actuación se sitúa en una estrategia de Estado y así interpretaremos todas sus iniciativas.
En Anoeta se destacaron dos carriles: uno que correspondía a partidos y agentes; y otro entre el Gobierno español y ETA. ¿ETA ha querido inmiscuirse en el «otro» carril? (algunos, como el PSOE o el PNV, han manifestado que ETA ha obstaculizado el acuerdo político).
Por supuesto que no. ETA no quiere entrar en responsabilidades que no le competen. El PSOE y el PNV utilizan como excusa esa acusación. Con la intención, a fin de cuentas, de eludir el debate sobre los contenidos políticos que deben clarificarse en el proceso. Es decir, para no responder a las claves políticas que nos llevarán a la solución. Pero lo propuesto en Anoeta es un esquema negociador que el pueblo ha asumido ya como propio, ese debate está ya superado.
Cuando se acusa a ETA de inmiscuirse, deberíamos acudir a la memoria histórica. No debemos olvidar que el actual marco político es resultado de un proceso de transición impuesto a Euskal Herria. ¿Y cómo? Con la implicación del Ejército español, y con la complaciente aceptación y apoyo de quienes formaron el bloque de la reforma.
Mantienen ese marco antidemocrático impuesto por la fuerza con el tutelaje de la Guardia Civil y de la legalidad española. La opresión política, la económica, la cultural y la militar de Euskal Herria persisten. ¡Eso es el `tutelaje’!
¿Y cómo llevar al PSOE a asumir ese contenido político? En apariencia, el PSOE prefiere hablar sólo de proceso de paz (primero la paz y luego ya veremos, o algo parecido).
Hasta ahora, el PSOE y el PNV han eludido ese debate, y para ello han utilizado todos sus medios. Han usado sus instrumentos represivos para debilitar la posición de la izquierda abertzale de cara al acuerdo político, han obstaculizado la negociación política y han estado ofreciendo salidas falsas a la izquierda abertzale.
Es esa visión y esa actuación la que ha llevado al proceso a la situación actual de bloqueo, porque están desvirtuando el sentido del proceso escondiendo el contenido político. Ese es el punto de vista que hay que superar, porque hemos visto que esa dinámica no hace sino alimentar el enfrentamiento. Y abordar ese contenido político debe permitir abrir una nueva dinámica, hacer posible un proceso de resolución del conflicto. Por ejemplo, sería significativo preguntarnos dónde están los socialistas vascos.
Se han referido al PNV. ¿Cómo valoran las reacciones suscitadas en el seno de este partido por la alusión en el último comunicado al «PNV de Imaz»?
Nosotros vemos que el PNV comparte la estrategia del Gobierno español. Imaz o Urkullu a veces han asumido la función de portavoces de los mensajes de La Moncloa, haciendo labor de vanguardia cuando ha sido necesario. Pero también somos conscientes de que dentro del PNV hay actitudes diferentes. Están quedando de manifiesto y eso es bueno para Euskal Herria.
Por eso decimos que el PNV de Imaz, también de cara a la negociación política, ha actuado con la misma estrategia de intentar realizar un nuevo fraude a Euskal Herria. Otro tanto en cuanto a la estrategia represiva, el PNV ha puesto a la Policía Autonómica española al servicio de la estrategia marcada por el Gobierno español. El PSOE y el PNV, cada uno según su función, han actuado con idéntica estrategia y posición política a lo largo del proceso. En los despachos de Ferraz y Sabin Etxea escriben una única estrategia, Rubalcaba en un lado e Imaz en el otro.
Tras esa unidad hay intereses muy grandes, los intereses económicos del PSOE y del PNV, proyectos económicos gigantescos que unen a ambos. Basta con ver cómo llegan a acuerdos en proyectos como el del TAV, impuesto y destructivo, o cómo se dan apoyo mutuamente en los presupuestos de Vascongadas y del Estado español. Entre medio hay mucha corrupción, lo conocemos bien. Detrás están sus coincidencias en torno al modelo de Estado español.
Es ciertamente vergonzosa, por otra parte, la polémica abierta en el seno del PNV en la disputa por las Juntas Generales. Pero la cuestión no radica ahí. ¿Quién no se ha preguntado cómo es posible tener tanto dinero y bienes? ¿De dónde? ¿Cómo? Muchas preguntas y pocas respuestas. Huele a podrido en el PNV. Han recogido los frutos de muchos años de gestión, sobre todo para llenarse los bolsillos. Siguen realizando una política repleta de corrupción, dando la espalda a las necesidades de Euskal Herria y a los intereses de los ciudadanos, sin desarrollar ninguna política po- pular.
Sobre el acuerdo político y la propuesta de la izquierda abertzale
¿Pero tendrá algo que decir ETA sobre el acuerdo político que se quiere alcanzar?
No, si ese diálogo político se da en condiciones democráticas. No, si no se ponen límites a ninguna opción política. No, si se dan las condiciones para que todos los ciudadanos podamos desarrollar en igualdad de condiciones la defensa y lucha de nuestro proyecto político. Pero hoy no ocurre así.
Lo que nosotros vemos es que para participar en esos diálogos políticos se ponen límites a Batasuna, que se niega a la izquierda abertzale el poder participar en igualdad de oportunidades en las negociaciones políticas. La mantienen en situación de ilegalización, a lo largo del proceso han sido permanentes los ataques contra su actividad, acabamos de ver el espionaje político contra su equipo negociador. ¿Qué condiciones son ésas para llevar a cabo una negociación política?
Es el PSOE quien sustenta esa situación y el PNV quien la acepta. El PSOE y el PNV ponen condiciones al diálogo por una parte (pidiendo condenas y otras cosas), y complementan esas peticiones con los ataques de la ilegalización.
Decimos claramente que el marco jurídico-político futuro de Euskal Herria debe ser acordado entre los agentes sociales, políticos, sindicales. Para ello creemos que debe construirse un acuerdo político. Les animamos a que lo hagan. No entendemos por qué, tras tantos meses, aún no han alcanzado ese acuerdo político. Precisamente cuando es ése uno de los factores principales que puede desbloquear el proceso. Y lo decimos con toda claridad: el pro- ceso está bloqueado, sobre todo porque entre los partidos no han alcanzado un acuerdo político, porque el PSOE y el PNV ponen obstáculos a ese acuerdo.
¿Cómo valoran la propuesta presentada por la Comisión Negociadora de la Izquierda Abertzale? ¿Puede esa propuesta desatar los actuales nudos? ¿Tiene recorrido, en su opinión?
Sí, sería un paso hacia el desbloqueo. La entendemos como una propuesta para la negociación política y para el acuerdo político que debe posibilitar la resolución del conflicto. No es el proyecto que nosotros queremos para Euskal Herria, pero sí una propuesta para superar el conflicto. Desde ese punto de vista, creemos que es positiva: es un mínimo, pero abre el debate sobre el contenido que necesita ese acuerdo político.
Consideramos que la propuesta realizada por Batasuna aporta concreción, y pensamos que el resto de agentes debería realizar un esfuerzo similar, para que, a través de la negociación, sea posible ese acuerdo político.
Batasuna ha ofrecido una alternativa al conjunto de Euskal Herria, al pueblo. Al Estado francés reclamándole claramente una autonomía, y al Estado español pidiéndole que ponga los medios para superar la partición entre Nafarroa y Vascongadas y construir un marco único. Este es, en nuestra opinión, un elemento importante para superar el conflicto. Por eso vemos con buenos ojos la propuesta.
Pero Batasuna está denunciando permanentemente que ni el PSOE ni el PNV han respondido a la propuesta ni han marcado su posición…
Esa es la realidad. Ya hemos dicho que el bloqueo persiste porque el PSOE y el PNV mantienen una actitud de rechazo ante la posibilidad de lograr el acuerdo político. Mantener una actitud de rechazo ante el acuerdo político, al final, es responder con la negación al cambio político que necesita Euskal Herria y a la necesidad de crear un marco democrático. Y un proceso de resolución del conflicto no puede construirse desde la negación.
Sobre la actitud del estado francés y la propuesta de autonomía
En relación al proceso, ¿qué es exactamente lo que se le pide al Gobierno francés?
Euskal Herria, sin ningún reconocimiento político, sin instrumentos y poder institucional y permanentemente atacado, está condenada hoy a una muerte lenta. Ante esa situación, entendemos que la reivindicación de un marco autonómico para Euskal Herria, para garantizar su supervivencia en las bases que nos convierten en pueblo, es la reivindicación de un marco básico, para contar con los instrumentos de gobierno necesarios para poder vivir. Esto es lo que el pueblo pide al Estado francés.
Pedimos el reconocimiento y respeto de Euskal Herria. Solicitamos que acaben los violentos ataques contra nuestro pueblo. Pedimos que abandonen la colonización de nuestro pueblo.
¿Y cómo conseguiremos todo eso? Aglutinando a los sectores favorables a Euskal Herria alrededor de esa petición, activando la movilización y la lucha. Así lograremos arrastrar al Estado francés a que respete los derechos de Euskal Herria.
La propuesta que se ha socializado debe servir para abrir un nuevo ciclo. Esta lectura marca la apertura de una nueva fase en el camino hacia el reconocimiento de los derechos de Euskal Herria. Nosotros lo entendemos como una fase de lucha, una fase de lucha para proclamar las revindicaciones de los ciudadanos vascos ante el Estado francés.
Pero esa propuesta de autonomía no es nueva.
No, no lo es. Parece que hoy ha surgido la necesidad de poner sobre la mesa esa alternativa. Consideramos que, partiendo de la situación de los siete territorios de Euskal Herria, se presenta una propuesta para el conjunto del país. Eso es, a nuestro entender, lo que la izquierda abertzale acaba de presentar a la sociedad. Y, con toda humildad, decimos que nos hemos alegrado mucho. Porque las ganas y la necesidad de vivir de este pueblo también se demuestra en estas propuestas.
Es una reivindicación histórica en Euskal Herria. Lo más importante es hacer ver a la quinta potencia mundial que Euskal Herria debe vivir. Superando antiguas polémicas, se ha presentado a los ciudadanos de tres territorios de Euskal Herria una alternativa que permitirá el desarrollo de Lapurdi, Nafarroa Behera y Zuberoa. Eso es realmente lo importante. Y emplazar al Estado francés y conseguirlo es un trabajo arduo, es preciso luchar y tendremos que conseguirlo entre todos.
Pero, ¿por qué ahora? Hace bastantes años también IK presentó una propuesta a favor de la autonomía. Sin embargo, entonces no hubo acuerdo entre los abertzales y esa reivindicación no tuvo éxito.
Como ya hemos dicho, esa propuesta nos parece adecuada. En estos años se ha avanzado mucho, pero la negación que sufren los siete territorios vascos, Euskal Herria a fin de cuentas, sigue siendo una realidad. Bajo dos estados, y dos realidades. Pero aun siendo esto así, la izquierda abertzale ha sabido formular una única propuesta para toda Euskal Herria, que parte de dos realidades, que ofrece respuestas concretas, pero que tiene un solo objetivo en el tiempo y en los logros. Eso es lo que ha cambiado en estos años, en nuestra opinión.
No tenemos la menor duda de que todos los sectores abertzales y de izquierda de Ipar Euskal Herria impulsarán hoy esa reivindicación. Porque estamos seguros de que es un cambio de estatus que beneficiará a todo el país.
¿Ven posible que el Estado francés cambie su actitud hacia Euskal Herria?
Sin ninguna duda. Cada vez que los gobernantes franceses dicen que el «conflicto vasco» no existe en nuestro territorio manifiestan su desprecio hacia Euskal Herria. Y eso duele. Pero esos sinsentidos ya no engañan a la sociedad vasca, y tampoco al pueblo francés.
Pero vamos más allá. La sociedad vasca ya ha superado ese debate. Al Estado francés se le plantea una alternativa. Y eso es imparable. La determinación de la necesidad de un espacio de decisión y gestión o de marco autonómico que aglutine a los tres territorios es clara. ¡Euskal Herria avanza, avanzamos todos!
Creemos firmemente que, con la lucha de todos, sentirán la necesidad del cambio. Tenemos claro que el Estado francés no podrá seguir negando durante mucho tiempo la existencia de un conflicto, que tendrá que cambiar también su cerrazón hacia el reconocimiento de Euskal Herria, porque la reclamación de un marco político propio es cada vez más compartida en la sociedad vasca. Los gobernantes franceses no podrán eludir esa reivindicación.
La ley de partidos y la presentación de abertzale sozialisten batasuna
La Ley de Partidos, la cuestión de la ilegalización, sigue sin ser resuelta.
¿Ilegalización? No nos sentimos ilegales, aunque una legalidad extranjera que no aceptamos nos quiera hacer creer eso. No puede negarse, en todo caso, que la ilegalización reforzada por el poder español ha dificultado y endurecido la vida de muchas personas, al tiempo que refleja aún más claramente el rostro de la situación antidemocrática que vivimos.
Por otra parte, la ilegalización de amplios sectores muestra también el fracaso de los estados. Han intentado muchas veces asimilar y diluir en su legalidad el ansia de libertad de Euskal Herria. Los vascos no tenemos que buscar sitio en la legalidad española. A ellos les toca decidir cómo quieren tener a la sociedad vasca; si en un marco que camina hacia la recuperación total de todos sus derechos o en lucha para subsistir, es decir, en un enfrentamiento totalmente violento con las realidades española y francesa.
Así que la cuestión tiene una salida obvia. Hagamos camino desde la realidad actual, tendrán que dar pasos para democratizar la situación. Uno de esos pasos sería derogar la Ley de Partidos.
La principal noticia de estos últimos días ha sido la presentación de Abertzale Sozialisten Batasuna. ¿Cómo interpretan ese paso y la situación creada por el mismo?
Por encima de los obstáculos que surgen en el camino, la izquierda abertzale muestra que es capaz de dar pasos concretos y que actúa con la valentía, fuerza y responsabilidad acordes a lo que exige esta situación.
La izquierda abertzale ha presentado en estos últimos meses una propuesta política para un acuerdo político que debe llevarnos a la superación del conflicto. Ahora, dando nuevos pasos, ha presentado un nuevo partido político. Ante esos pasos de la izquierda abertzale,, el Gobierno español responde con el rechazo y la negación, el PSOE y el PNV responden poniendo nuevas condiciones. Estos últimos días hemos visto cómo los portavoces del PSOE, o gente como Urkullu, dirigen nuevas peticiones a la izquierda abertzale. ¿Qué pasos darán ellos?
Al mismo tiempo, la presentación de ese partido refleja la fortaleza, vivacidad y frescura del proyecto político que defiende la izquierda abertzale.
¿Y si finalmente es ilegalizado y se impide a la izquierda abertzale participar en los comicios?
Si sucediera así, significaría que, una vez más, estamos ante una situación antidemocrática y que el Gobierno español hace oídos sordos a la firme reclamación que le hacen todos los agentes, excepto la derecha fascista, de derogar la Ley de Partidos.
Si el Gobierno español lleva a término el ataque contra el paso de la izquierda abertzale, si manifiesta de ese modo su falta de voluntad para resolver el conflicto, ETA lo tomaría muy en cuenta.
Euskadi Ta Askatasuna no puede imaginarse unas elecciones sin la izquierda abertzale. Celebrar unas elecciones no democráticas supondría apostar por alargar el conflicto. Esperamos que no se dé ese escenario. Porque, en una palabra, eso expresaría el fracaso del proceso, sería una decisión del Gobierno español contra el proceso.
¿Qué legitimidad tendrían esas elecciones? ¿Y cuál sería la responsabilidad del resto de partidos políticos? Porque es fácil hablar en contra de la Ley de Partidos pero aprovecharse de esa situación. Creemos que están haciendo justamente eso. Ese es el juego del PNV. Por no entrar al fondo del conflicto y por lograr unos pocos votos, está pidiendo que Batasuna no esté en las elecciones, de la mano de Azkuna y de sus acólito. Pero, ¿por qué? Simplemente, para poder seguir tranquilamente con su gestión-corrupción.
Reflexiones y polémicas suscitadas en torno a la lucha armada
En el Gudari Eguna de 2006 manifestaron lo siguiente: «Renovamos nuestro compromiso a luchar, con las armas en la mano, hasta lograr la independencia de Euskal Herria y el socialismo». La polémica suscitada por esas palabras fue enorme.
Si, en Euskal Herria la polémica salta con facilidad, cuando las cosas se dicen tal y como son.
Para empezar, quisimos ofrecer nuestro homenaje más sentido a todos los gudaris, y quisimos decir bien alto que lograremos un pueblo libre siguiendo su modélico ejemplo. Pero también quisimos proclamar otra cosa importante. Que la lucha es cosa de todos los días. Pretendimos decir que, se haga en el pasado o en el presente, la lucha es futuro. Porque estamos construyendo el futuro con la lucha.
Y eso es lo que manifestamos, que ETA seguirá luchando hasta conseguir sus objetivos fundacionales. No queremos abrir ningún debate. Hoy, y en las condiciones que vive nuestro pueblo, pensamos que siguen vigentes las razones para utilizar la lucha armada y mientras sea así seguiremos en ello. Una cosa es ofrecer un cese de las acciones, ya que entendemos esto también como un instrumento de nuestra lucha, porque entendemos que el enemigo o la otra parte también entra en una situación de «alto el fuego» o de distensión. Pero otra cosa bien distinta es reflexionar que practicar la lucha armada no es necesario. Esa situación la vemos lejana en las actuales condiciones. Eso podrá llegar cuando veamos que en Euskal Herria hay suficientes condiciones democráticas y suficientes garantías para mantener esa situación.
Entonces ETA se lo manifestaría abiertamente a Euskal Herria. Lamentablemente, es obvio que en Euskal Herria no vivimos esa situación, ya que la partición, la persecución cultural y la represión que padece nuestro pueblo es enorme.
Ultimamente se ha mencionado que en la izquierda abertzale han surgido contradicciones en torno a la lucha armada. ¿Cómo incide esa situación en la reflexión de ETA?
Esa situación no es nueva, en la izquierda abertzale sí hay personas que no están de acuerdo con la utilización del instrumento de la lucha armada, y eso, además de ser respetable, es enriquecedor. Porque no es, de ningún modo, la legitimidad de la lucha armada la que crea contradicciones. Tampoco se pone en duda que, para lograr nuestros objetivos, la lucha armada sea un instrumento político. Por ello, si hay adhesión con la línea general y consenso con los objetivos políticos, no vemos problema en que la izquierda abertzale trate internamente esos temas, es decir, en valorar y reflexionar sobre las acciones políticas llevadas a cabo por medio de la lucha armada, en hablar sobre las consecuencias que genera ese instrumento político.
¿Y qué responden a quienes dicen que ETA debe desaparecer o a quienes afirman que la lucha armada no tiene hoy sentido?
Si miramos a la historia reciente de este pueblo y a sus ansias de vivir, vemos que tras la petición de que ETA desaparezca se esconde un gran sinsentido. En Euskal Herria ha habido otras organizaciones que han practicado la lucha armada, e incluso si ETA desapareciera no desaparecerían las razones para lucha armada mientras persista la situación de opresión contra nuestro pueblo, y siempre habrá ciudadanos organizados dispuestos a tomar las armas, para garantizar la supervivencia de Euskal Herria, porque entienden que no hay otra opción para tener un país libre.