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¿Estrategias nacionales o «realistas»?

Fuentes: Gara

Euskal Herria es un país pequeño y a veces parece que algunas instituciones actuales vascas proyectan, plantean, diseñan y deciden ­por supuesto sin un debate público previo­ unas infraestructuras como si su territorio particular, un herrialde o una población fuera su país, olvidándose del resto de sus territorios, en nuestro caso de Euskal Herria. Con […]

Euskal Herria es un país pequeño y a veces parece que algunas instituciones actuales vascas proyectan, plantean, diseñan y deciden ­por supuesto sin un debate público previo­ unas infraestructuras como si su territorio particular, un herrialde o una población fuera su país, olvidándose del resto de sus territorios, en nuestro caso de Euskal Herria. Con sus proyectos de nuevas infraestructuras, parece como si trataran de competir con otras similares ya existentes en el mismo país. Orgullosos de macroproyectos a llevar a cabo en su pequeño herrialde o en su pequeña localidad, sin importarles tampoco las consecuencias medioambientales y el gasto imponente necesario correspondiente, parecen sacar pecho para que luego les coloquen alguna medalla. Y, tal vez, dentro de una visión de conjunto nacional y de una política global estarían sin embargo desbarrando y sobre todo malgastando dinero público tan necesario para otros objetivos necesarios en el conjunto de Euskal Herria.

Un ejemplo de cuanto decimos es el caso de los puertos comerciales de Euskal Herria y dentro de esas infraestructuras el del proyecto de ampliación del Puerto de Pasaia. En nuestro país hay actualmente tres puertos comerciales importantes como son el de Bayona, el de Bilbao y el de Pasaia. También Bermeo dispone de un pequeño puerto comercial, aunque lejos de la importancia de los tres ya citados. Según los últimos datos oficiales del ejercicio 2004, los tres puertos comerciales vascos movieron algo más de 42 millones de toneladas de mercancías. El Puerto de Bilbo es sin duda el que traficó más mercancía, con más de 32 millones de toneladas, seguido del de Pasaia y el labortano de Baiona, a muy larga distancia, con más de 5 y 4 millones de toneladas respectivamente. Se puede decir que la economía vasca transita por estos puertos de forma que la salud económica de Euskal Herria se podría medir por la evolución anual de mercancías de exportación e importación por dichos puertos vascos.

El Puerto de Bilbao, con su superpuerto todavía recién construido y ampliado, tiene una capacidad enorme y donde, gracias a sus nuevos y amplios espacios, es posible aún movilizar muchísimas mas toneladas de todo tipo de mercancías. Las distancias entre Bilbao, Pasaia y Baiona son pequeñas y las actuales conexiones con la red de autopistas ­que esperan ser mucho mejores en poco tiempo según los planes previstos­ desde Bilbao son también mucho mejores que desde Pasaia, por ejemplo. Así las cosas, hay quienes sin embargo siguen empeñados en llevar adelante la ampliación del Puerto de Pasaia con todo el coste social, económico y medioambiental que lleva consigo. Teniendo el Puerto de Baiona, por un lado, más cercano a Europa, y el de Bilbao más abierto al resto del mundo, dentro de una visión nacional de país y de utilización racional de nuestros recursos economicos, ¿es necesario llevar a cabo esa ampliación del Puerto de Pasaia? Las mercancías adicionales a las actuales que pudieran llegar al supuesto nuevo puerto de Pasaia ¿no podrían ser asumidas por los de Baiona y, sobre todo, por el enorme superpuerto de Bilbao?

Como en todos los temas vascos, nos encontramos siempre con el mismo problema: Euskal Herria está dividida y gestionada por varias administraciones y cada una hace y deshace a su gusto sin mirar lo que tiene a lado. Incluso dentro de una misma Administración, como es el caso de Pasaia y Bilbao, dependientes de las administraciones española y vascongada, cada cual realiza sus planes y sus infraestructuras sin mirar las que tiene a pocos kilómetros. Si ya hay tan graves problemas para coordirnarse con la Administración francesa en el caso de la problemática de Ipar Euskal Herria, sería necesario que al menos, mientras sigamos en esta situación de falta de soberanía política y económica, lo que dependa de la Administración vascongada se hiciera también con visión de conjunto. Y en el caso de los puertos de Pasaia y de Bilbao, eso debería ser posible. O, al menos, sería lo deseable. Porque, además, sería lo más rentable. Y nuestros recursos, siempre escasos, estarían mejor distribuidos y empleados.

Pese a este tipo de planteamientos, sostenidos también por distintos agentes sociales y populares con quienes no se ha debatido ningún proyecto, los planes del Puerto de Pasaia seguirán adelante. Seguro. El pasado día 27 de enero la Comision Interinstitucional de Pasaialdea y Corredor Intermodal de Jaizkibel aprobó todo un «decálogo» en el que se defiende la construcción de la nueva dársena. Acordaron así mismo pedir a la Unión Europea que se pronuncie sobre cual de los proyectos «es el que mejor compatibiliza la protección ambiental» con la nueva infraestructuraŠ con lo que, sin buscarlo, están dando de alguna forma la razón a los sectores populares que se oponen, entre otras razones, también por ese impacto medio ambiental.

El del Puerto Exterior de Pasaia es uno de los casos en que una estrategia nacional debería condicionar cualquier decisión sobre este tipo de infraestructuras. Para ello se requiere, sin embargo, de una Administración que tenga, pese a las limitaciones actuales, voluntad política de caminar en esa dirección nacional. Y es también uno de los casos en que los responsables políticos y económicos de vascongadas demuestran esa falta de voluntad política. Para ellos, al parecer, las estrategias nacionales no son «realistas». Ya lo creo que «realistas» son sus estrategias. ¡Con las que algunos, y sus amigos, hacen sus grandes negocios!