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La calumnia como modus vivendi. S.O.S. Dedicado, también, a algunos alumnos víctimas de ciertos “profesores de periodismo”.

Estética de los traidores (del libro, en preparación, Estética de la Burguesía)

Fuentes: Rebelión

«Dice mi padre que un solo traidorpuede con mil valientes…» Adagio a mi País de Alfredo Zitarrosa   Hay un peligro tóxico mercantil que se desliza como arte de la calumnia en no pocas aulas, es una especie de gas letal amarillista y sensacionalista que inunda permanentemente las cabezas, casi indefensas, de muchos estudiantes que chantajeados […]

«Dice mi padre que un solo traidor
puede con mil valientes…»

Adagio a mi País de Alfredo Zitarrosa

 

Hay un peligro tóxico mercantil que se desliza como arte de la calumnia en no pocas aulas, es una especie de gas letal amarillista y sensacionalista que inunda permanentemente las cabezas, casi indefensas, de muchos estudiantes que chantajeados con calificaciones, extorsionados con mil y una triquiñuelas escolásticas, adormecidos con ilusiones de circo mediático… han de rendir culto a cuanto payaso se hace pasar por «catedrático» y exhibe con impunidad devastadora, entre mentiras cultas, sus tesis de canallas ilustrados y sus moralejas de servilismo sacrosanto. Salvadas las excepciones, cada día más excepcionales, hay que denunciar a esos genuflexos que no tienen clemencia con los estudiantes. Y convencer a los estudiantes para que, organizados, los denuncien.
Debería existir una organización mundial de base (o muchas) con padres y madres, especialistas, comunicólogos y jurisconsultos, obreros, campesinos, políticos, estudiantes, científicos, dedicada a la defensa de la integridad ética y emocional de los alumnos de periodismo. La sola presencia de esos «profesores» que llegan a las aulas gracias a que hinchan sus velámenes con el aliento fétido de simpatías, arreglos y complicidades para la ineficiencia, ya es un ejemplo desastroso. Impone la moraleja destructora que desanima, que intenta convencer a los alumnos de que no sirve fundar su desarrollo en trabajo efectivo, concreto y útil basado en un apego irrestricto a la búsqueda de la verdad consensuada. Si uno queda «atrapado y sin salida» en garras de un profesor cuyos méritos son sólo visibles para sus cuates directivos, si tales méritos no se ganaron en la refriega de los hechos al lado de de la honestidad, la dignidad y la libertad… sino en la refriega de las sábanas; si en lugar de tocar fondo en la lucha contra la mentira y la alienación el juego consiste en tocarse el culo como mérito para ser catedrático… hay un problema que debe ventilarse a nivel mundial. En la «nueva sociedad de la información».
«el dinero y el poder son capaces de depurar las noticias, eligiendo las que son adecuadas para imprimir y marginando la disensión» Noam Chomsky, «El poder americano y sus nuevos mandarines» (1969)
No se necesitan más «periodistas» simpaticones domesticados como lebreles para traducir la realidad con ayuda de boletines oficiales. No se necesitan más «periodistas» improvisadores de la realidad capaces de criminalizar todo lo que espanta al buen burgués. No se necesitan más «periodistas» acurrucados en las faldas del patrón dispuestos a gruñir a cuanta protesta dignifique el trabajo, la vida, los derechos sociales y la lucha contra la barbarie. No se necesitan más «periodistas» creativos que se regodeen en la lisonja a los poderosos, a ver si pescan alguna tajada de fama, bienestar y privilegios. No hacen falta más «periodistas» mercenarios hábiles para venderse al que pague mejor… para la entrevista obsecuente, las ideas fáciles y los comentarios cómodos. No hacen falta más publirelacionistas del patrón, payasos de la difamación mercancía, farsantes asalariados para asesinar la verdad con crónicas espurias. Ya tenemos demasiados.
En no pocas instituciones educativas hay «profesores» de «periodismo» que enseñan a sus discípulos las artes de la calumnia. Cualquiera es susceptible de ser sometido a acusaciones de profes que, sin pruebas, ensucian a diestra y siniestra. Violan el derecho legítimo de la defensa a eso que les hace sentir amenaza, envidia, miedo, debilidad… sentencian, sin misericordia y en público, agazapados en la posibilidad siempre cómoda, de que sus alumnos no los denunciarán por miedo a ser también víctimas de represalias en sus calificaciones, demoras en sus trámites y vergüenza entre los pares. Se trata de un juego sucio auspiciado, paradójicamente, desde uno de los espacios donde debería ocurrir exactamente lo contrario. Es decir donde debería ocurrir la convocatoria a la investigación comprometida y abierta para que la verdad reine soberana absoluta por encima de los intereses de secta, clan, pandilla o amasiato de incapaces.
Alguien en España escribe: «Respecto a los profesores, no quiero decir que todos sean corruptos o ineptos. No, lo que quiero decir es que el que es bueno, y trabaja bien (y hay muchos), lo hace por su propia vergüenza torera, o por la presión informal de su grupo de investigación o docencia, o de su área o su departamento, en su caso, no porque el sistema organizativo, de sanciones e incentivos funcione… No funciona. Y así todos los que estamos en la universidad conocemos casos de comportamientos inaceptables que no llevan consecuencia negativa alguna. Hay profesores conocidos porque dan sólo una pequeña parte de sus clases (pero claro, es funcionario, y es ya mayor, y qué le vas a hacer…); hay quien deja de dar clases unos meses porque está muy ocupado preparando su oposición; hay quien no da clase el mes de octubre, cuando casualmente no hay hojas de firma en las clases; hay quien dice a los alumnos que no se presenten en septiembre porque está muy ocupado y no corregirá los exámenes; hay profesores que dejan de dar clase unos meses y encasquetan el trabajo docente a sus compañeros (normalmente subordinados)…. Por no hablar de los profesores que una vez conseguida su posición de funcionario dejan prácticamente de realizar cualquier tarea de investigación y se limitan a la pura docencia. Insisto en que estos comportamientos no son generalizados. Probablemente son incluso hoy menos frecuentes que hace unos años. Pero lo importante es que la universidad como sistema no los persigue y sanciona«1.
Hay una crisis mundial agudizada donde la explotación se extiende exponencialmente. Eso incluye a muchos profesores entre los cuales hay alienación galopante también. Explotación, represión y censura sobre el trabajo docente y el trabajo periodístico en general, ese trabajo que será desembocadura obligada para muchos de quienes ingresan a una carrera de periodismo, comunicación o similares y donde, inevitablemente, encontrarán amplificada la realidad que suele mostrarse a cuentagotas en las aulas. Es decir, desempleo, cierre de puestos de trabajo, carnicería entre pares, traiciones a diestra y siniestra y falta descomunal de solidaridad entre trabajadores de la información y la comunicación. Nadie, o muy pocos, educan a los alumnos para comprenderse como trabajadores que experimentarán las realidades laborales dominantes con todas sus calamidades. Nadie o muy pocos alertan a sus alumnos sobre dónde y cómo se debe trabajar la información para que sirva a la emancipación de la humanidad, su dignidad y sus derechos más inalienables. Nadie, o pocos, están dispuestos a cuestionar las reglas laborales del patrón y a luchar contra todo el fárrago de injusticias que en ellas se anida2. Patrones universitarios muy «cultos» se dicen, y muy «vivos» con los salarios. Hay que «abrir los libros» del patrón universitario. Muchos estudiantes pierden cinco o más años y la realidad no pasa por sus cabezas. Sí, a cambio, pasa el modelito decadente y envilecido de, no pocos, profes resignados, derrotados y vendidos.
El periodismo «Es la última pinche barrera que nos impide caer en la barbarie. Sin periodismo, sin circulación de información, todos levantaríamos la mano cuando el big brother lo dijera. Es la voz de los mudos y el oído extra que Dios le dio a los sordos. Es el único pinche oficio que aún vale la pena en la segunda mitad del siglo XX. Es el equivalente moderno de la piratería ética, el aliento de las rebeliones de los esclavos. Es el único puñetero trabajo divertido que aún puede practicarse. Es lo que impide el regreso al simplismo cavernario. Contradictoriamente, es un asunto donde nuevamente hay cosas eternas: la verdad, el mal, la ética, el enemigo. Es la mejor literatura, porque es la más inmediata. Es la clave de la democracia real, porque la gente tiene que saber qué está pasando para decidir cómo se va a jugar la vida. Es el reencuentro entre las mejores tradiciones morales del cristianismo primitivo y las de la izquierda revolucionaria de fines del siglo XIX. Es el alma de un país. Sin periodistas todos seríamos muertos y la mayoría ciegos. Sin circulación de información verídica todos seríamos bobos. Es también el refugio de las ratas, la zona más contaminada, junto con las fuerzas policíacas, de toda nuestra sociedad. Un espacio que se dignifica porque lo compartes con los tipos más abyectos, más serviles, más mandilones, más corruptos. Y por comparación te ofrece las posibilidades de la heroicidad. Es como si metieran el cielo y el infierno en una licuadora y tuvieras que trabajar en movimiento. Es una albañilería del sentido común…» Paco Ignacio Taibo II 3
En todo el mundo la «libertad de expresión», es decir la libertad para expresar libremente el pensamiento crítico, cuesta la vida desde siempre. Y hay «periodistas» que incluso desde las aulas se encargan de ayudar a su asesinato. Porque para la vulgaridad, la lisonja, el mercadeo de la información, la calumnia y la agresión desmovil­izadora; contra las mejores luchas populares… para eso sí hay «libertad de expresión» y liberalismo globalizado de la expresión burguesa, moralista e hipócrita. El estado burgués en todo el mundo ha gerenciado, incluso, centros de enseñanza plenos de complacencias de todo tipo para traficar influencias con las corporaciones monopólicas mass media. Permisos, tolerancia, inversiones, acuerdos y ayudas mutuas… se trata de un maridaje de conveniencias cuyo autoritarismo no sólo sirve como arma de guerra ideológica sino que es además un gran negocio de cónyuges. Muchos cobran colegiaturas y ayudas a manos llenas. No hay espacio para relatar con detalles esa historia negra de persecuciones, tortura y muerte que ha signado la tarea del periodismo crítico permanentemente. Son miles y hay que recordarlos a todos desde Ricardo Flores Magón, periodista revolucionario mexicano, desde John Reed periodista del mundo, hasta José Luis Cabezas en Argentina. «¿Por qué temer a la guerra? Si se tiene que morir aplastado por la tiranía capitalista y gubernamental en tiempo de paz, ¿por qué no morir mejor combatiendo lo que nos aplasta? Es menos espantoso que se derrame sangre que conquista la libertad y el bienestar, que continúe derramándose bajo el actual sistema político y social en provecho de nuestros explotadores y tiranos» México, Periódico Regeneración, 17 de diciembre de 1910.
Hay alienación impune desde las aulas, hay nombres, hay expedientes… son muchos y en todo el mundo. Son un problema internacional de solución difícil y urgente4. No imposible.
Claro que también hay docentes íntegros con experiencia y actitud permanente de aprendizaje en colectivo y renovado. Claro que hay catedráticos ilustres y ejemplares que modelan con su praxis el pensar y hacer de generaciones enteras. Claro que hay luchas por la verdad científica en las aulas, laboratorios y taller universitario y, claro, que contra esos docentes se ejerce, frecuente y sistemáticamente, presiones, censura, indiferencia y calumnias5. Suelen ser los mejores profesores porque enseñan a sus alumnos la tarea primordial de defender, entre otras muchas cosas, la justicia con dignidad, en lo académico y en lo político. Defender la ciencia como herramienta para transformar la herencia de este mundo de miseria, esclavitud y desvergüenza. Con las salvedades del caso siempre que logren consenso público.
De los traidores es esperable cualquier cosa. Para eso les pagan. Por eso hay que denunciarlos, señalarlos en las asambleas, los congresos, las reuniones científicas. Es necesario evidenciarlos para entender el papel que juegan a los pies del patrón. Más de una lucha ha sucumbido en manos de traidores y calumniadores. Están al acecho. Se hacen pasar por «buenos», docentes simpáticos, nuevos, y no tanto. Algunos pasan por ser amables con los alumnos y las alumnas… les pasan la mirada y la mano muy sutilmente como quien prueba y saborea la víctima. Van por ahí luciéndose como sabihondos mientras tiran sus lancetazos viperinos por la espalda siempre por la espalda. Hay una historia larga de asesinatos así que comienzan con calumnias. Manuel Buendía, asesinado por la espalda, sigue presente 6 . El fascismo sobrevive. «…la intolerancia de la extrema derecha que es el oscuro pasado fanático que aprovecha y encauza la avidez empresarial«7
No aparecerán esos «profesores» a la hora de exigir el pago de salarios justos. No aparecerán cuando se exija la actualización de los aumentos usurpados, escamoteados bajo pretextos infinitos y ridículos. No aparecerán esos «profesores» cuando sea imperativo dignificar la profesión del periodista… o quizá sí, aparecerán detrás de las filas policiales ordenando las tomas y las notas sobre la represión contra sus pares… contra los trabajadores en general. Aparecerán al lado de la policía o de los soldados, de su lado, hombro con hombro, como quien defiende al mismo patrón, al mismo sistema. Aparecerán leyendo la «noticia del día», exhibirán lo cultos que son, cuánto saben de literatura y cuánto de ética. Aparecerán, ni duda cabe, en el lado equivocado de la historia donde la verdad es un cadáver que galopa a lomos de intereses criminales. Aparecerán con premios, extensión de sus buenas calificaciones y sus altas recomendaciones. Aparecerán, tarde o temprano, sobre el mapa de los diarios y de las pantallas, viento en popa, hinchados sus velámenes con el aliento fétido de sus patrones y de su currículo. Llegarán a ser titulares de sus cátedras, llegarán quizá alguna vez temprano a clase, pasarán «lista de asistencia» a los alumnos indefensos y prepararán la próxima calumnia al mejor postor. Y muchos pagan por eso. De muchas maneras. Lindo ¿No?


1 http://personales.ya.com/josumezo/malaprensa/archivos/2005_07_01_archivo.html

2 «Qué vamos a decir del estado actual, con escuelas donde se da clase chapaleando en los charcos de mierda, con salarios de indigencia, obra social inexistente e inflación a toda marcha… Mientras el superávit engorda a los banqueros de la deuda, a funcionarios, y a empresarios amigos o familiares». Tribuna Docente. http://www.tribunadocente.com.ar/tribuna68/tres.htm

3 http://www.vespito.net/taibo/esp/scrit.html

4 El Cuarto Congreso Mundial de la Internacional de la Educación (IE), reunido en Porto Alegre, Brazil, del 22 al 26 de julio de 2004: 1 Observa que la mala gestión y la corrupción tienden a desarrollarse en diversos ámbitos de nuestras sociedades, tanto en el sector privado como en el público y afectan negativamente a las actividades económicas y sociales y a la educación; 2 Recuerda los grandes escándalos – salidos a la luz recientemente- en varias empresas multinacionales (inversiones arriesgadas, malversación de fondos, falsificación de balances financieros, etc.) que han tenido graves consecuencias para el empleo y las pensiones de un gran número de trabajadores/as del sector educativo; 3 Recuerda asimismo varios casos evidenciados en países en desarrollo en los que los préstamos de instituciones financieras internacionales y regionales para proyectos mal concebidos y/o mal administrados y/o malversados por motivos personales, han fracasado de manera estruendosa. Las consiguientes consecuencias financieras afectan negativamente a los presupuestos de esos países durante numerosos años, contribuyendo así a agravar los déficit públicos que frenan el desarrollo de la educación. Además el Congreso, 4 Considera que para enfrentar el problema de la mala gestión y la corrupción en la educación, se deben tomar en cuenta dos aspectos: en primer lugar es esencial combatir, allí donde se encuentren, la mala administración y la corrupción en el sector educativo, pero asimismo, la educación debe ser usada como un medio para combatir la corrupción en todos los ámbitos de nuestras sociedades. La ciudadanía reclama el respeto de la educación como bien común y se debe dar a está el sentido de bien público al servicio de todos/as. 5 Observa que los medios de comunicación informan a menudo sobre casos inaceptables de docentes corruptos en centros escolares, involucrados en situaciones y prácticas dudosas en países en donde los dirigentes y responsables que ocupan los puestos de decisión son los primeros corruptos y quienes dan el ejemplo. Esta situaciones producen como resultado condiciones laborales y materiales desastrosas para los/as docentes; 6 Considera que, en la mayoría de los casos, el nivel de corrupción que se encuentra entre los/as docentes está directamente relacionado con el nivel de corrupción de los gobernantes, de las estructuras económicas y administrativas de los países, lo que implica que el éxito en la lucha contra la corrupción en el sector de la educación dependerá de la restauración del funcionamiento democrático y transparente de las estructuras mencionadas; los paises del norte tienen una gran responsabilidad en la introducción de la corrupción en esas estructuras. 7 Considera que una precondición para luchar contra la corrupción entre los/as docentes, directores de centros escolares y otros empleados del sector es la atribución de un salario justo que les permita vivir a todos/as de su trabajo regular en condiciones decentes. El funcionamento transparente y democratico de las estructuras de decisión es esencial para poner fin a la corrupción. 8 Considera asimismo que las situaciones de mala gestión y corrupción podrían erradicarse o reducirse significativamente, mediante la instauración de un auténtico diálogo social en un marco de concertación en el que las organizaciones sindicales representativas de los trabajadores sean reconocidas y escuchadas por los poderes pùblicos. El funcionamiento de este marco de concertación y/o de negociación debe basarse en la transparencia y la democracia; 9 Considera que la toma de conciencia por parte del personal del sector educativo acerca de las prácticas de corrupción y sus funestas consecuencias, debería realizarse en las actividades de formación inicial y continua y debería integrarse en la ética profesional; 10 Considera, por último, que la labor de sensibilización de alumnos/as y estudiantes sobre estos temas, debería llevarse a cabo en el marco de los programas de educación para los derechos humanos y para la cuidadania. Programas que deben expresar que el dinero no es el único valor que debe motivar a nuestras sociedades, que las leyes deben ser aplicadas y la corrupción fuertemente sancionada. Por lo tanto el Congreso, 11 Insta a que las instituciones financieras internacionales y regionales consulten a todas las partes, en especial a las organizaciones sindicales de docentes, antes de proceder a la elaboración, la viabilidad y el seguimiento de los proyectos financiados a fin de prevenir las prácticas de mala gestión y corrupción; 12 Solicita al Consejo Ejecutivo que prosiga sus discusiones con las organizaciones intergubernamentales como la UNESCO, el Banco Mundial y la OCDE a fin de asegurar que esos problemas se tomen en consideración y se estudien propuestas destinadas a su eliminación en el marco de un grupo interinstitucional que incorpore a la IE; 13 Insta a las organizaciones afiliadas a conceder una atención especial a posibles casos de mala gestión y de corrupción nacionales y a tomar la iniciativa de incluir dichas cuestiones en las actividades de formación profesional y sindical; 14 Solicita al Secretariado que refuerce los lazos con la ONG «Transparencia Internacional» y que contemple la posibilidad de realizar programas conjuntos. http://www.ei-ie.org/worldcongress/es/reso200405.html

5 Dejó escrito Gilles Lipovetsky en su libro «El crepúsculo del deber», publicado en 1992: «Todos podridos, todos corrompidos: ese juicio poco agradable hacia los hombres políticos está de moda en Francia. Lo notable es que no está acompañado por un despertar de la conciencia cívica, es más bien lo que permite legitimar sin problemas la desafección colectiva hacia la cosa pública». http://www.saladeprensa.org/art273.htm

6 (1926-1984) El valor de su figura en el ámbito del periodismo mexicano se confirmaría el 30 de mayo de 1984, cuando un sicario lo ultimó por la espalda para cerrar el foro en que se había convertido su columna «Red Privada».

7 http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/FMB/manuel.html Manuel Buendía: la lucha contra los «poderes invisibles Carlos Monsiváis.