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La Universitat de València organiza la muestra Valencia 1972: hacia la ciudad monstruo, abierta al público hasta el 19 de marzo

Expansión urbana en Valencia: medio siglo de desarrollismo

Fuentes: Rebelión

El volumen de 529 páginas La ciutat de València. Síntesi d’Història i de Geografia Urbana fue editado en 1972 por Cercle de Belles Arts. Tiene como autor a Manuel Sanchis Guarner (1911-1981). El filólogo e historiador valenciano escribió otras obras, como La llengua dels valencians (1933); Gramàtica Valenciana (1950) o Aproximació a la història de la Llengua catalana (1980). En 1974 Sanchis Guarner recibió el Premi d’Honor de les Lletres Catalanes.

La ciutat de València comienza con la época antigua y la fundación romana (138 a. C.- 718 d. C.), y finaliza con un capítulo dedicado al“tránsito a gran ciudad”(1909-1930). “He invertido la mayor parte del trabajo de mi vida en el estudio de la lengua de los valencianos”, escribía en el libro de 1972.

Su oficio –sobre todo lingüista, más que historiador– le condujo a reflexiones como la siguiente: “Ya hace años que los protagonistas de la historia dejaron de ser los reyes y los grandes personajes, y ahora importa mucho más el hombre común, e interesan primordialmente la evolución de la economía, la del pensamiento y la etológica. Pero la ciencia histórica tampoco debe limitarse a ser un lujo de los estudiosos, un mero entretenimiento para eruditos, y el historiador actual no puede ser ya un intelectual ‘no comprometido`”.

Y añadía que cada época interrogaba al pasado a partir de los “problemas” que se le planteaban en la actualidad.

Un episodio significativo en la biografía de Sanchis Guarner tuvo lugar el 6 de diciembre de 1978. Según informó el periodista Jaime Millás en El País, el intelectual y profesor recibió en su domicilio de Valencia un paquete con pólvora y metralla que se le entregó camuflado como presente navideño (la policía lo hizo explosionar en las afueras de la ciudad, por lo que no causó daños personales).

El artículo de Millás recuerda que en noviembre de 1978, otro referente del nacionalismo valenciano, Joan Fuster, fue objeto de un atentado con bomba en su domicilio del municipio de Sueca, que tampoco produjo daños personales pero –como resultado de la explosión– sí materiales (“El señor Fuster ha sido atacado frecuentemente por sectores radicales valencianos, de signo derechista, por su pro catalanismo”, subrayaba El País).

El Centre Cultural La Nau de la Universitat de València (UV) ha organizado la exposición titulada València 1972: hacia la ciudad monstruo. 50 aniversario del libro de Manuel Sanchis Guarner, abierta al público hasta el próximo 19 de marzo. El comisariado de la muestra corre a cargo del catedrático de Georafía de la UV, Josep Vicent Boira.

¿A qué se debe la caracterización de “ciudad monstruo”? Corresponde al título de una conferencia del arquitecto -y teniente alcalde durante el franquismo-, Salvador Pascual Gimeno, pronunciada en 1972. En el acto público, detalla el folleto de la exposición, Pascual Gimeno advertía de los riesgos para la capital valenciana en caso de no revertir las tendencias “urbanizadoras” y “destructoras” de los años 60.

Un ejemplo de estas dinámicas fue el denominado Plan Sur, que consistió en las obras de desviación del antiguo cauce del río Túria tras la gran riada de octubre de 1957 (decenas de muertos y considerables daños materiales); las obra básica fue inaugurada en diciembre de 1969, y el dictador Franco realizó una visita a las obras de la infraestructura hidráulica en junio de 1970.

Según la muestra de la UV, el trazado del nuevo cauce del río Túria (o Solución Sur), “cambió para siempre el paisaje de l’Horta meridional de Valencia, se desarrolló con unos grandes impactos territoriales, procedimientos constructivos y destructivos expeditivos, un gran control social de los afectados y un lenguaje tecnocrático que justificaba la operación”.

Asimismo, la información de los paneles permite comparar la evolución de la ciudad en las últimas décadas; por ejemplo, la tasa de natalidad se situaba –en 1972- en 19,37 nacimientos por cada mil habitantes, frente una tasa del 7,1 por mil en 2022; el número de hoteles en Valencia pasó –en estas cinco décadas- de 49 a 101; el de alumnos de la UV, de 15.000 (curso 1971-1972) a 39.446 (curso 2021-2022); por otra parte, en el mismo periodo, el número de habitantes se elevó de 653.690 habitantes (1970) a 800.180 en 2022; y el salario mínimo mensual, del equivalente a 28 euros en 1972, a 1.000 euros en 2022.

El texto de la muestra recuerda que, tras el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1946, el documento de planeamiento aprobado dos décadas después no sólo integró la construcción del nuevo cauce del Túria; el nuevo PGOU, de 1966, también incrementó de manera significativa los suelos calificados como “urbano”, “urbanizable” y “se proyectó una gran infraestructura viaria”.

Urbanizacion El Saler 12/01/1971. Archivo: Luis Vidal

Los debates de la época podrían resumirse, a grandes rasgos, en tres puntos: la urbanización del bosque (devesa) de El Saler, en el entorno del Parc Natural de l’Albufera (el Plan Especial incluía –entre otras actuaciones- la construcción de un paseo marítimo de 2.600 metros de longitud; 32 hoteles de lujo y 3.000 apartamentos); a este macropoyecto se sumaban la conversión del antiguo cauce del río Túria en  una autopista, y el proceso de destrucción del centro histórico de Valencia. Movimientos de resistencia ciudadana se enfrentaron –en los años 70- a estos planes.

Josep Vicent Boira resalta en el catálogo otros dos ejemplos sobre la “influencia” urbanística del año 1972. En primer lugar, el Ayuntamiento aprobó en abril los informes técnicos para la reforma de la plaza de la Virgen, “corazón político y religioso de Valencia”, cuyas obras finalizaron en 1975. Para que este espacio cercano a la catedral tuviera su configuración actual, se derribaron edificaciones y una manzana de casas, “haciendo recular hasta tres metros las construcciones de la calle Batllia”, entre otras obras de intervención.

El geógrafo añade el ejemplo de otra iniciativa urbanística, relacionada con la movilidad (“una gran operación al servicio del automóvil”): en enero de 1972 el tecnócrata y ministro de Obras Públicas durante la dictadura, Gonzalo Fernández de la Mora, inauguró la reforma del Acceso a Valencia desde la carretera de Madrid (N-III).

Boira Maiques subraya en el catálogo la caracterización que realizaba el Boletín de Información Municipal de Valencia (tercer trimestre de 1970) de la citada macroactuación: “Se trata, en verdad, de un proyecto de gran envergadura, tan oportuno como plausible, conducente a otorgar una espléndida holgura a la avenida del Cid”.    

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.